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Un reto humanitario en Opatovac para la Cruz Roja Croata

Por Arturo Valoria, delegado de la @IFRC y de la Unidad de Comunicación en Emergencias @CRE_Emergencias

Apenas 12 días han pasado, aunque un mundo para muchos de los habitantes de la tranquila localidad de Opatovac, en el este de Croacia, a apenas diez kilómetros de la frontera serbia de Tovarnik, se viera afectada por una marea humana que ha requerido una respuesta humanitaria sin precedentes en la zona, atendida entre otros actores por la Cruz Roja Croata.

Decenas de miles de personas de origen sirio, iraquí y afgano fundamentalmente, huyendo de la miseria y la inseguridad en sus países, se vieron forzadas a cambiar su ruta natural de migración hacia los países del norte de Europa. Aunque el camino más corto hacia el norte del continente pasaba por Hungría, para alcanzarlos se vieron obligados a transitar por Serbia, Croacia y Eslovenia, país este último desde el que acceder a Alemania y aún más al norte.

Desde que la crisis de los migrantes o refugiados se desencadenara en Croacia los pasado días 16 y 17 de septiembre, cerca de 80.000 personas en muy precarias condiciones han transitado por este país balcánico, accediendo a él en su mayoría desde la vecina Serbia, con la que comparte una pequeña franja fronteriza de 259 kilómetros, de los que 150 la ocupa el cauce del célebre Danubio.

Para atender esta emergencia humanitaria en Europa, la Cruz Roja Croata lanzó en agosto el llamamiento “Ayuda para los refugiados en el sureste de Europa”, con el que recaudó más de 200.000 euros hasta el día de hoy. Pero desde que los migrantes empezaron a dirigirse a Croacia, los fondos se centraron en dar respuesta a la ayuda que requieren los migrantes.

El Gobierno croata organizó inicialmente al menos 5 centros de transición temporales de atención a los migrantes a lo largo de los pasos fronterizos de Croacia con Hungría, Eslovenia y Serbia, si bien luego se focalizó en el de Opatovac, manteniendo los demás sin desmantelarlos por si la situación empeorara.

La atención a los migrantes a su paso por el centro de Opatovac fue confiada a la Cruz Roja Croata, la cual -junto a otras organizaciones a las que coordina-, trabaja en el centro en todo momento con un dispositivo superior a los 100 voluntarios y voluntarias en rotación, llegados desde las 130 asambleas locales y 21 provinciales en que se estructura la Institución humanitaria.

En estos primeros días, la Cruz Roja Croata ha distribuido más de 110 toneladas de alimentos, incluidos para bebés, 100.000 litros de agua, alrededor de 15.000 productos de higiene y más de 20.000 chubasqueros y prendas de ropa, la mayor parte en Opatovac. Asimismo centró su atención en ofrecer apoyo psico-social, un servicio de reunificación familiar (25 personas localizadas en los primeros días) y de 20 traductores para las principales lenguas de los migrantes (árabe, hurdu y farsi).

Ropa para menores en Opatovac

A lo largo y ancho del país, los equipos móviles de la Cruz Roja Croata que circulan por los alrededores de 17 localidades (Tovarnik, Opatovac, Beli Manaster, Batina, Bapska, Cepin, Osijek, Baranjsko Petrovo Selo, Sisak, Jezevo, Kutina, Zagreb -2 localidades-, Botovo, Bregana y Harmica) próximas a los principales pasos fronterizos suman más de mil voluntarios y voluntarias, los que atienden sin descanso a aquellos migrantes que hallan en su camino.

Sin embargo, Opatovac focaliza la atención y el trabajo de la Institución humanitaria, ya que es el único espacio de descanso y transición en el que se ofrece ayuda de primera necesidad y unas horas de descanso a quienes, exhaustos en su viaje, alcanzan la frontera serbia.

Una gran mayoría de los migrantes llega en autobuses a Opatovac, a cuya entrada y a la espera de registrarse, reciben las primeras atenciones por parte del personal de Cruz Roja (alimento, fruta, agua, abrigo, un chubasquero si amenaza lluvia, cuidados básicos de la salud). En la entrada otro equipo de voluntarios también se ocupa de atender en especial a los más pequeños, a los que además de agua, les ofrecen galletas, una mochila para sus escasas pertenencias, un peluche y un poco de cariño…

Puesto de Salud de la Cruz Roja Croata en Opatovac

Pasada la zona de registro e identificación del centro, un angosto pasillo pendiente abajo zigzaguea hasta el primer bloque de tiendas de campaña, en las primeras de las cuales Cruz Roja y otras agencias ofrecen diversa ayuda a los recién llegados siempre bajo la atenta mirada de decenas de miembros de la Policía croata. En la primera de ellas, voluntarios de Cruz Roja ofrecen pan y latas en conserva con las que saciar el hambre de tantos kilómetros recorridos con el estómago vacío.

Poco más allá, en otras tiendas, miembros de Cruz Roja y las demás organizaciones disponen de ropa y sobre todo calzado, a los que muchos migrantes se acercan para cambiar al llegar con sus zapatos, deportivas o incluso chanclas, embarrados y, más que rotos, reventados por la suela y las costuras. Muchos de ellos muestran a los voluntarios de Cruz Roja sus ampollas o profundas erosiones por los roces del calzado durante el camino. Los casos más graves son tratados por personal sanitario. El agotamiento y la deshidratación con que algunos llegan al campo obliga a priorizar su atención.

En su estancia en el campo, que oscila entre las 36 y 48 horas, los migrantes aprovechan para lavarse en lavaderos estratégicamente ubicados en el campo, también salpicado de cabinas urinario individuales para hombres y mujeres. Junto a uno de esos lavaderos, en uno de las esquinas del campo, se ubica una gran carpa en la que Cruz Roja reparte comida (pan, latas de carne, pescado, paté, comida para bebés… entre los migrantes que, de forma ordenada, desfilan por las instalaciones.Distribución de alimentos en el centro de refugiados de Opatovac

En el mismo lado de acceso al campo, pero en el otro extremo, se ubica la salida, en el que los autobuses desfilan para recoger a los migrantes que de forma ordenada aguardan su turno ante otra de las tiendas gestionadas por Cruz Roja, en la que voluntarios y voluntarios croatas, gestionan lo más ágilmente posible toda petición de ayuda que reciben por parte de los recién llegados para encontrar a algún ser querido, del que se vieron forzados a separarse al cruzar la frontera por diversos motivos.

En esa carpa, apoyada por traductores, en cuestión de horas, se ve de todo; se ven muchas sonrisas por parte de los migrantes que, aliviados, sienten el apoyo que reciben por parte de voluntarios y voluntarias de la Cruz Roja Croata, pero también se ven lágrimas de algunos voluntarios y voluntarias, que no pueden reprimirlas cuando ven a los migrantes, y en particular a los niños y niñas más pequeños, pasar al lado camino del autobús, mirándoles y diciendo “thank you” con una sonrisa, teniendo que aceptar los miembros de Cruz Roja que no sabrán cómo esa gente a la que han ofrecido su tiempo, atención y cariño, acabarán su odisea.

Asistencia sanitaria a una refugiada siria

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