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Cuando solo el 57% de los niños senegaleses acaba la educación primaria

Por Sara Diez, en Senegal, de Arquitectura Sin Fronteras.

Cuando llegas a Senegal, lo primero que te llama la atención es la acogida y la hospitalidad senegalesa. Su generosidad para dar lo poco que tienen, la tolerancia y el respeto hacia cualquier cultura y religión, son asombrosos.

Mi nombre es Sara, soy arquitecta y he trabajado en varios proyectos en Senegal. En este último, llevo 6 meses en una población llamada Joal-Fadiouth. Pertenezco a la ONG Arquitectura Sin Fronteras (ASF) y estamos construyendo una escuela llamada Centro de Educación Media III (CEM3).

Sara Diez con niños de la guardaría de CSF.

Trabajar en Senegal, como en otras regiones de África, supone un choque cultural grande. Significa adaptarse a una realidad que no tiene mucho que ver con lo que conocemos en España. Las cosas del día a día en las que ni reparamos, en Senegal se hacen protagonistas y condicionantes. La falta de agua potable y energía eléctrica está a la orden del día. Logísticas tan sencillas como lavarte los dientes mientras te preparas un café, no es algo que puedas hacer fácil ni rápidamente. Coger el metro para desplazarte en tu rutina diaria, aquí se traduce en coger un coche comunitario que se cae a pedazos o montar en una carreta de burros.

Como podréis imaginar, el sistema educativo y las condiciones de muchos edificios escolares, no son una excepción. Lo que en España es algo incuestionable, aquí no lo es tanto. Un claro ejemplo ha sido la anterior escuela del CEM 3 que se encontraba en muy mal estado. En época de lluvias se inundaba y se quedaba inutilizable dejando a casi 1.000 niños y niñas sin escuela durante meses. Como resultado, estas condiciones estructurales agravaban significativamente el ya de por sí complicado sistema de escolarización en Senegal.

Profesores y director del CEM 3. Detrás, el edificio en construcción de ASF.

Aunque este país cuenta con educación pública, que convive con la privada, y supone un 24% del gasto del Gobierno anual según el Banco Mundial, la tasa de abandono escolar en Joal- Fadiouth es muy alta. Debido a los pocos recursos económicos de las familias, los/as niños/as se ven obligados a comenzar a trabajar para ayudar en la economía familiar. En algunos casos, estos/as mismos/as niños/as son el único sustento para toda la familia si alguno de los padres fallece.

Como agravante, el rol tradicional de la mujer hace que, en algunos casos, las niñas deban quedarse en casa ocupándose del cuidado de sus hermanos/as y ayudando en las tareas domésticas. En otros, simplemente, les obligan a casarse demasiado pronto. A muchos de estos/as niños/as les gustaría seguir estudiando, pero sus circunstancias se imponen. El acceso a la educación es un derecho, pero en muchos lugares del mundo, solo un privilegio.

Según cifras del Banco Mundial, solo un 57% de los/as niños/as finalizan la educación primaria en Senegal, mientras que en España lo hacen un 99,2%. Entre los que terminan el primer ciclo escolar, se encuentra un 55,9% de los niños y un 60,2% de las niñas (frente al 97,3% y 97,5% en España respectivamente).

Frente a esta crítica situación, mantener edificios en mal estado que dificulten todavía más el acceso y continuidad en las aulas, es intolerable. Los/as niños/as de Senegal no pueden permitirse esos periodos de cortes en su breve educación. Y ese es uno de los objetivos de mi organización, Arquitectura Sin Fronteras, y por el que estoy aquí.

Escuela en construcción por ASF.

Durante la ejecución del proyecto, he trabajado en la obra con un equipo de hombres y mujeres senegaleses –ya que la empoderación de la mujer y la capacitación de la población son dos de nuestros principales objetivos-. Por ello, mi trabajo significa compartir muchas cosas de su cultura, dentro  y fuera de la obra. Comer todos juntos el thieboudienne con la mano, tomar el té varias veces al día, acompañarles en sus celebraciones católicas y musulmanas que celebran en armonía… Y todo ello con una filosofía de vida en la que prima la solidaridad y el respeto de los unos por los otros, el compartir todo lo que se tenga. Como ellos mismos dicen: ‘Nio far’, que significa en wolof (lengua senegalesa) que ‘Todos somos la misma cosa’.

Compartiendo experiencias con mujeres y hombres senegaleses en su día a día.

Es por eso que tras este tiempo me doy cuenta de una cosa. Los valores como la solidaridad, el respeto o la hospitalidad son enseñanzas que muchos senegaleses no han podido aprender en las aulas, o tuvieron que dejar de aprenderlas a una edad muy temprana. Sin embargo, deben de llevarlo en su ADN. Me han dado grandes lecciones de vida que deberían de tomarse como ejemplo, en muchas partes del mundo. 

La juventud canta para cambiar el mundo

Florence Cisse, Plan International en Senegal

En el Estudio Timbuktu, en Senegal, los jóvenes aprenden a utilizar su voz no sólo para crear música, sino para convertirla en un instrumento de transformación.

En los suburbios de Dakar, existe un estudio de música muy especial llamado Timbuktu. Aquí, los bolígrafos componen canciones sobre el papel, los ritmos hacen latir los altavoces, y la juventud de Dakar rapea la realidad de sus comunidades.

El Estudio Timbuktu utiliza la cultura y acoge a los jóvenes con ganas de hablar sobre su vida en canciones. El estudio forma parte de un proyecto puesto en marcha por Plan International con el apoyo del rapero sueco Jason Diakité, también conocido con el nombre artístico Timbuktu.

El rapero Timbuktu con algunos de los chicos y chicas que acuden al estudio impulsado por Plan International en Senegal

El rapero Timbuktu con algunos de los chicos y chicas que acuden al estudio impulsado por Plan International en Senegal

El proyecto tiene como objetivo promover la música rap como herramienta para defender y promover los derechos de los niños y las niñas. De esta forma, los jóvenes se forman acerca de sus derechos y aprenden diferentes vías de participación en el desarrollo de sus comunidades.

Un equipo de técnicos y productores jóvenes comprometidos ayuda a los chicos y chicas para que tomen contacto con el mundo de la composición, la programación, la grabación y la producción musical.

Hace poco, el estudio pidió a 15 jóvenes que trabajasen en una serie de temas centrados en los abusos sobre la infancia (particularmente en el caso de las niñas), el acceso a la educación y el liderazgo juvenil. Las canciones fueron recopiladas en el primer CD de rap en defensa de los derechos de la infancia en Dakar.

Los jóvenes que participan en el estudio aprenden a desenvolverse para poder producir su propia música

Los jóvenes que participan en el estudio aprenden a desenvolverse para poder producir su propia música

El Estudio Timbuktu ha producido el primer CD de rap en defensa de los derechos de la infancia

El Estudio Timbuktu ha producido el primer CD de rap en defensa de los derechos de la infancia

Cultivando sus capacidades y reconociendo los retos a los que se enfrenta la juventud en Dakar, el Estudio Timbuktu empodera a los jóvenes enseñándoles a utilizar sus voces para cambiar el mundo.

“Veo cómo mejoran, cómo han pasado de no saber apenas nada acerca de componer, al punto en el que están actualmente: ahora lo llevan en la sangre”, afirma el cantante Jason Diakité.

Echando la vista atrás a lo largo de su recorrido como rapero, que comenzó cuando tenía 14 años, Jason ve el estudio como una forma de hacer que los chicos y chicas que participan en él encuentren motivos para estar orgullosos, aumenten su autoestima y se empoderen.

Diakité explica: “Saber de lo que eres capaz, en eso consiste el empoderamiento. Los adultos quizá no entienden lo importante que es para los jóvenes tener voz, sentir que pueden hacer algo valioso. Tener una idea y ser capaces de plasmarla en un papel y cantarla, les hace sentirse a gusto consigo mismos”.

El papel del Estudio Timbuktu crece cada año, incrementando el número de chicos y chicas que toman parte en la lucha a través de la música y utilizando el estudio como espacio de producción así como una fuente de inspiración y creatividad musical.

Diakité mira al futuro con ilusión: “Mi esperanza para los próximos tres años es que más jóvenes puedan venir – que más personas, tanto chicos como chicas, puedan venir y aprender”.

La organización de ayuda humanitaria y cooperación al desarrollo Plan International trabaja para garantizar y proteger los derechos de los niños, niñas y jóvenes. A través de programas de emprendimiento y participación juvenil, Plan International en España garantiza que los jóvenes puedan continuar su educación, accedan a un trabajo digno y tengan mejores oportunidades de futuro.

 

Saré Yoba, un pueblo para los niños

Lara Aparicio, storyteller en UNICEF Comité Español

Eran casi las seis de la tarde. El calor abrasador del sur de Senegal parecía dispuesto a darnos un respiro, justo a tiempo para nuestra última visita del día: el pueblo de Saré Yoba.

Un grupo de niños esperaba para recibirnos con dos cuencos de mijo, el cereal por excelencia en esta zona y, además, símbolo de bienvenida. Algunos nos miraban con los ojos como platos, otros se escondían detrás de los árboles, tímidos al principio, aunque no tardarían en acercarse al grupo de extraños y llamar nuestra atención al grito de “¡tubab, tubab!”, una forma cariñosa de referirse a los hombres y mujeres de piel blanca en la lengua local.

Saré Yoba, un pueblo para los niños

Mijo de bienvenida. © Lara Aparicio / UNICEF

Senegal, mi primer viaje a terreno desde que trabajo en UNICEF. Cada minuto que pasaba era más sorprendente que el anterior. Tanto que, cuando llegué a España, no sabía por dónde empezar a hablar de todo lo que había visto y de las personas increíbles que había conocido. Saré Yoba es el ejemplo perfecto para intentar explicarlo con palabras. Además, fue ahí donde conocí a Suleimán.

Estábamos sentados bajo un enorme árbol, escuchando las palabras de agradecimiento del alcalde del pueblo, un hombre muy comprometido con los derechos de los niños de su comunidad, cuando Suleimán se me acercó gateando. Hacía mucho tiempo que no veía a un niño tan despierto. Atraído por los colores y las formas de la cámara que llevaba conmigo, el pequeño intentaba cogerla. ¡Le faltó poco para hacerme él las fotos!

Saré Yoba, un pueblo para los niños

Suleimán. © Lara Aparicio / UNICEF

Como nos explicaron el alcalde y las autoridades de este pequeño pueblo de la región de Kolda, aquí se trabaja la protección de los derechos de los niños de forma integral. Con el apoyo de nuestra oficina regional, los niños de Saré Yoba tienen a su alcance una red de servicios que, haciendo virguerías con los escasos recursos disponibles, intentan cubrir las esferas esenciales para su desarrollo.

Gracias a ello, en un par de años, Suleimán podrá ir a la clase de preescolar del colegio que se encuentra en el mismo pueblo. Pero no solo eso, en el centro se han construido dos edificios de letrinas que evitarán que Suleimán contraiga enfermedades muy peligrosas como el cólera, que se transmite por las aguas fecales descontroladas. Además, es habitual que se instalen bombas de agua en los colegios para acercar el agua potable a los niños pero, en esta escuela de Saré Yoba, la bomba estaba estropeada, esperando una reparación que depende de la llegada de nuevos fondos.

En nuestra visita también conocimos el centro de salud que da servicio al pueblo y sus alrededores. La enfermera encargada del centro y el resto de trabajadores nos explicaron detalladamente cuáles eran sus funciones. Parecía increíble que solo en ese edificio atendiesen partos, tratasen casos de desnutrición, pusiesen vacunas, pasasen consulta y distribuyesen medicamentos.

Saré Yoba, un pueblo para los niños

Niños del pueblo de Saré Yoba. © Lara Aparicio / UNICEF

En centros de salud y escuelas, se trabaja para identificar a los niños que no han sido registrados al nacer. Por ejemplo, cuando a Suleimán le llegue la hora de presentarse a su primer examen oficial, no podrá hacerlo si sus padres no informaron de su nacimiento en el ayuntamiento, por lo que sus profesores tendrán que asegurarse de que esté inscrito correctamente. Algo similar ocurre en los centros de salud, donde se acompaña a todas las madres que dan a luz ahí a que inscriban a sus bebés en el registro.

Un 45 % de los niños de Senegal no son registrados al nacer. Un niño sin registrar es un niño invisible y, por lo tanto, sin ningún tipo de derechos. Por ello, nuestros compañeros trabajan sin descanso para formar a las autoridades de Saré Yoba y de otras localidades sobre la importancia de este sencillo gesto en el futuro de sus niños.

No tuve ocasión de preguntar si Suleimán había sido registrado. Tampoco pude pasar más tiempo jugando con aquel niño tan risueño del que siempre me voy a acordar. Lo que sí sé es que Suleimán está en buenas manos, las de los compañeros de la oficina de Senegal, que han conseguido sensibilizar y formar a las autoridades de Saré Yoba que han hecho del pueblo, un pueblo para sus niños.

Una lluvia que no siempre es una bendición: desarrollo de un Sistema de Alerta Precoz a inundaciones en Senegal

Por Luis Jabonero Díaz. Delegado CRE en Senegal.

En Senegal, como en otros países del Sahel, las estaciones no se dividen en cuatro como en Europa, sino solo en dos: la estación seca y la estación lluviosa. La estación húmeda, conocida como hivernage, coincide aproximadamente en el tiempo con el verano en España. Se trata de un período cálido que dura desde junio hasta octubre, durante el cual se producen prácticamente todas las precipitaciones del año en el país. Las lluvias de esta época caen de modo intenso y en períodos cortos de tiempo. A veces, se precipitan de modo torrencial, con gran violencia, en auténticas lluvias diluvianas.

Senegal es uno de los países menos desarrollados del mundo. Aquí, la falta de oportunidades en el ámbito rural ha llevado durante las últimas décadas a una intensa y a veces desordenada migración del campo a las zonas urbanas. En muy poco tiempo, las localidades han multiplicado su tamaño, creciendo especialmente la periferia de las grandes ciudades. No obstante, este movimiento de personas no se ha visto acompañado de mejores infraestructuras de saneamiento o habitabilidad. Así, amplias zonas carecen de alcantarillado y sistemas de drenaje del agua, y con frecuencia las casas se asientan sobre cauces secos de ríos o lagos.

Ambos fenómenos, las lluvias torrenciales y las frágiles condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables, se conjugan cada año durante los meses de la estación húmeda dando lugar a importantes inundaciones que causan graves daños sobre las personas y sus bienes. Se comprueba, una vez más, cómo la emergencia tiene causas y efectos que van más allá de lo puntual, poniendo en evidencia los graves problemas estructurales de tipo socioeconómico que subyacen a la catástrofe. El manto de agua torrencial, al atravesar los débiles muros y techos de cartón y hojalata de las viviendas, deja al descubierto la extrema vulnerabilidad de miles de personas.

Durante el verano de 2008 (a ese momento corresponden las fotografías), las inundaciones asolaron Senegal con una intensa fuerza. Sus efectos en términos de pérdida de vidas, desplazamiento de familias cuyos hogares habían quedado anegados o la ruina para multitud de negocios, fueron similares a otros años de grandes lluvias. No obstante, hubo algo que fue diferente: en el seno de la Cruz Roja, organización humanitaria dedicada a dar respuesta a las emergencias y apoyo a las poblaciones afectadas, se produjo un cambio con respecto a inundaciones anteriores. Por primera vez en su historia, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja lanzó un llamamiento de ayuda de urgencia preventivo.

Ante las alarmantes previsiones climatológicas que indicaban un riesgo muy elevado de inundaciones para toda la zona de África Occidental, la Cruz Roja decidió tomar medidas para preparar la respuesta, antes incluso de que esta respuesta fuera necesaria. Entre otras acciones, se pre posicionaron kits de socorro, se dio formación a los equipos locales de voluntarios en respuesta a inundaciones, se desarrollaron planes de acción por todas las cruces rojas de los países afectados, y se buscó el apoyo financiero de los donantes internacionales. Una vez que las inundaciones finalmente se produjeron en Senegal, la Cruz Roja Senegalesa, gracias a todo este trabajo previo, reaccionó con agilidad y rapidez a la situación de las poblaciones más afectadas por las lluvias torrenciales.

La experiencia demostró la importancia de la preparación y de la prevención ante fenómenos naturales que derivan en desastres, de cara a hacer la respuesta más eficaz, económica y rápida. Pero también se obtuvieron interesantes lecciones. En el caso de Senegal, la Federación Internacional de la Cruz Roja evaluó tras la catástrofe que la trasmisión de información desde la sede hasta los equipos locales había sido desestructurada y precipitada. Además, se observó que los voluntarios de la Cruz Roja no disponían de suficiente formación en gestión del agua o en tratamiento de la información meteorológica, lo que hizo que con frecuencia las poblaciones locales desoyeran sus advertencias previas ante la falta de credibilidad de su mensaje. Finalmente, se puso en evidencia la necesidad de contar con protocolos sistemáticos y formales de colaboración con el Servicio Meteorológico Nacional.

Por todo ello, considerando que las inundaciones son el tipo de emergencia que más daños causa en Senegal y que todos los años obligan a los senegaleses a lamentar importantes pérdidas humanas y materiales, la Cruz Roja Española decidió apoyar a su organización socia en el país, la Cruz Roja Senegalesa, a mejorar su gestión y preparación ante inundaciones. Basándose en la experiencia y lecciones aprendidas durante la emergencia de 2008, durante el año 2012 ha puesto en marcha un proyecto de refuerzo institucional dirigido a desarrollar en el seno de la Cruz Roja Senegalesa un Sistema de Alerta Precoz a inundaciones.

El objetivo del proyecto es diseñar un sistema de prevención de emergencias basado en la información meteorológica local. Una vez puesto en marcha, la Cruz Roja Senegalesa dispone de una red de equipos ubicados en todo el país capaz de dar respuesta a un desastre natural. Cada uno de estos equipos está localizado de modo permanente en el nivel más próximo a las potenciales poblaciones afectadas. Así, y gracias a las nuevas tecnologías de la información, ante una alerta de inundación la Cruz Roja dispone ahora de la capacidad de prevenir a tiempo los riesgos y activar un plan de respuesta antes de que la emergencia tenga lugar. Y ello en cualquier punto del país, incluso en las regiones más remotas.

Para mejorar la capacidad de intervención y de gestión de los equipos de respuesta, se formó a los voluntarios en conocimientos meteorológicos, en respuesta a emergencias ligadas al agua y en técnicas de comunicación de grandes grupos de personas. Los voluntarios regionales se encargaron, a su vez, de trasmitir los conocimientos a los equipos de respuesta a inundaciones departamentales y locales, logrando que la red de alerta precoz se extendiera de modo capilar hasta todos los rincones del país.

Al mismo tiempo, se desarrolló junto al Servicio Meteorológico Senegalés un sistema de información en tiempo real a través de SMS, destinado a alertar de inundaciones con hasta 6 horas de antelación. Así, la información no permanecería en un solo punto central, sino que esta información fluiría desde que la alerta es lanzada por el Servicio Meteorológico hasta cualquiera de los nodos de la red de prevención de la Cruz Roja. Ubicados en todos los extremos del país, la información anticipada permite la preparación de las poblaciones a tiempo antes de que las lluvias torrenciales tengan lugar.

Durante la presente estación lluviosa, en especial desde mediados de agosto de 2012, las tormentas están causando en toda la región de África Occidental importantes daños. Sólo en Senegal ya han provocado 24 fallecimientos, habiendo afectado a cerca de 300.000 personas. Se trata de un fenómeno de proporciones tan graves y recurrentes que exige soluciones estructurales y duraderas en las que las autoridades senegalesas están trabajando actualmente. Cruz Roja Senegalesa no tiene a su alcance la realización de grandes obras de infraestructuras o la planificación urbanística, pero sí puede reaccionar en el socorro de las poblaciones afectadas cuando el desastre tiene lugar y en su recuperación posterior. Ahora, además, y gracias al reciente apoyo de Cruz Roja Española, se encuentra más capacitada para reaccionar a tiempo ante las inundaciones y salvar vidas.