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Bus Chagas al habla: es hora de romper el silencio

Por Mary Vonckx (MSF, Bolivia)

¿Cómo podía yo rechazar la oportunidad de recorrer Bolivia en un viejo autobús escolar? Este es uno de los países más pobres del mundo, pero también uno de los más bellos. ¡Y se trataba de participar en una campaña de información y sensibilización de Médicos Sin Fronteras! Así que hice la maleta en Nueva York, me subí a un avión con destino a La Paz, y aquí estoy, en mi primera misión en el terreno, y en un proyecto que pretende “romper el silencio” que rodea al mal de Chagas, una enfermedad tropical olvidada, y potencialmente mortal.

Hace años que me enamoré de Bolivia, país que he recorrido como mochilera y en bici: sus ciudades absurdamente altas sobre el nivel del mar, sus verdes valles, sus infinitas maneras de cocinar la patata y de tejer la lana de llama, su ubicuo arte de grafito político (y sentimental)…

Este es el telón de fondo del proyecto puesto en marcha para concienciar a los bolivianos sobre la amenaza del Chagas, una enfermedad parasitaria endémica en Latinoamérica. De hecho, de todos los países endémicos, Bolivia es el más afectado, con un sorprendente 10% de la población que podría estar infectada con el parásito. Y sin embargo, la mayor parte de los bolivianos que padecen Chagas no saben demasiado sobre la enfermedad, ni siquiera saben que la sufren, y muchos morirán sin ni siquiera conocer el nombre del mal que les mató. Y eso que el Chagas fue descubierto hace 100 años: lleva demasiado tiempo siendo una enfermedad silenciada.

El proyecto Bus Chagas hará que esta enfermedad sea difícil de ignorar. Nuestro autobús de la “generación 1981”, pintando de un rojo vivo, empezó su periplo a finales de septiembre en La Paz, y recorrerá el país durante las próximas semanas, desde el vertiginosos altiplano hasta las brumosas tierras bajas del este, pasando por las desiertas regiones del Chaco y los valles del centro.

Cada vez que lleguemos a una ciudad, tal y como hemos hecho ya en La Paz, desplegaremos todo un abanico de actividades, para informar a la gente sobre cómo prevenir la transmisión del Chagas, animarles a que se sometan a diagnóstico y, quienes lo necesiten, a tratamiento, y a que se sumen a la iniciativa transmitiendo sus nuevos conocimientos al resto de la comunidad.

Trabajo con un gran equipo, y en las próximas semanas podréis leer textos de todos ellos en este blog. Aquí estarán Isabel, médico con experiencia directa en el tratamiento del Chagas; Miguel, nuestro logista, un entusiasta de la sensibilización; Agustín, un joven enfermero al que apasiona la posibilidad de ayudar a los menos afortunados mediante la educación en salud; y la persona más importante, nuestro conductor Pedro, que será el responsable de que todos nosotros lleguemos sanos y salvos a las docenas de lugares que vamos a visitar.

¡Mucho camino por delante! Nuestra primera visita al autobús fue la de una mujer a la que se le diagnosticó el Chagas hace cuatro años. Había dejado el tratamiento antes de tiempo por culpa de los efectos secundarios. Y nos dijo: “he venido a hablar con ustedes porque tengo la esperanza de que ahora haya un nuevo tratamiento”. Ojalá no tenga que esperar demasiado.

Así que bienvenidos al Bus Chagas. ¡Nos vemos en la carretera o en este blog los próximos días!

(Fotos: Mary Vonckx)

10 comentarios

  1. Dice ser giovy

    gracias por preocuparos por esta gente

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser VerucaSalt

    Es una campaña excelente! Vuestro objetivo principal es informar y esa es la medida más efectiva…los lugares mas humildes (por no decir pobres) agradecen infinitamente la buena voluntad de la gente. Será una experiente maravillosa.Gracias por vuestro empeño.

    16 octubre 2009 | 11:49

  3. Dice ser antonio larrosa

    Los que hacéis estas cosas personalmente, poniendo en riesgo vuestra salud y vuestra vida sois dignos de admiración , en este mundo de egoísmo y desconfianza, que en estos casos la han provocado los que amparándose en la pobreza y los conflictos de estos pobres desheredados , se quedan con la mayor parte del dinero.

    16 octubre 2009 | 11:58

  4. Dice ser antonio larrosa

    Perdonad , olvidé invitaros a entrar en mi web ..Clica sobre mi nombre

    16 octubre 2009 | 11:59

  5. Dice ser Luis

    Larrosa… hablas de desheredados.En el Cerro Potosí, murieron Miles y miles de personas, gente!, aborigenes, para sacar la plata que se enviaba a España. Hoy es el gas que exprime y divide a ese pueblo. No se rasgen las vestiduras, basta de hipocrecia y pidan a sus gobiernos que reintegren lo que es justo. El hoy es el fruto del ayer.Igualmente estoy de acuerdo con la campaña contra el mal de Chagas. Aclaro que no soy Boliviano. Slds

    16 octubre 2009 | 13:03

  6. Dice ser victor

    Me parece estupendo!!!!Sin embargo como en la viña del señor tiene que haber de todo. El tal YOMISMO ….que verguenza agena…..!!!! para empezar no se identifica, se esconde detras del sistema y rebosa de ignorancia …que fuerte.

    16 octubre 2009 | 13:34

  7. Dice ser Víctor Carrasco

    Quienquiera que haga una labor de concienciación sobre el Chagas merece mi apoyo. Y quiero dar mi testimonio para poder contribuir a ello.A los 13 años fui picado por docenas de vinchucas en uno de los valles semitropicales de Bolivia llamado Yungas, en el departamento de La Paz. Allí vi por primera vez en mi vida a tales bichos. No le di importancia al hecho ya que no se conocía la enfermedad. Pasados muchísimos años, a los 53 años de edad, empecé a tener problemas de agitación, de cansancio al subir incluso un solo piso; y especialmente de regurgitaciones frecuentes e incontrolables. Fui a una clínica renombrada en Cochabamba, donde, luego de muchos exámenes de todo tipo, me aseguraron que no hallaron nada. Me dieron una libreta de todos los análisis, RXs y estudios que me hicieron. Cuatro días después repasé casi por accidente los resultados, y encontré algo añadido a máquina al final del informe: Chagas ++++. Sorprendido por esto –que no había visto antes– traté de comunicarme con el médico responsable de mis exámenes y nunca pude encontrarlo. Una semana después otro médico -amigo mío él- me animó diciéndome: «No te preocupes, amigo, ¿quién en Bolivia no tiene chagas o tuberculosis?» Y añadió que, aunque no hubiera síntomas, el Test de Inmunofluorescencia (TIF) mostraría positivo simplemente por el hecho de haber sido picado. De todos modos, ante mi inquietud, me recomendó hacer un xenodiagnóstico (hacerme picar los brazos con docenas de ‘vinchucas vírgenes’, es decir, que no habían tenido la oportunidad de probar sangre humana). Me lo hicieron en la Facultad de Tecnología de la Universidad de San Simón, de Cochabamba. Examinaron a las vinchucas durante tres meses… ¡Y contrajeron el chagas! ¡Yo las había contagiado! Podrán ustedes imaginarse mi angustia. Mi amigo médico me dijo que no me preocupara mucho, que había forma de controlar el avance del mal, no de curarlo, pero sí de detenerlo. Y me sometí a un tratamiento con un medicamento argentino llamado Ragonil («El producto suizo hubiera sido mejor» me dijo. Pero no había productos suizos en las farmacias, por lo exageradamente caros que son los fármacos europeos). Atacamos una primera vez, luego hicimos otros exámenes. Salieron positivos, el mal seguía. Volvimos a atacar e hicimos nuevos exámenes. Finalmente llegamos a la negativización. Estoy más tranquilo ahora. Me hice el xenodiagnóstico varias veces más cada dos años, por mi propia cuenta. Y podría decirse que el control fue eficiente y ya no quedan residuos de estos insectos en mi organismo, con excepción del daño que pudieron provocar antes; afortunadamente el corazón no había sido afectado; la faringe sí un poco, el colon no. Han pasado quince años desde que supe que tenía chagas. Ahora, con 68 años de edad, podría afirmar que no sólo hemos controlado el chagas en mí sino que estoy curado. Gracias a Dios.

    16 octubre 2009 | 13:49

  8. Dice ser senkay 2012

    holafelicitaciones por tan noble labor que realiazan, me alegra mucho haber visto la sencillez y la fraternidada que manejan ustedes . He trabajado en zonas apartadas de Colombia siempre en hospitales del Estado y me he sentido impotente porque en muchas ocasiones los recursos con los que se cuentan son limitados, y el trabajo que he realizado es apenas de consultorio o urgencias y dentro del hospital. Me parece magico poder hacer lo que ustedes hacen: ir por los pueblos con la mejor tecnologia, conocer de cerca las cosas que pasan.y poder ofrecer una opcion para un mejor vivir fuera de la maquinaria y politica del estado que es limitadanuevamente felicitaciones y por favor siganos contando como van

    16 octubre 2009 | 17:49

  9. Dice ser Silvia

    Que buena labor, ojalá que las personas que padecen chagas a través de un tratamiento puedan lograr una mejor calidad de vida. Aquí en el norte de Argentina también esta instalada la enfermedad, pero existen menos casos.

    17 octubre 2009 | 14:32

  10. Dice ser Mary Vonckx

    Gracias por todos los comentarios – nos alegra que hayan prestado interés en esta enfermedad olvidada por muchos!Sr. Carrasco, agradezco especialmente su testimonio. En el recorrido del Bus Chagas hemos escuchado tantos testimonios de personas que se preocupen mucho por que tienen Chagas, pero lastimosamente, tan pocos que terminan con haber recibido tratamiento. Espero que su experiencia dará esperanza a la gente aún esperando la posibilidad de curarse.

    20 octubre 2009 | 15:37

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