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Archivo de febrero, 2016

Una Unidad Móvil de Salud lo es todo, cuando no se tiene nada (en los confines de Colombia)

Por Sandra Ramírez Ortiz (@Cruzrojacol)

cruz1Nuestra travesía inició en el Puerto de Buenaventura, y aunque nos esperaba un viaje difícil y agotador, estábamos expectantes por conocer la población a la que una vez más la Cruz Roja Colombiana llegaba a intervenir en su misión humanitaria, con el apoyo de la Cruz Roja Noruega, la Cruz Roja Española y ECHO. Sobre las 9:00 a.m. embarcamos una lancha que nos llevaría por siete horas entre el mar y el Río Naya al corregimiento de San Francisco Adentro, el cual limita entre los departamentos del Valle del Cauca y Cauca.

Después de hora y media de trayecto en mar abierto por el Pacífico, el cielo se oscureció para anunciar un torrencial aguacero que se prolongó por más de una hora. A pesar de las condiciones climáticas y el fuerte oleaje decidimos continuar hasta que la visibilidad disminuyó por completo y fue imposible seguir el recorrido. Paramos en un lugar de pesca y ahí nos albergamos hasta que el cielo se despejó, bajó la marea y fue más fácil navegar.

Horas después de contemplar la Cordillera Oriental entre el Río Naya, finalmente llegamos al primer punto de nuestro largo viaje, el municipio de Puerto Merizalde, una población humilde pero con gran calor humano, quienes nos recibieron con un almuerzo con ese sabor costero que los caracteriza. Después nos dirigimos al municipio de Dos Quebradas, a dos horas de trayecto, allí tuvimos que cambiar de lancha por una más pequeña, ya que uno de los efectos de la temporada seca ha sido el bajo nivel de los ríos. Para llegar al corregimiento de San Francisco Adentro navegamos por dos horas más, donde nos esperaban los líderes comunitarios para darnos la bienvenida.

BIENVENIDOS A MAR ADENTRO

cruz2En la época de la esclavitud, las familias afrodescendientes empezaron a emigrar a estas regiones aisladas y de difícil acceso geográfico, con el fin de encontrar un lugar que les garantizara seguridad y supervivencia. Cuenta Eleuterio Garcés, oriundo de la región y máximo líder comunitario, que sus antepasados viajaban de manera permanente a Buenaventura para traer víveres, viajes que eran de 8 días en canoa arrastrada con un canalete, si las condiciones del mar lo permitían, pero cuando no, debían navegar por más de 15 días a causa de la fuerte marea.

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Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina: «Yo he pasado por ello, pero mis hijas no lo harán jamás»

UNICEF Gambia

Era una niña pequeña, no llegaba a los 10 años. Fue mutilada durante su rito de iniciación, porque era parte de la tradición. Pero sangró de manera constante durante casi tres días, pese a que la mujer que había realizado la ablación trató de parar la hemorragia. Finalmente la llevaron al hospital para recibir ayuda profesional. Afortunadamente la niña sobrevivió, pero ahora que es adolescente sufre muchos dolores abdominales y de ingles cada vez que tiene la regla”.

Esta es la historia que hace unos años impresionó a Salieujang Jeng, de 19 años, porque hasta hacía tan solo unos meses la mutilación genital femenina era una práctica habitual en su pueblo, en Gambia.

La mutilación genital es una experiencia traumática para cualquier niña. Tiene consecuencias como dolores insoportables, hemorragias, conmoción, retención de orina, infección de la sangre, esterilidad, parto obstruido, e incluso la muerte, por citar solo algunas.

La prevalencia de la mutilación genital femenina en Gambia* es alta, del 76% entre las mujeres de 15 a 49 años. Y es aún mayor en las zonas rurales.

En 2007 una ONG senegalesa comenzó el Programa de Empoderamiento Comunitario (CEP, por sus siglas en inglés), en colaboración con UNICEF y el gobierno gambiano, para reducir la prevalencia de prácticas tradicionales nocivas y otras normas sociales. El programa, que se lleva a cabo en la región de la cuenca alta de Gambia, se centra especialmente en la erradicación de la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil. En esa zona el porcentaje de niñas y mujeres que habían sufrido mutilación genital era del 99% en 2010.

Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina: "Yo he pasado por ello, pero mis hijas no lo harán jamás"

Salieujang Jeng, de 19 años, aprendió las consecuencias de la mutilación genital femenina, y juró proteger a sus hijas / © UNICEF Gambia/2014/SSinghateh

“El profesor no solo nos enseñó lo dañinos que son la mutilación genital y el matrimonio infantil, sino que también nos explicó cómo estar unidos y tener paz en nuestra casa y en la comunidad, cómo mantener nuestro entorno y a nosotros mismos limpios, y cómo proteger nuestros derechos como niñas”, explica Salieujang.

“También se fomenta la participación infantil; hemos aprendido que tenemos derecho a ella”, añade. “Antes del programa a los niños no se nos permitía participar en reuniones públicas. Voy a una escuela coránica, así que no sabía nada de esto”.

El CEP es un programa integral de educación no formal que proporciona a las personas las herramientas necesarias para que puedan tomar decisiones fundamentadas para terminar con violaciones de los derechos humanos como la mutilación genital femenina. Hasta ahora se ha implementado en comunidades donde la tasa de prevalencia de esta práctica es alta.

Nos explican que la ablación es muy mala”, declara Salieujang. “Algunas niñas pueden incluso morir. Por eso hemos parado de hacerlo”.

La continuidad de prácticas dañinas como el matrimonio infantil o la mutilación genital contribuyen a la persistencia de la mortalidad infantil y materna en el país debido a complicaciones en el parto. Una realidad que la población está empezando a comprender.

“Aunque yo haya pasado por ello, ninguna de mis hijas lo hará jamás, porque a veces te causa problemas cuando tienes un bebé”, afirma Salieujang. “Si mi marido insistiera y no me escuchara contarle los peligros de la mutilación, pediría a mis padres y a otros miembros influyentes de la comunidad que se lo explicaran y le convencieran. Además, ninguna de mis hijas se casará antes de cumplir los 18 años”.

Las niñas hemos aprendido mucho, y espero que este programa se lleve a otros pueblos”, concluye.

*Gambia prohibió la mutilación genital femenina a finales de 2015. UNICEF estima que al menos 200 millones de niñas y mujeres son víctimas de esta práctica. En el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Femenina, que se conmemora el 6 de febrero, UNICEF recuerda que hay que seguir trabajando para eliminar por completo esta práctica en todo el mundo.