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Por aquí han pasado cooperantes de Ayuda en Acción, Cruz Roja, Ingeniería Sin Fronteras, Unicef, Médicos del Mundo, HelpAge, Fundación Vicente Ferrer, Médicos Sin Fronteras, PLAN
Internacional, Farmamundi, Amigos de Sierra
Leona, Sonrisas de Bombay y Arquitectura sin Fronteras.

Archivo de la categoría ‘El Salvador’

Mujeres agricultoras cosechando cambios

Martín Alvarado, Ayuda en Acción El Salvador

La temporada de invierno casi ha iniciado en El Salvador, pero el calor que vivimos día con día ronda los 33°C en la mayoría de los departamentos; caso contrario se vive a 91 Kms de la ciudad de San Salvador, específicamente en el municipio de Apaneca, en el departamento de Ahuachapán, donde su temperatura promedio es de 23°C convirtiéndolo en una de las zonas más altas del país y conocida también por la Ruta de Las Flores, llamada así por sus vistosos parajes que adornan el recorrido de la carretera que conduce al municipio.

En realidad, mi intención no es en esta ocasión describir el clima y las bellezas naturales con las que cuenta el país, únicamente he querido describir uno de los lugares donde existen cientos de familias rodeadas de diferentes tonos de verde y gamas de colores, pero que más allá existe una realidad que tienen que afrontar ante la difícil situación de pobreza que viven y la vulnerabilidad frente a las diversas condiciones climáticas que presenta la zona.

Rubidia García, originaria de Apaneca y que actualmente vive en la comunidad El Valle del cantón Palo Verde en el mismo municipio, nos permitió conocer parte de su diario vivir, compartiendo con ella actividades de las que ahora se siente orgullosa de realizar y ser ejemplo para muchas otras mujeres de su comunidad. A sus 45 años doña Rubidia participa en las reuniones de la Junta Directiva de su comunidad, administra la tienda de su escuela, es productora de hortalizas y lleva adelante su hogar conformado por sus cuatro hijos y su esposo.

 Rubidia trabaja en la cooperativa cultivando tomates. Foto: Martín Alvarado, AeA El Salvador

Entre el aroma de las plantas de tomate y un agradable clima, Rubidia nos contó su experiencia de formar parte del grupo de productores y productoras de hortalizas, apoyados por Ayuda en Acción, mediante la instalación de un invernadero para el cultivo de tomate y chile dulce.

Mostrándonos parte del invernadero, Rubidia detalló muchos de los beneficios que trae la producción de hortalizas tanto para las 6 familias participantes, así como también para la comunidad. Pues ella detalla que su comunidad se vio seriamente afectada hace 4 años luego de la erupción del volcán Ilamatepec en Santa Ana, donde el agua hirviente, la ceniza y rocas arrojadas por el volcán arrasaron con 114 hectáreas de plantaciones de café y afectaron otras 10.000 más en muchas de las zonas al occidente del país.  

La comunidad El Valle como muchas otras, son tradicionalmente dedicadas a la caficultura, la situación vivida por ese entonces dejó grandes pérdidas en el sector cafetalero y principalmente en la única forma de trabajo que existe para los lugareños, quienes recuerdan un 2006 sin cosecha y hasta 2009 una leve recuperación de los cultivos.

Ante este tipo de situaciones, Ayuda en Acción implementó diversas iniciativas productivas en la zona, siendo una de estas la instalación del invernadero para la producción de hortalizas, proyecto que además de generar nuevos ingresos a las familias, busca abrir espacios a la participación activa de las mujeres en las iniciativas productivas. En ese sentido la participación de Rubidia en este tipo de grupos ha sido motivo de romper esquemas sociales y costumbristas de su comunidad, pues el intercambio de trabajo entre hombres y mujeres por años no ha sido visto como una tarea común.

El grupo que actualmente está conformado por 6 participantes, está integrado por 4 hombres y 2 mujeres, Rubidia y Ana Dilia, quien entrada la conversación llegó al invernadero junto a Francisco, preparados para realizar el riego del día y el mantenimiento de los cultivos. Ana Dilia, se sumó a contar experiencias de su trabajo en el grupo, haciéndonos un contexto de donde venía la participación de las mujeres y es que expresa que ella desde niña estuvo acostumbrada a trabajar en las fincas de café junto a otros niños, niñas, jóvenes y adultos, lo que formó en ella y su familia esquemas diferentes a los tradicionales.

Rubidia muestra los tomates producidos en el invernadero. Foto: Martín Alvarado, AeA El Salvador

Quizá por el tabú del tema, entre sonrisas nerviosas ambas compañeras dijeron estar dispuestas a cambiar muchas de las creencias populares, principalmente aquellas que afectan la participación de la mujer; no dude ni dos segundos en preguntar cuáles son esas creencias, sus respuestas estaban orientadas a relacionar el periodo menstrual de la mujer con la pérdida de las cosechas.

Francisco uno de sus compañeros, entre dudas expresó que no hay que creer pero tampoco dejar de creer, expresión que sus compañeras dijeron no estar en su total acuerdo, y es que dijeron ya haber comprobado que eso no era cierto y que posiblemente ese tipo de comentarios surgieron en tiempos pasados para alejar a la mujer de las labores de trabajo en la tierra.

 “Nuestro esfuerzo es reconocido pero también criticado, lo que cultivamos ayuda a nuestras familias, vendemos a un menor precio los tomates a la comunidad y en cada corta damos una parte al centro escolar para mejorar sus refrigerios” palabras de Ana Dilia que sustentan su esfuerzo y participación con el objetivo de mejorar las condiciones de su familia y con la esperanza de cosechar cambios en la participación de la mujer en actividades productivas.

Acercando la tecnología a la niñez de las zonas rurales en El Salvador

Martín Alvarado, Ayuda en Acción El Salvador

Para muchas y muchos de nosotros es muy normal y hasta visto como parte de nuestras vidas cotidianas sentarnos frente a un ordenador e iniciar nuestras actividades de trabajo. En las conversaciones de pasillo es común hablar de estar desactualizados si no manejamos un programa informático específico, si no estamos dentro de las nuevas redes sociales e ir más allá de especificaciones de nuestros equipos, capacidad de almacenamiento, ancho de banda de Internet, en fin, mil y una cosa que muchas veces nos hace sentir inconformes con las nuevas tecnologías.

En El Salvador y principalmente en las áreas rurales, el acceso a la educación es limitado y en muchas de las ocasiones las condiciones de infraestructura escolar, además de no contar con servicios básicos, no cuentan con el personal docente, materiales didácticos y mucho menos con equipo informático necesario para impartir las clases.

Ejemplo de esta situación es la vivida por cientos de estudiantes de diferentes centros escolares del municipio de Tacuba, en el departamento de Ahuachapán, donde según estadísticas de organizaciones que intervienen en la zona, aseguran que de los 40 centros escolares instalados en el municipio, sólo 8 escuelas cuentan con acceso a ordenadores instalados para su uso educativo.

Frente a este contexto, Ayuda en Acción marcó la diferencia llevando a 4 escuelas del municipio de Tacuba la implementación de centros de cómputo en cada una de estas, proyecto denominado “Acercando las tecnologías informáticas a centros educativos de Ahuachapán, El Salvador”, financiado por la Obra Social Caja de Burgos, Comercio Justo Johnson Controls y Ayuda en Acción. El proyecto incluyó la entrega de 40 equipos informáticos, mobiliario para su instalación y la mejora de las instalaciones eléctricas en los salones; además de la adecuación de ventiladores de techo para la comodidad de los estudiantes.

Con este apoyo a la educación, más de 1.600 niñas y niños que asisten a los centro escolares Juan Pablo II, Las Palmeras, El Molino y El Rodeo II, en Tacuba, tienen ahora acceso a este tipo de tecnologías, lo cual de manera continua generará motivación en las actividades de estudio y su permanencia en la escuela.

Durante las actividades de inauguración de los centros de cómputo, realizadas en el marco del desarrollo de la Semana de Acción por la Educación (SAME 2010), denominada para este año “1 GOL por la Educación”, fue gratificante conocer desde la niñez cuáles eran sus expectativas con los centros de cómputo, la mayoría de sus respuestas se resumen en alegría de poder entrar en contacto con un ordenador; pues no es para menos, en el municipio como en diversas zonas rurales del país, existen miles de estudiantes que aseguran nunca haber tenido contacto con un ordenador.

Situación que vive muy de cerca Sandra, una joven de 15 años y que actualmente cursa el noveno grado en el centro escolar Las Palmeras; con un movimiento ligero de sus dedos y una sonrisa nerviosa, nos cuenta que desconoce del manejo de un ordenador, pero que eso no será motivo para dejar de aprender. Sandra relata que desde pequeña ha sido constante con sus estudios y muchos de sus compañeros y compañeras la admiran por el esfuerzo que pone día con día, debido a que en comparación con muchos otros estudiantes, ella tiene que desplazarse seis kilómetros desde su hogar hasta la escuela, lo que le equivale a casi tres horas de camino.

Entre un agobiante sol y nubes de polvo, Sandra se desplaza caminando todos los días a su escuela, pues la difícil situación económica que vive junto a su familia conformada por otros 4 hermanos más, su madre dedicada al hogar y su padre que trabaja en la siembra de granos básicos, impiden que pueda destinar un dólar diario para su transporte, el cual además es escaso, poco seguro e irregular en su servicio.

Para esta joven el centro de cómputo le ha dado mayor motivación para continuar el próximo año sus estudios de bachillerato, con vistas a estudiar una opción técnica y continuar superándose, acortando así su distancia del saber y el uso de las nuevas tecnologías para su desarrollo educativo y personal.

Un defensor de los Derechos Humanos

Martín Alvarado, Ayuda en Acción El Salvador

Marzo significó muchas fechas importantes y en ese sentido el post anterior estuvo referido al Día Internacional de la Mujer Trabajadora, como este día se conmemoraron muchos otros como el día mundial del Agua, el de la eliminación de la discriminación racial y muchos otros, pero en El Salvador se conmemoró de manera especial el 30 aniversario del asesinato del Arzobispo Oscar Arnulfo Romero.

Muchas personas a nivel mundial conocen la historia de Romero, quien dejó un legado al pueblo salvadoreño y a la humanidad en general. Romero es el salvadoreño más representativo, el que mejor encarna ese anhelo, esa convicción de todas y todos por su derecho a vivir en paz y con justicia social.

Para quienes por primera vez escuchan de Romero, fue arzobispo de San Salvador y activista de los Derechos Humanos, fue una persona que promovió, demandó y exigió el cumplimiento de los Derechos en los años más duros de la guerra civil en El Salvador bajo una dictadura militar; tiempos en los que era difícil hablar de esos temas, pero que en sus sermones convocaba a los sectores privilegiados de la sociedad a que convirtieran su corazón hacia el pueblo, para que pudiese haber una sociedad en armonía y más justa.

A causa de estas situaciones Romero fue asesinado un 24 de marzo de 1980, hecho perpetrado por un francotirador mientras oficiaba la misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia. Bastó un sólo disparo para acabar con la vida de una persona amante de su pueblo, pregonero y luchador incansable de los Derechos Humanos.

Monseñor Romero “La voz de los sin voz” como es conocido popularmente; luego de la firma de los acuerdos de paz en 1992 hasta 2009, sus conmemoraciones habían sido realizadas bajo gobiernos de derecha. Fue hasta este año a 9 meses de la toma de posesión de un presidente de izquierda en el país, Mauricio Funes, quien el pasado 24 de marzo realizó un acto conmemorativo en donde pidió perdón por el magnicidio de Romero, perdón que extendió también a todas las víctimas que dejó la pasada guerra civil salvadoreña en los ochenta.

Por tal motivo recordar su memoria y su legado significan un hecho importante para la construcción de la democracia en El Salvador. Pues para construir democracia hace falta la demanda de la justicia social, la igualdad de derechos y el logro de la aplicación de la justicia.

En la actualidad se necesita recobrar y mantener vivos muchos de esos valores que identifican al país; es por eso que Ayuda en Acción realizó en coordinación con su socio estratégico el Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI), la exposición Monseñor Vive!, inaugurada en marzo en el marco de la conmemoración del 30 aniversario de su muerte y dentro del proyecto de rescate de memoria histórica que ejecuta Ayuda en Acción y el MUPI.

En la exposición, se recogieron fotografías que reflejan la manera en que las comunidades campesinas rurales y urbanas conmemoran o se apropian del pensamiento y del ejemplo de Romero. También a raíz de la exposición surgieron fotos perdidas de Romero, material inédito y nunca mostrado que refleja el trabajo de Romero con los sectores más pobres del país, los niños, las niñas y sus comunidades.

Mujeres de barro

Martín Alvarado, Ayuda en Acción El Salvador

Iniciamos una nueva experiencia dentro del blog solidario, por lo que quiero presentarme con cada uno de ustedes, mi nombre es Martín, soy de El Salvador y formo parte del Programa Nacional de Ayuda en Acción en el país, me encuentro apoyando la parte de comunicaciones desde hace un año. Además de ser la primera vez en el blog, es la primera vez que escribo un post; pero en la manera de lo posible trataré de transmitir pequeños capítulos de las realidades vividas de muchas familias salvadoreñas con las que trabajamos.

Partiendo de marzo, mes que resguarda una fecha importante a nivel mundial (8 de marzo, Día de la Mujer), dedico este post a todas y cada una de las mujeres que día con día han venido escribiendo historia y haciendo cambios importantes para hacer valer sus Derechos y ejercer la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.

Dentro de la intervención de Ayuda en Acción en El Salvador, mantenemos la convicción de trabajar bajo un enfoque de igualdad de Derechos entre mujeres y hombres, se han implementado diversas acciones que fomentan la participación protagónica de la mujer en los procesos de desarrollo, los cuales han generado cambios en las condiciones de vida de las niñas, los niños, sus familias y las comunidades.

El tema de Mujeres de barro, es un impulso a contarles un poco sobre un trabajo que enorgullece a varios grupos de mujeres residentes en el municipio de Santo Domingo de Guzmán, en el departamento de Sonsonate al Occidente del país, lugar donde la alfarería se está convirtiendo en una característica propia de la zona.

Conversando con doña Dionisia García, quien a sus 63 años forma parte de los grupos de artesanas apoyados por Ayuda en Acción, expresa con un rostro marcado por la edad pero lleno de alegría, que desde pequeña trabajó junto a su familia en la elaboración de artesanías en barro, su especialidad ha sido la elaboración de las muy características ollas y cómales de barro.

Una de las cosas más enriquecedoras dentro los minutos conversados con doña Dionisia, su hija y su hermana, fue oír su experiencia y reflexionar desde hace cuánto tiempo atrás, las mujeres han venido luchando por establecer una igualdad de oportunidades. Pues explican que años atrás, trabajar con barro provocaba burlas en los hombres, ellos decían que éste era un trabajo de mujeres y no de hombres, porque el trabajo de ellos era específicamente la cuma, aunque recalca que las mujeres también realizaban y realizan siembras de granos básicos, los primeros hombres que trabajaron el barro fueron tachados de inútiles que jugaban con lodo.

Estos comentarios nunca afectaron a su familia y continúan adelante, hoy en día su hija e hijo trabajan en la elaboración de las diferentes artesanías en barro. Lejos de las sonrisas, doña Dionisia expresa con una voz fuerte que ella nunca ha estado atenida a que la mantengan, se define como una mujer que no depende de los demás, luego de contar amargas experiencias vividas junto a su ex esposo atrapado por el alcoholismo.

Mientras realizaba un bonito jarrón decorativo en barro, se detuvo un momento y me mostró sus herramientas de trabajo, simple y sencillamente miramos sus manos envueltas en barro, a lo que ella expresó “enlodándome las manos, pude ofrecer estudios a mis hijos y me siento orgullosa de ser ejemplo para ellos, y que continúen sacando adelante a sus familias con este bonito oficio.”