El Blog Solidario El Blog Solidario

Por aquí han pasado cooperantes de Ayuda en Acción, Cruz Roja, Ingeniería Sin Fronteras, Unicef, Médicos del Mundo, HelpAge, Fundación Vicente Ferrer, Médicos Sin Fronteras, PLAN
Internacional, Farmamundi, Amigos de Sierra
Leona, Sonrisas de Bombay y Arquitectura sin Fronteras.

Empezar de nuevo

Por Serene Assir (responsable de prensa en emergencias, Médicos Sin Fronteras)

Mientras caen las bombas en Libia, en el campo de tránsito de Choucha, situado a unos 7 kilómetros del paso fronterizo tunecino de Ras Ajdir, unas 16.000 personas de varios orígenes siguen esperando a que el futuro se presente.

Porque por ahora, miles de migrantes que habían viajado en su día a Libia desde Bangladesh, Ghana y otros lugares para trabajar y ganarse la vida, siguen esperando a ser repatriados. Otros, provenientes de Somalia y Eritrea por ejemplo, hacen un ejercicio de paciencia doble, ya que ellos tienen que esperar a ver cómo resuelven las autoridades competentes el caso de los refugiados que no pueden regresar a sus países de origen.

Cada día, el campo vive cambios sustanciales. Para empezar, la distribución de las tiendas se adapta al cambiante flujo de migrantes que llegan desde Libia. También van en incremento y bajada los números de personas de cada origen. Ahora, por ejemplo, casi no quedan egipcios, mientras que en un principio, cuando el equipo de MSF llegó a Ras Ajdir a finales de marzo, constituían la mayoría. Ahora, son muchos los bengalíes, y el número de personas provenientes de diferentes países de África subsahariana es también muy elevado.

s difícil describir la sensación de estar en un campo de tránsito, en el que la estancia es por defecto temporal, pero cuya fecha de caducidad es todo un misterio. Más difícil aún es asumir el hecho que aquí, hace pocas semanas, el terreno que hospeda el campo de tránsito estaba vacío.

Todos los que se han visto forzado a cruzar la frontera desde Libia afrontan múltiples incertidumbres, empezando con la pregunta de “cuándo van a poder irse”. Pero más allá, la macro-realidad de las personas que esperan con demoledora paciencia su salida del campo es infinitamente más compleja. Sean repatriados o realojados, los migrantes y refugiados tienen el resto de la vida por delante y absolutamente ninguna garantía de que vaya a salir bien.

Y mientras esperan, muchos hablan de sus sueños de futuro. Como si la capacidad de soñar fuera la vía de escape del maldito pasado y el incierto presente, el futuro nace en forma de promesa en la visión de Mikel, eritreo de 29 años. Le pregunto cómo se imagina su futuro y contesta de manera sencilla. “Diferente,” dice. “No sé cómo será mi vida, pero será distinta a como ha sido hasta el momento. No sé. Quiero que cambie, quiero que cambie todo«.

Mientras, aquí en Choucha, unos días hace viento, un viento frío que los tunecinos llaman el aayouch, que viene del norte, que parte los rayos del sol en pedazos mientras se nos quema la piel poco a poco sin darnos cuenta. Otros días, el sol pega tan fuerte que paraliza. Unos resisten moviéndose, en busca de comida, conversación o algo que hacer.

Otros se entregan al calor, sabiendo que cuando caiga la noche, hará frío de nuevo, y no quedarán más opciones que arroparse con una manta donada dentro de una tienda marcada con las siglas de ACNUR* en inglés, e irse a dormir soñando con que se abra la ventana de posibilidad mañana para lanzarse al futuro de una vez por todas.

“Tengo mucha esperanza,” dice Mikel, sin ninguna señal de impaciencia, pero sí con certeza. “Sólo sé que no quiero estar más en un campo. Quiero irme, y quiero empezar de nuevo”.

______

(* Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados)

______

Fotos: Trabajadores inmigrantes de Egipto (foto superior) y Vietnam (foto inferior), en el paso fronterizo tunecino de Ras Ajdir (© Serene Assir)

4 comentarios

  1. Dice ser Clica aquí

    es muy dificila hacer cambios. Todos caminamos directamente al precipicio

    21 marzo 2011 | 12:52

  2. Dice ser manue

    mucho texto para decir tan poco.

    No se, pero las siglas FSM se parecen mucho a las de FIM (Fondo internacional monetario)

    21 marzo 2011 | 13:21

  3. Dice ser susana

    sí, esas se parecen. Lo que en cambio no se parece nada es «MSF» a «FMI», que por lo visto dice poco el texto, pero además tú lees menos de lo que pone.

    21 marzo 2011 | 15:52

  4. Dice ser Clica aquí

    Yo tenia entendido que al estar en la OTAN teniamos un pacto de no agresión entre nosotros y un pacto de ayuda si eramos atacados , no un pacto para interferir en los conflictos ajenos .como se esta haciendo sistematicamente, poniendo en entredicho nuestra soberania y seguridad por meternos donde no debemos.

    Clica sobre mi nombre

    23 marzo 2011 | 12:14

Los comentarios están cerrados.