Belén Ruiz-Ocaña, UNICEF Comité Español
Chubat, 12 años, Sudán del Sur. Su escuela fue quemada en un combate.
Fati*, 15 años, Nigeria. Pasó cuatro meses secuestrada por Boko Haram.
Abdulghani, 9 años, y Hassan, 6, Siria. Permanecen en Alepo, donde beben agua contaminada cuando hay cortes en el suministro.
Mohanned, 5 años, Yemen. Sufre desnutrición aguda grave.
Son cuatro nombres, cuatro historias, cuatro vidas marcadas por un conflicto o una crisis. Son solo cuatro de los 535 millones de niños que viven en países afectados por situaciones de emergencia.
Cuando sucede un conflicto o un desastre natural los niños son los más vulnerables. La inseguridad alimentaria les pone en riesgo de sufrir desnutrición. La falta de agua y saneamiento facilita la aparición de enfermedades transmitidas a través del agua. El cierre de escuelas causa que muchos niños estén meses, o incluso años, sin ir a clase. Las experiencias que viven les dejan traumatizados.
Por eso es fundamental llegar a estos niños con tratamientos contra la desnutrición, con agua potable, con material escolar y educación, con apoyo psicológico. La ayuda humanitaria es básica tanto para afrontar los primeros momentos tras una emergencia, como la recuperación a largo plazo de las personas afectadas.
Umara, 7 meses, Nigeria. Pasó de 4,2 kg a 5,1 kg de peso durante los 20 días de tratamiento contra la desnutrición.
Rafi, 3 años, Irak. Ha podido afrontar las bajas temperaturas invernales con la ropa de abrigo que recibió de UNICEF.
Nyaruot, 14 años, Nyachan, 11, y Nyaliep, 3, Sudán del Sur. Pudieron reunirse con sus padres después de dos años separadas de ellos.
Maxim, 8 años, Ucrania. Recibe apoyo psicológico para superar los traumas causados por la violencia en su país, como la muerte de su padre.
Son cuatro nombres, cuatro historias, cuatro vidas que ya han dado un paso en el camino hacia un futuro mejor.
Sus logros demuestran que los niños en situaciones de emergencia nos necesitan. Por eso UNICEF ha lanzado Acción Humanitaria para la Infancia 2017, el mayor llamamiento de fondos de toda su historia. El objetivo es ambicioso: llegar a 48 millones de niños en 48 países.
Chubat, Fati*, Abdulghani, Hassan, Mohanned, Umara, Rafi, Nyaruot, Nyachan, Nyaliep y Maxim demuestran que el esfuerzo vale la pena.
*Nombre ficticio.