BecConsejo: «Todo pasa, sí, pero todo queda»
Rebuscando en los cajones a veces nos encontramos con gratos recuerdos que son, a su vez, ingratas sorpresas. Suelen tener forma de fotografías que te trasladan a momentos (generalmente) felices, pero que jamás enseñarías a nadie, ya sea por las pintas, las caras, el peinado, o por lo que hace tu hermana pequeña al fondo mientras tú te vistes de comunión.
Sin embargo, gracias a dutx12 descubrí que hay una página, Awkwardfamilyphotos que recoge muchas de esas instantáneas. Para que veáis que soy un tipo generoso, os he hecho una selección para el Top 10 de hoy. Son de lo bueno lo mejor, espero que lo disfrutéis tanto como yo.
Si ya conocíais la página o habíais visto las fotos, disculpadme. Tenéis que entender que no me podía resistir a enseñarlas…
10. Di «patata»
Quizás el mundo ahí fuera esté ardiendo, es posible que detrás de ti las llamas avancen de forma incontrolada, pero si toca foto familiar no hay manera de escaquarse: «A ver, todos juntitos… una sonrisita… ays, un poco más a la derecha, que aún se ve la manguera en el suelo». La foto puede quedar perfecta y no hace falta tirar flash. Detrás arde una casa, sí, ¿pero qué más da? ¿Alguien se ha fijado en eso?
9. Doce segundos de felicidad
El título de la foto, en la web, es «siente la magia», y no podía ser más apropiado. Estás en Disney, rodeado de muñequitos que sonríen constantemente, el paraíso hecho miniciudad, tú llevas unas orejas de Mickey y una camiseta del ratón más famoso de los dibujos animados, estás junto a toda la familia… ¿qué más se le puede pedir? Es tanta la felicidad que te encoge el corazón, te retuerce las tripas y… y claro, te impide sonreir.
8. Como si fuera de la familia
En las fotos familiares siempre suele haber alguien que tiene un mal día. Yo solo tengo una, con mis primos, y hay uno que la jodió. Se pasó llorando parte de la sesión y en la imagen final se ve al crío llorando con la mano de la madre de fondo, porque el niño no se quería poner. Ese niño, obviamente, era yo, pero en mi defensa debo decir que tenía muy pocos años, no estaba tan talludito como la chica que se aleja e intenta tirar de su padre (¿o es su padre quien la aparta?) en esta imagen.
7. ¿Tú no te disfrazas?
Si no quieres hacer el ridículo, dos consejos: ni te emborraches, ni tengas hijos. De lo contrario podrás verte en la situación de nuestro apuesto protagonista. Imagino que su hija (es niña, ¿verdad?) iba disfrazada de conejo y preguntaría a mamá que «por qué papá no se disfraza». No hay disfraz y hay que contentar a la criatura, de modo que uno coge lo primero que encuentra por casa, en este caso un rotulador, y se pinta círculos por todo el cuerpo. «¿De qué vas, papi?», preguntaría ella. «De Juegos Olímpicos»…
6. No señales
Quizás la pequeña se vio demasiado rubia para esa foto de familia, quizás esperaba a que inventaran el Photoshop para que le quitaran ese fondo cutre, quizás sus padres le decían eso de «no señales, que está feo» y por eso se vio obligada a tomar una drástica decisión que, afortunadamente, estropeaba una foto para olvidar: se metió el dedo en la nariz. Probablemente sus padres no, pero estoy seguro de que sus hermanos le estarán eternamente agradecidos.
5. Papá Noel se portó mal
¿Qué le puedes pedir a Papá Noel si los duendes le han dado un puñetazo en la cara y le han dejado un ojo morado? Es evidente que no inspira confianza un tipo que antes de traerte regalos se mete en trifulcas por un quítame allá esos juguetes. Aún así, los niños parecen felices en la instantánea, y eso que más que una foto de Feliz Navidad parece una prueba de vida para que los padres paguen un rescate.
4. Por si llueve
Hay abuelas que se hacen la permanente antes de ir a los parques de atracciones y luego no quieren mojarse el pelo. Sin embargo, cuando sus hijos y sus nietos deciden montarse en una atracción de agua ella quiere demostrar que no es menos que nadie y que, aunque no lleve su gorro de color gris que le cubre el pelo cuando se baña en la piscina comunitaria, es una mujer con recursos que ha sabido sacar adelante a toda la familia. Porque las bolsas de plástico no tienen que ser de un solo uso (y menos ahora que las cobran, dirá ella)…
3. Me da miedo la sangre
Una fotografía llena de detalles y que admite múltiples interpretaciones. Como no sabemos la realidad, lanzaré unas cuantas preguntas al aire, a ver qué os parece: ¿fue el niño que sonríe el que extrajo de mamá al niño que llora? ¿Era su hermano el encargado, pero como le daba miedo tuvo que delegar? ¿Venían dos y el pequeño niño de la camiseta con el dinosaurio se comió a la otra criatura? ¿El de la camiseta verde se ha tirado un cuesco? Muchas preguntas y muy pocas respuestas.
2. Tenemos invitado
Uno de los mayores problemas de los huéspedes cuando se quedan en tu casa es que no entienden que el «siéntete como en tu casa» es más bien «si quieres una cerveza puedes cogerla, pero no te pasees en calzoncillos por la casa». Por eso, porque cada uno entiende la frase como quiere y luego hay mucha gente que no se lo cree cuando se lo cuentas, es necesario hacer una foto que inmortalice el momento. Una de dos: o se estaba vistiendo, o se estaba desnudando. No sé cuál de las opciones es peor…
1. Cara de velocidad
A mí los parques de atracciones ni fu ni fa, pero la velocidad tampoco me apasiona, pero entiendo que hay gente a la que le vuelve loca montarse en los cachivaches que te llevan a toda pastilla. Claro que es algo que no siempre se tolera bien: entre el desayuno, que no siempre sienta bien, la emoción, que a veces es incontrolable, y el sol, que a veces te quema la cara… pasa lo que pasa.
PD: Luego inventaron las cámaras digitales y nos jodieron fastidiaron el invento.