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Agua, garantía de empleo para los agricultores de la India

Nageswara Reedy, director de Ecología de la Fundación Vicente Ferrer.

Cuando comencé a trabajar con el equipo de ecología de la Fundación Vicente Ferrer la falta de agua aún amenazaba con convertir Anantapur, distrito localizado en el sureste de la India, en un desierto; una situación dramática en un territorio en el que el 70% de la población depende de la agricultura. En los años ochenta sufrimos tres sequías terribles en todo el distrito que propiciaron migraciones masivas a las ciudades, donde la vida es cara y la estabilidad económica difícil de alcanzar. Hidratar la tierra se convirtió en una tarea imprescindible para favorecer la vida de las familias en la India rural.

“Recuerdo el regreso de 30 familias que habían emigrado a Bangalore. Hoy viven y trabajan en su aldea natal gracias a sistemas de aprovechamiento del agua”.

Si hay agua, la actividad agrícola es posible y la emigración innecesaria. Por eso, desde los inicios consideramos prioritario crear estructuras hídricas que impidieran desperdiciar las lluvias monzónicas y permitieran optimizar este recurso escaso. A lo largo de los años hemos construido más de 2.000 estructuras, principalmente presas, embalses y muros de contención subterráneos, que retienen el agua y sus nutrientes. Todas ellas han hecho posible que muchos agricultores regresen a sus casas y puedan ganarse la vida. Uno de los ejemplos más significativos que recuerdo es el regreso de 30 familias de la aldea de Chennekothapalli que habían emigrado a la ciudad de Bangalore. Actualmente trabajan y viven en mejores condiciones en su localidad natal.

A partir de las reservas de agua construidas hemos conseguido dinamizar la actividad agrícola y gracias a los más de 23.000 sistemas de microirrigación con paneles solares que hemos implementado, los horticultores pueden extraer de forma sostenible el agua subterránea para humedecer los campos. Con el incremento del agua y su adecuada distribución, aumenta la prosperidad de la tierra y con ella la de los agricultores. Si instalamos un sistema de microirrigación a un horticultor, además de diversificar su cosecha, este crea a su vez entre 10 o 15 puestos de trabajo. Además, los programas de horticultura y la distribución de animales han sido factores determinantes para dinamizar la economía en el distrito.

La horticultura y la diversificación evitan la tradicional dependencia del monocultivo del cacahuete y la consecuente emigración de los campesinos. Recuerdo que cuando comenzamos el proyecto hace dieciséis años entregábamos sapotas y mangos. A día de hoy se han distribuido más de ocho millones de árboles frutales y las plantaciones son más heterogéneas e incluyen alimentos como grosellas, chirimoyas, tomates, berenjenas y patatas. Todos ellos garantizan el beneficio a lo largo del año, reduciendo la dependencia estacional de la cosechas.

“El fruto de nuestro trabajo ha sido el fin de la desertización de Anantapur y estar contribuyendo a una prosperidad no solo económica, sino también sostenible”

La distribución de animales es otro de los factores que reducen las migraciones al garantizar estabilidad económica de sus propietarios. Las vacas y las búfalas proporcionan ingresos regulares a las familias y les aseguran en torno a 15 litros de leche diaria para su comercialización. Además de proporcionar alimento y mejorar la economía, las reses generan abono y biogás para cocinar, evitando la tala de árboles y reduciendo la emisión de gases perjudiciales para el medio ambiente. Este programa se está convirtiendo en la principal fuente de ingresos de las zonas rurales en la actualidad.

El fruto que ha dado nuestro trabajo a lo largo de todos estos años ha sido el fin de la desertización en Anantapur y el incremento de la fertilidad de la tierra. Esta transformación ha creado empleo en el sector agrícola y ganadero y ha favorecido el desarrollo rural. Un desarrollo que, además de económico, es sostenible. Proteger el medio ambiente es la única manera de asegurar la permanencia de un ecosistema a largo plazo, por eso hemos priorizado el uso de energías renovables, el aprovechamiento de recursos y el incremento de las zonas verdes a través de la reforestación para atraer la lluvia. Hemos detenido el desierto y, poco a poco, estamos creando bosques para asegurar la riqueza de la tierra y el bienestar futuro de las familias.

 

  • Fotos: Juan Alonso.

1 comentario

  1. Dice ser skimo

    Acabo de terminar el libro de Arundhati Roy ‘El álgebra de la justicia infinita’ que da una visión bastante diferente de la construcción de presas en India.

    03 enero 2017 | 10:39

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