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Internacional, Farmamundi, Amigos de Sierra
Leona, Sonrisas de Bombay y Arquitectura sin Fronteras.

Archivo de abril, 2017

El poder de las vacunas

Por Belén Ruiz-Ocaña, desde UNICEF en Cuba

Analía no lo sabe, pero el pinchazo que acaba de causarle un gran berrinche la protege contra tres enfermedades. Hasta que la vacuna ha llegado a su brazo, ha recorrido un largo camino en el que cada paso es fundamental: desde que UNICEF adquiere la vacuna hasta que las enfermeras se la ponen a Analía en un policlínico de La Habana, Cuba, hay que garantizar que la cadena de frío no se rompe, y que la dosis llega en perfectas condiciones.

En el centro donde conozco a Analía y a su madre, Gretel, 160 niños son vacunados cada año. En este barrio la cobertura de vacunación en 2016 llegó al 100%. En todo el país, anualmente se distribuyen 4,8 millones de dosis de 12 tipos de vacunas para prevenir 13 enfermedades. Desde 1962 se han erradicado seis enfermedades, se han eliminado distintas complicaciones y se han reducido las tasas de morbilidad.

El poder de las vacunas

Analía, antes de recibir la vacuna que la protege contra tres enfermedades/ © UNICEF

Los números demuestran el poder de las vacunas, que cada año salvan entre 2 y 3 millones de vidas. El año pasado UNICEF adquirió 2.500 millones de dosis de vacunas, que llegaron a casi la mitad de niños menores de 5 años en todo el mundo. Solo en Cuba, UNICEF adquiere 70.000 dosis de la vacuna PRS (para prevenir la parotiditis, rubeola y sarampión), lo cual supone el 60% de las que se necesitan en todo el país.

Gracias a la aportación de UNICEF y su trabajo junto con la OMS, la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización, la Fundación Bill y Melinda Gates y otros aliados, se han logrado grandes éxitos como la reducción en un 85% y 83%, respectivamente, del número de niños menores de 5 años fallecidos debido al sarampión y al tétanos neonatal. Las vacunas han posibilitado la reducción en un 47% de las muertes por neumonía y un 57% de las causadas por la diarrea. Y sin embargo, el reto hoy es llegar a los 19,5 millones de niños que todavía hoy no reciben la vacuna que podría salvar su vida.

Por eso, cuando termina la Semana Mundial de la Vacunación, la sonrisa de Analía solo un rato después de recibir su dosis de la vacuna PRS nos recuerda una vez más el gran poder de las vacunas.

Cómo superar la brecha educativa a través de la tecnología

Por Brian Boye, Técnico de Comunicación de Plan International en India

En el mundo actual, la alfabetización digital se está convirtiendo en algo tan importante como la alfabetización tradicional. Más del 90% de los empleos en todo el mundo tienen un componente digital según la UIT, Unión Internacional de Telecomunicaciones. No obstante, las mujeres y las niñas siguen enfrentándose a barreras diarias que impiden su acceso y uso de la tecnología y las herramientas digitales al mismo nivel que los hombres y los niños.

En India, aproximadamente el 50% de las escuelas no dispone de baños para las niñas y el 46% de las niñas abandona la escuela antes de cumplir 15 años. Por cada año que una niña permanece en la escuela, en el futuro, sus ingresos aumentarán entre un 10-20%, y si llega a terminar la escuela secundaria, su matrimonio se retrasará 4,4 años.

Los Centros de Aprendizaje Digital de Plan International en India, creados en colaboración con Ericsson, utilizan soluciones tecnológicas para proporcionar una educación de calidad a adolescentes y mujeres de entre 15 y 25 años dentro de sus propias comunidades, para ayudarles a superar el problema que supone la movilidad para las mujeres en Nueva Delhi.

Una de las muchas razones por las que las niñas abandonan su educación es porque las escuelas están ubicadas muy lejos de sus hogares y deben recorrer largas distancias en las que se exponen a violencia, lo que lleva a los padres a temer por la seguridad de sus hijas.

Desde 2015, se han establecido 12 Centros de Aprendizaje Digital en las comunidades marginadas de Dwarka, Holambi Kalan y Rangpuri Pahadi en Nueva Delhi, en zonas de fácil acceso y seguras.

De lunes a viernes, las niñas dan clases de Inglés, Matemáticas, Ciencias, Derechos humanos y Género, desarrollo de la personalidad y salud reproductiva y sexual y también reciben orientación laboral y asesoramiento.

Los centros han sido muy beneficiosos, especialmente para las niñas como Jhanvi, que sufrió una lesión cerebral en un accidente y no pudo continuar con su educación durante un largo período de tiempo porque temía volver al colegio. Gracias a los Centros de Aprendizaje Digital, Jhanvi pudo aprender a leer y a escribir de nuevo.

Es sólo una de las muchas chicas que ha conseguido mejorar su situación después de unirse a los Centros de Aprendizaje Digital. Hasta el momento, 517 niñas asisten activamente a los 12 centros que ha instalado Plan International en India. El proyecto tiene un alcance total de más de 10.000 niñas y mujeres a través de sus diversas actividades.

El proyecto tiene como objetivo beneficiar a más de 15.000 niñas y mujeres durante los próximos tres años, haciendo que el aprendizaje y el desarrollo de sus habilidades sea asequible, en un ambiente seguro y adecuado para ellas.

El uso innovador de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en las escuelas, garantiza que las niñas, sin importar su lugar de residencia, tengan acceso a una educación de calidad.

Dos años del terremoto de Nepal: reconstrucción y resiliencia

Nuestro objetivo es apoyar a las comunidades para que Nepal sea resistente y resiliente”

 Por Shreeram KC, Gerente de Comunicación de Plan International en Nepal

Hace exactamente dos años, un terremoto de magnitud 7,8 golpeó Nepal a las 11.56 de la mañana. A consecuencia del desastre casi 9.000 personas perdieron la vida, más de 22.000 resultaron heridas. Además de destruir miles de casas, 8.000 escuelas se redujeron a escombros, interrumpiendo la educación de más de un millón de niños y niñas.

Dos años después, sólo 1.500 de estas escuelas han sido reconstruidas, lo que significa que muchos niños y niñas están aprendiendo en escuelas temporales o todavía no tienen escuela a la que acudir. Aunque la reconstrucción ha comenzado todavía queda mucho por hacer.

 

Niñas en una escuela temporal.©Plan International

Como organización que defiende los derechos de la infancia, responder a las necesidades de los niños y niñas fue nuestra máxima prioridad en el momento del terremoto. Comenzamos nuestra respuesta proporcionando alivio inmediato a los niños, familias y comunidades en las partes más remotas de Nepal. No fue una tarea fácil. Los caminos a estas comunidades no eran buenos incluso antes del desastre, y para acceder a algunas áreas afectadas había que andar dos o tres días en el mejor de los casos, por lo que no pudimos llegar hasta cuatro o cinco días después del terremoto.

Cuando llegamos, todos estaban llorando, preocupados e inquietos. Necesitaban desesperadamente alimentos, agua y refugio, y se encontraban en estado de confusión y pánico porque, en las semanas y meses después del terremoto inicial, nos enfrentábamos a varias réplicas cada día. Algunas de las réplicas fueron de 5,2 en la escala de Richter, por lo que cada día parecía revivirse la catástrofe y la gente no dejaba de preguntarse si el mundo nunca iba a dejar de desmoronarse.

En los meses que siguieron, y hasta nuestros días, nuestra respuesta se ha centrado en ayudar a las personas a reconstruir sus vidas y sus medios de subsistencia, y en restaurar un sentido de normalidad en la vida de las niñas y niños. No debemos permitir que los desastres naturales los dejen en situación de vulnerabilidad, deben tener las mismas oportunidades que todos los niños y niñas para alcanzar su potencial.

Aunque las escuelas están funcionando, carecen de instalaciones suficientes. Del mismo modo, la reconstrucción de viviendas se está retrasando. El gobierno está ofreciendo ayudas, pero el ritmo es lento y muchas áreas de Nepal no parecen diferentes de cómo se veían justo después del terremoto.

Sin embargo, siempre hay esperanza y, en los últimos dos años, nuestro trabajo ha llevado a que se construyan 12 escuelas nuevas –y otras 10 más están en construcción- en las zonas más afectadas por el desastre. Son escuelas que están preparadas para niñas y niños con discapacidad y se están diseñado para soportar futuros desastres. Han sido muy bien recibidas por las comunidades que se están beneficiando de ellas -en total más de 5.000 niños y niñas- así que, de la devastación y la destrucción, ha sido posible crear algo positivo que estará ahí para las próximas generaciones.

Construir colegios no es solo proporcionar estructuras permanentes para la educación, es construir una cultura de seguridad y preparación ante desastres y asegurar que la comunidad se hace cargo de estas escuelas. No podemos prevenir los desastres naturales, pero podemos intentar mitigar los riesgos. Nuestro objetivo es apoyar a las comunidades para que Nepal sea resistente y resiliente.

Siendo Nepal uno de los países con más probabilidades a sufrir desastres, una preparación como ésta es una necesidad. Los riesgos asociados con los terremotos deben ser identificados por adelantado para poder diseñar planes y poner fin a los riesgos. Las comunidades también deben ser conscientes de lo que pueden hacer para prepararse y salvar vidas. Esto solo será posible si los gobiernos y las agencias de desarrollo invierten y continúan trabajando juntos.

Además de los 14 distritos afectados por el terremoto, el gobierno necesita evaluar el estado de las escuelas que permanecen en pie y debe tomar medidas para confirmar que sean seguras.

Desde Plan International hemos trabajado para influir en las políticas y los cambios legislativos, apoyando el desarrollo de una política de colegios seguros que ahora está siendo revisada por el Ministerio de Educación.

El gobierno y otras agencias también deben trabajar para crear un plan de evacuación para asegurarse de que los estudiantes saben qué hacer si vuele a ocurrir un desastre. Esto es lo que nos traerá esperanza en tiempos difíciles y nos hará sentir más fuertes. Si un día como el 25 de abril de 2015 sucede de nuevo, estaremos preparados porque habremos trabajado para crear una nación verdaderamente resistente y resiliente.

 

Volver a empezar tras un terremoto

Por Leticia Diego, delegada de Cruz Roja Española en Ecuador.

Barón Zambrano vive en Coaque, Pedernales una comunidad afectada por el terremoto que azotó a Ecuador el 16 de abril.

Padre soltero con dos hijos, vivía en su terreno junto a su hermana y familia antes del fatídico 16 de abril.

Barón trabaja en una empacadora de camarones y es el único miembro de la familia con trabajo fijo. Los gastos de su familia y de la de su hermana recaen sobre sus hombros.

El día del terremoto Quedamos en la calle, con lo que teníamos puesto. Las paredes colapsaron, deteriorando todo lo que estaba adentro. Pudimos rescatar pocas cosas como platos y cucharas, el resto se echó a perder, comentó Barón, con sus ojos llenos de lágrimas al recordar el día del desastre.

Durante el terremoto, Barón y su pequeña hija estaban dentro de casa. La tierra tembló tan fuerte que no pudieron salir y quedaron atrapados durante varias horas bajo los escombros. Esperaron ayuda, con la esperanza de sobrevivir.

Tras el duro golpe decidieron empezar de cero. Limpiaron los escombros e improvisaron un nuevo hogar construido con carpas y caña guadua. Barón confiesa que entre sus planes estaba vivir este lugar por mucho tiempo, puesto que asumía que no podría recuperarse de un desastre de esa magnitud y no podía reconstruir una vivienda fácilmente.

Cruz Roja Española interviene junto a Cruz Roja Ecuatoriana y la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en la mejora de las condiciones de habitabilidad de la población afectada por el terremoto del 16 de abril. Barón Zambrano y su familia fueron los primeros beneficiarios del proyecto.

Me había resignado a esperar, quién sabe cuántos años para volver a levantar mi casa, pero gracias a Cruz Roja Ecuatoriana hoy puedo dormir tranquilo al saber que en poco tiempo mi familia tendrá un lugar digno para vivir” asegura Barón con entusiasmo.

Víctima de Boko Haram: nacido entre las bombas

Badre Bahaji, miembro del equipo de comunicación de UNICEF-Chad en Yamena 

La primera vez que vi a Kaltouma Ali, una mujer de 33 años y madre de 5 hijos —incluyendo el bebé de 12 meses, Hissein, nacido entre bombas — me llamó la atención lo fatigada que se la veía, pero también la dignidad que reflejaban sus ojos. En el mismo momento en el que nos conocimos, Hissein trepó a mi regazo, sin mostrar el menor atisbo de temor hacia los extranjeros.

“Hace dos años que ocurrió aquello. Era ya de noche y recibimos una llamada de la isla en el Lago Chad donde vivía mi madre. Estaba muy enferma y necesitaba mi ayuda. Dejé a mis hijos aquí y encontré una canoa que me llevaría hasta la isla. Sabía que Boko Haram andaba por la zona, pero necesitaba traerla aquí, al continente, donde podría recibir tratamiento médico” comienza su historia Kaltouma.

Víctima de Boko Haram: nacido entre las bombas

Kaltouma con su hijo Hissein, que nació mientras su madre estaba secuestrada por Boko Haram / © UNICEF Chad/2017/Bahaji

“Llegué poco después de la puesta de sol. Había electricidad en el ambiente. Encontré a mi madre tumbada sobre una colchoneta a la sombra de un árbol del barniz. Decidimos pasar la noche allí y salir temprano por la mañana hacia el continente”, me cuenta.

En mitad del relato, Hissein empieza a quejarse y Kaltouma hace una pausa en su relato para darle de mamar mientas vigila al resto de sus hijos, que juegan fuera. Juegan a las cocinitas como si la arena fuera comida, mientras que las ramitas del suelo hacen las veces de los utensilios.

Su ataque nos sorprendió en mitad de la noche. Dispararon al aire y nos hicieron salir al exterior. Nos obligaron a acompañarles, pero mi madre decidió quedarse. Dijeron que los que trataran de escapar pagarían por ello”, añade con voz temblorosa.

Kaltouma tuvo que quedarse 18 meses en aquella isla remota en compañía de los soldados de Boko Haram y del resto de personas secuestradas. Apenas las alimentaban, en función del ganado y las cosechas que robaban de las islas vecinas. Recuerdo que pensé que la voz de Kaltouma, mientras me describía este terrible suceso e intentaba dormir al bebé, sonaba monótona y ausente.

“Nada más llegar me obligaron a casarme, como al resto de mujeres, pero apenas veía a mi marido. Me quedaba sola en una cabaña y él solo venía por las noches. A las pocas semanas supe que estaba embarazada y 9 meses después nació Hissein. Lo llamé como a mi primer marido, al que dejé en la aldea. No he sabido hasta ahora, que he vuelto, que ha muerto. No quiero que Hissein sepa nada de esto”, prosigue amargamente.

“Una noche escuchamos el sonido de un helicóptero sobrevolando la isla. Estábamos todas escondidas en las cabañas y yo protegí a mi bebé bajo el vestido. Nos hirieron, pero fue leve y salimos vivos. El padre de Hissein murió durante el ataque”.

A medida que el relato de Kaltouma avanza, estoy cada vez más horrorizado por la dureza de lo que me está contando. No puedo dejar de mirar a su bebé, que me mira sonriente ajeno a lo que está pasando.

“Tras el ataque los soldados que sobrevivieron quedaron débiles, y algunos de ellos enfermaron. Un grupo de mujeres pensamos que era el momento de intentar escapar y decidimos que lo haríamos al caer la noche. Caminamos a través de los pantanos durante días. Las más altas nos ocupamos de llevar a los niños sobre nuestros hombros”, recuerda.

Kaltouma me cuenta que escapó con otras 500 mujeres, pero que algunas de ellas decidieron seguir por su cuenta en algún punto del camino. Solo 100 de ellas hicieron todo el camino de regreso juntas. No sabe qué fue de las otras. Cuando, finalmente, llegaron a la frontera, los soldados las llevaron al Centro de Transición. Se quedó allí durante algunas semanas antes de reunirse con su comunidad y con sus niños, a los que 18 meses atrás había dejado con una tía.

“Al final del viaje todos los niños estaban enfermos. El doctor le dio leche y plimplim* a Hissein”. El niño ha sido dado de alta en la última revisión que le han hecho en el centro de salud. Ahora que están libres y sanos es el momento de que Hissein y su madre empiecen a pensar en su futuro.

Hasta abril de 2017, más de 1.100 personas (el 70% de ellas, niños y mujeres) han sido presuntamente entregadas a las autoridades chadianas en la región de Lac (República de Chad). La mayor parte de ellos habían sido secuestrados por Boko Haram. En UNICEF estamos trabajando con las autoridades y nuestros aliados para prestar apoyo psicosocial, ayuda en la localización de familiares y asistencia médica a todos los niños afectados por la violencia de Boko Haram y sus familias.

*Nombre con el que se llama al alimento terapéutico listo para su uso, que se proporciona a los niños con desnutrición.

Cinco lecciones de vida que nos dan las personas mayores de Eslovenia

Por Beth Howgate, Asistente de Campañas de HelpAge International.

© HelpAge International

Hace dos semanas, estuve en Eslovenia para reunirme con dos de los socios de campañas de HelpAge. Durante este viaje, he tenido la oportunidad de conocer varias personas mayores en diferentes contextos.

Muy a menudo, pensamos que las personas mayores son un grupo de personas homogéneo, que generalmente tienen arrugas y de pelo canoso. Sin embargo, los mayores que he conocido venían de un grupo diverso, y cada uno tenía una historia única y fascinante. Todos querían ser escuchados, incluidos en la sociedad y valorados, cosas que no deberían cambiar con la edad. He aprendido mucho gracias a sus conversaciones, pero estas lecciones no eran las lecciones solo para las personas mayores, sino eran lecciones de vida.

Aquí comparto cinco de ellas:

  1. SAL Y SÉ ACTIVO

La primera lección que aprendí fue que hay que ser siempre activo, reunirte con tus amigos y aprovechar del aire libre. Para todos nosotros, pero especialmente, para las personas mayores que pueden ser más expuestas a experimentar soledad y depresión, mantenerse activo es imprescindible. Al salir, estás conectando permanentemente con la naturaleza.

© HelpAge International

2. SOY EL DUEÑO DE MI VIDA

He conocido a Milica, mujer mayor que vive en el pequeño pueblo pesquero Izola. Ella me dijo que ella es la dueña de su vida, y entendí perfectamente lo que me quiso transmitir. Nuestro tiempo es totalmente de nosotros y somos libres de hacer lo que queramos con él; por tanto, no debería ser definido por las expectativas de la sociedad sobre lo qué es la edad, al contrario, debería ser definido por nuestras propias expectativas.

3. SER CURIOSO ES IMPORTANTE

Muchos de los mayores con los que he hablado me dijeron que es muy importante que a medida que envejeces, mantengas tu curiosidad e interés por aspectos desconocidos. ¿Qué aporta esto? Ellos me explicaron que, si siguen aprendiendo nuevas cosas y adquiriendo nuevos conocimientos, se sientes jóvenes. Este es el primer paso para ser incluido totalmente a la sociedad como persona mayor. Esto nos revela que la curiosidad no es necesariamente una cuestión que prevalece en la juventud, sino que además es muy importante en la tercera edad.

4. NO TE ENFOQUES EXCLUSIVAMENTE EN TU CARRERA

Milan, un hombre mayor de Eslovenia que escribe periódicamente canciones de amor para su esposa ya que dice que “se ve mejor en las canciones”, me ha dicho: “el amor es lo que cuenta, no la edad –ama lo que de te guste y haz que eso te fascine”. Nevenka, ex–periodista y editora de diferentes periódicos, me explicó algo muy parecido, y es que deberíamos de ir al trabajo con entusiasmo. Pero ella también me dijo que no deberíamos enfocarnos solamente en nuestra carrera ya que una vez que te jubiles, te puedes sentir perdido y encontrar dificultades en hacerte una red social. Deberíamos construir estas redes a lo largo de nuestras vidas y encontrar amigos fuera del ámbito laboral también. Esto puede parecer algo obvio, pero muchos de nosotros nos sentimos culpables por dedicar demasiado tiempo y poner demasiada energía en nuestro trabajo y no tanto en nuestras vidas afuera de la oficina.

5. LOS MAYORES NO SON SOLO UN RECURSO

Muy importante, los mayores no son solo un recurso para aprender sobre el pasado, ellos tienen mucho que enseñarnos tanto sobre el presente como sobre el futuro. Al igual que los jóvenes, muchos de los mayores hablan hoy en día sobre política, tecnología, esquiar o desear aprende otro idioma.

Como sociedad, parece que estamos obsesionados con la palabra “viejo” y con el paso del tiempo nos sentimos culpables de tener miedo al añadir otra vela en la tarta de cumpleaños. Hemos creado sentimientos de miedo al pensar que viviremos muchos años cuando muchas personas mayores se sienten muy orgullosas de las vidas que han llevado y continuarán llevando. No les importa decirle a la gente su edad. A fin de cuentas, hacerse mayor es un privilegio y una conquista para la humanidad. “La vida es demasiado hermosa para nosotros para que no la vivamos como se debe”, me dice Milica.

El caso de Sree Lata, deportista olímpica, que desafía el doble estigma de ser mujer y tener discapacidad

Por Enric Romaguera, cooperante en la Fundación Vicente Ferrer. Profesor de Educación Física especializado en Deporte y Discapacidad.

En septiembre de 2010, cuando llegué por primera vez a Bathalapalli, el pequeño pueblo donde descansa Vicente Ferrer en el sur de la India, el proyecto de discapacidad y deporte solo contaba con dos atletas (dos chicas con discapacidad intelectual) y un entrenador local. Hoy en día el Programa Deporte y Discapacidad asiste a los 1.400 niños y niñas con diversidad funcional de todos y cada uno de los centros de la Fundación Vicente Ferrer en India dotando de educación física a los alumnos con discapacidad auditiva, visual, intelectual y parálisis cerebral. Hoy cuenta con 15 profesionales locales y el soporte de voluntarios españoles formados en la rama de actividad física y deporte.

Entrenamiento Special Olympics © Mariano Fuentes

En los 3 centros donde residen pequeños héroes con parálisis cerebral se han creado gimnasios adaptados – tetrasport- para que estos niños que no pueden ponerse de pie puedan ejercitarse y así sus familiares vean que “sí” son capaces. Para ellos se creó el primer campeonato nacional de Boccia -petanca adaptada- en el cual los campeones de Anantapur ganaron la Medalla de Oro en Calcuta y demostraron a sus padres lo lejos que son capaces de llegar.

Según la ONU, el deporte es una excelente herramienta para el desarrollo de los pueblos. En el caso de las personas con discapacidad, fomenta su empoderamiento y su reconocimiento social.

En los centros con niños y niñas con discapacidad visual se han creado programas como el judo, el patinaje o el tenis para ciegos a partir de la también incorporada Educación Física de base. En la misma línea, los centros de niños y niñas con discapacidad auditiva además de tener una práctica deportiva regular que contribuye a mejorar sus capacidades motoras y la confianza en sí mismos, han empezado a competir en las competiciones nacionales de las olimpiadas para sordos (Deaf Olympics).

El cooperante Enric Romaguera mantiene una charla con los jugadores © FVF

 

Pero si alguno de estos proyectos ha crecido exponencialmente y nos ha mostrado de manera clara y contundente cómo el deporte puede cambiar el mundo, o por lo menos pequeños mundos, es Special Olympics. Las olimpiadas donde se concentran más de 7.000 atletas con discapacidad intelectual de todo el planeta han aumentado la cantidad y calidad de deportistas de esta zona árida del sur de la India gracias a la tenacidad y capacidad de superación de los jóvenes con discapacidad intelectual.

Ni ciudades imponentes como Los Ángeles,  Newcastle o Barcelona han conseguido igualar la frescura, creatividad y pasión con la que compite Sree Latha, jugadora de Ping-Pong  ganadora de 2 medallas olímpicas y nacida hace 18 años en Anantapur. Sree Latha ha conseguido el reconocimiento social que antes no tenía en su aldea a través del deporte, pasando de ser rechazada y estigmatizada por su discapacidad a ser un referente familiar y comunitario.

Sree Latha muestra su medalla, obtenida en los Special Olympics Los Ángeles 2015 © FVF

Hoy es un espejo para el resto de atletas que ven en ella un claro ejemplo del “si quieres puedes, solo debes desearlo con fuerza y luchar por ello”. Sree Latha se casó con un hombre sin discapacidad, tiene un trabajo en un taller de yute y además tiene una paga por las 2 medallas olímpicas con las que planea comprar una casa y abrir un negocio. Esto significa que será autónoma y no dependerá de su marido. Sree Lata ha conseguido romper moldes en su aldea, donde las mujeres con discapacidad sufren discriminación por partida doble.

La vida de una persona con diversidad funcional es dura y cruel en la India e historias como la de Sree Lata evidencian que el deporte es una preciosa herramienta para mejorar la calidad de vida y empoderar a un colectivo tradicionalmente marginal en las aldeas rurales.

Sobre el arte de la docencia #DíaMundialdelaEducación

Por José Antonio Hoyos profesor de francés en la Escuela Profesional de la Fundación Vicente Ferrer.

Sin que yo mismo lo supiera o lo previera, aunque quizás sí deseándolo inconscientemente, me he visto siempre atraído por la docencia.

La palabra ha sido un vehículo que, desde que conozco, he pilotado con más o menos pericia pero, sobre todo, con mucho apego. Y de ahí a la docencia diría que solo hay un cambio de marcha, aquel que permite sistematizar el contenido para hacerlo interactivo y creativo.

Tengo un cofre dorado en mi mente en el que guardo el recuerdo de algunos profesores del colegio, del instituto y de la universidad por los que siento una admiración que para algunos de ellos es ya póstuma. Dentro de ese cofre hay frases y conceptos que me enseñaron de una manera que hoy siento tan evocadora que parecen un olor. Tengo también en la memoria ideas que me regalaron que, aún hoy en día, utilizo y parafraseo incluso en conversaciones con mis amigos.

Creo que el docente es un artista, un funambulista que se pasea por la más noble rama intelectual del verbo compartir: compartir el conocimiento. Además, no sólo para transmitirlo sino también, y sobre todo, para inocular el “veneno” de la duda, el más poderoso machete para desbrozar de prejuicios y medias verdades el cerebro de los estudiantes, estudien lo que estudien y tengan la edad que tengan.

Ejercer la docencia le empapa a uno de sueños de realidad que cambian la esencia personal. Los niños africanos a los que di clase durante un par de años en Tanzania convirtieron mi mente en una fiesta de pompas de jabón exigiéndome lo máximo para enseñar lo mínimo: a leer, escribir, sumar y restar; y las chicas y chicos indios a los que ahora tengo el privilegio de enseñar francés en la Escuela Profesional de la Fundación Vicente Ferrer me están haciendo sentir la emotiva bidireccionalidad del maravilloso ejercicio de la enseñanza, pues tanto o más aprendo cada día yo como ellos. Son jóvenes de las castas más bajas que de otra manera no tendrían la oportunidad de estudiar un idioma extranjero y que lo aprenden con la esperanza de ser contratados por alguna empresa, normalmente multinacional, que les pague un sueldo digno con el que mantenerse a sí mismos y a sus familias, normalmente pobres y numerosas.

(@Juan Alonso)


La atención que me prestan, su actitud, y la viveza de sus preguntas y miradas me hacen sentir a veces que estuviera dando clase a un grupo de ardillas.

Calculo que la densidad emotiva de este proyecto es tan grande como la de la materia de un agujero negro, y la deferencia, agradecimiento y respeto que ellos me muestran -aun siendo enormes- son en realidad minúsculos comparados con la explosión de orgullo no presuntuoso que yo siento al formar parte de algo tan noble y puro como enseñar para formar y sostener.

Estudiar una lengua nueva es tender un puente inacabable entre las ideas propias y el mundo exterior a través de un río ancho como el horizonte por el que discurren las circunstancias verbalizables de la vida.

En esta escuela, pues, palabra a palabra, se construyen puentes a través de los cuales cruzan vidas en busca de su realización.

El profesor cooperante con dos alumnos de la Escuela Profesional donde da clases. (@Mario Ruiz-Ayúcar)

* José Antonio Hoyos (Burgos, 1973) estudió Telecomunicaciones en la Universidad Pública de Navarra. Después de trabajar durante 15 años en Madrid en la multinacional Bertelssman y en otros sectores comenzó su carrera como docente. Primero en Tanzania como profesor en una escuela de la ONG Born to Learn, donde colaboró durante dos años. Desde 2015 es profesor de francés en la Escuela Profesional de la Fundación Vicente Ferrer.