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La vida se reanuda en Abiyán

Por Brigitte Breuillac (Costa de Marfil, Médicos Sin Fronteras)

Una semana después de la caída del régimen de Laurent Gbagbo, el equipo de MSF en abrió una unidad quirúrgica en el hospital de Attié, en Abiyán. La calma vuelve a reinar en el centro de la principal ciudad de Costa de Marfil, pero en algunos distritos, como Yopougon, los enfrentamientos continuaron durante semanas.

El equipo de MSF se instaló en tres días en el hospital de Attié, un barrio densamente poblado. Como la mayoría de estructuras médicas en Abiyán, el hospital prácticamente no estaba operativo. Debido a la falta de seguridad, el personal ya no venía a trabajar y el quirófano estaba cerrado. MSF lo reabrió y se preparó para hacer “cirugía de guerra en una zona de guerra,” tal y como me lo definió Stéphane Reynier, nuestro jefe de misión.

Durante la primera semana de trabajo, a finales de abril, fueron ingresados 70 pacientes, principalmente debido a heridas de bala en el tórax y el abdomen, o a fracturas abiertas. Con el paso del tiempo, se presentaron algunos casos graves, como un chico de 22 años con heridas de pronóstico reservado, que había sido alcanzado por una bala que le fracturó el húmero. Pero la bala había seguido su camino hasta perforarle la cavidad torácica, dejando expuesto su corazón. Afortunadamente, los cirujanos pudieron salvarle.

En la misma habitación que este joven estaba ingresada una mujer con un muslo atravesado por una bala, que además acabó alojada en el otro. Como ellos, muchos de los pacientes han sido víctimas de disparos o palizas, pero también tenemos quemados graves ya que, cuando los combatientes roban las gasolineras para llenar sus ‘pick-up’ de combustible, a veces provocan accidentes.

Los vecinos o familiares de los heridos les traen en carretillas, arriesgando sus vidas al salir a las calles desiertas, o les traen militares armados en sus vehículos, lo que provoca una gran tensión en el recinto hospitalario.

La vida ha reanudado ahora su curso, los residentes de la ciudad ya no se esconden en sus casas y los vehículos pueden circular. Hasta cierto punto, las cosas están empezando a ponerse en marcha, o al menos así me lo comentaba un conductor de ambulancia reconvertido en camillero.

Así que nuestro programa quirúrgico evoluciona en consonancia. Siguen dispensándose cuidados postoperatorios, naturalmente, y además atención urgente a complicaciones obstétricas. También apoyamos a la maternidad para que esta actividad pueda reanudarse. Vuelven a practicarse partos y a ofrecerse controles pre y postnatales en el hospital de Attié.

También se han reanudado las consultas externas. Cada día, en la sala de espera hay muchas mujeres con sus bebés en brazos. El acceso a la atención médica fue imposible durante semanas, y los enfermos no podían salir para acudir al hospital. Se realizan de 80 a 100 consultas cada día, principalmente a mujeres y niños. Muchos de ellos con malaria.

Para llevar a cabo estas actividades, MSF ha enviado refuerzos así como medicamentos y material médico como requisitos esenciales para ayudar a que el sistema de salud vuelva a ponerse al día, tras verse trastocado por interrupciones en los suministros. Todo parece estar volviendo a la normalidad y el personal que no había podido acudir al trabajo durante la crisis está regresando al hospital poco a poco.

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Foto: Pacientes heridos en la clínica de MSF Nanan-Yamoussa clinic, en el distrito de Treichville, Abidjan. (© Chris de Bode / Panos Pictures)

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