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Una española perdida en… la Toscana

Qué bonito es el viejo continente, no me digáis que no. Después de pasarnos por Francia y por Inglaterra, ha llegado el turno de otro de los países europeos con más historia.

Cinturones abrochados y ojos bien abiertos, que durante el trayecto veremos El amor perjudica seriamente la salud, en un homenaje a Gabino Diego. El viaje se nos hará muy corto, no os preocupéis, porque vamos rumbo a… ¡¡LA TOSCANA!!

Allí nos espera Alba, que es un encanto de mujer y nos hará de guía:

1) Nombre

Alba.

2) Edad

25 años.

3) En España vivía…

En Elche (Alicante).

4) Ahora vivo…

En Borgo San Lorenzo, Firenze, Italia. (o quizá debería decir a 2 km. de Borgo S.L, jeje) El pueblo se encuentra en una zona llamada «valle del Mugello».

5) Me mudé…

Hace casi medio año y tengo previsto quedarme aquí hasta octubre

6) ¿Por qué me fui?

Vine aquí para hacer mi voluntariado europeo en una asociación que trabaja con ancianos y discapacitados. Yo trabajo con los discapacitados. Soy maestra de educación especial y por eso elegí este proyecto.

7) La mejor comida de la Toscana es…

Como pueblo italiano que es, se precia por su pasta y pizza. Sonará a tópico pero es cierto. ¡Los italianos no saben vivir sin ello! De la zona es especialmente típico «I tortelli di patata», que están realmente buenos. Otra cosa que está la mar de bien es el helado artesanal de la heladeria (creo que única en el pueblo).

1) De España añoro…

El sol. Porque aquí, por lo menos ahora, los días son muy cortos (a las 5 de la tarde se hace de noche) y la vida social callejera. A las 8 es practicamente imposible ver un alma por la calle..

2) En España no tenía y ahora sí…

Un trabajo que me encanta (aunque en realidad sea una voluntaria), y el contacto con la naturaleza. ¡Vivo en medio de ninguna parte rodeada de verdor! Y tener cuatro estaciones. Aunque de momento sólo he descubierto dos, dadme tiempo…jejeje.

3) De la Toscana no me gusta…

¡El frío y la falta de opciones de ocio más allá del pub de puretas! También las miradas inquisitivas de las gentes del lugar, aunque ahora como todo el mundo sabe que soy «la ragazza spagnola» pues la cosa se ha calmado bastante, jejeje..

4) Recomiendo que visitéis…

Depende de gustos, pero yo recomendaría visitar Firenze antes que Borgo, no obstante en Borgo se precian de tener una madonna auténtica del Giotto en la pequeña Iglesia del pueblo. Otras cosas curiosas de ver son La Piaza de l’orologio y el edificio de la biblioteca. Para los fanáticos del motor está muy cerca de aquí el circuito del «Mugello». Igualmente para los que estén más interesados en las vistas sin igual, las iglesias centenarias y demás, basta con darse un paseo por los alrededores (en bici preferiblemente, que así respiras el aire toscano, jejeje) para disfrutar del paisaje! En el pueblo de al lado (Scarperia) existen varias cosillas interesantes que ver, como el Palazo dei Vicari.

Bienvenidos a Italia. Os doy unas claves que me ha dado Alba y os dejo rápidamente con ella:

El billete para ir de aquí a Firenze o viceversa son unos 3 euros el viaje corto (40 min.) . Existe otra línea que tarda 1:15 porque para en cada pueblo del lugar y cuesta un poquillo más.

Un capuccino cuesta 1’10 más o menos, depende del local. El mejor que he probado te lo sirven con una espuma deliciosa en el bar más pequeño que visto en mi vida. En el bar de Mario, un bar que se cae a pedazos, pero el camarero viste de traje chaqueta-corbata siempre.

Los sueldos están bastante bien, (al menos los currantes de aquí): sobre los 1000 euros por ejemplo en un trabajo a tiempo parcial (imagino que no en todos), aunque aquí la vida en general es bastante cara. Todo está por los cielos… ¡Incluso algo tan sencillo como los chicles!

El paro: están igual de jodíos aquí que en España. Sólo que si a esto le sumas que esto es una zona rural…pues el tema se acrecenta.

Los sueños de Hollywood

Cuando encontré este proyecto en la base de datos del S.V.E (Servicio de Voluntariado Europeo) no le di más importancia al lugar, puesto que por el nombre me sonaba a que podía ser cualquier lugar en Italia (no ponía Firenze, jejeje). Recuerdo cuando lo busqué en google maps… casi me caigo de culo.

Pues bien, mi aventura comenzó hace unos 6 meses, y aquí estoy. Viviendo en la Toscana, como muchos soñarán hacer. Pero siento ser yo la que rompa un poco los sueños de Hollywood que todos tenemos (incluida yo) en mente, ya que puedo decir que suena mejor de lo que es (al menos ahora en invierno).

He de decir que vivo en la zona norte de la Toscana, lo que hacen que clima y el relieve sean un poquito más duros. Pero no obstante, las puestas de sol, los cielos nocturnos, las colinas de praderas sin fin y los cipreses esparcidos, no tienen precio.

Villagio San Francesco

Yo concretamente vivo en un lugar llamado «Villagio San Francesco», una especie de complejo que se encuentra a unos 2 km. de Borgo San Lorenzo. Es una institución religiosa (aunque son muy respetuosos con el credo o no credo personal de cada cual). El Villagio consta de un edificio principal que se divide en la residencia de ancianos «San Carlo» y la de los discapacitados «Santa Elisabetta» donde trabajo. Después existe una pequeña casita acogedora «Santa Chiara» donde viven los ancianos que son autónomos, y nosotras las voluntarias.

Tienen una sala-teatro para todo tipo de usos «Forum Compostela», además de una guardería «Asilo dei noni» para los niños de la zona, una pradera-campofútbol inmensa, unos jardines respetables y muuucho verdor. Ya fuera del Villagio tienen además una casa para adolescentes sin familia y varias cosillas más.

El ser voluntaria en un lugar así requiere de paciencia, puesto que aparte de tener que compartir habitación con gente que no conoces en principio, has de compartir tu espacio con personas venidas cada una de una parte diferente. Por ejemplo, comparto habitación con dos chicas turcas, y aparte está una francesa y una armenia. Además,, hay que compartir «el resto de la casa» con los ancianos que la habitan y con los trabajadores del lugar, respetar horarios, costumbres…etc.

Sin embargo, una vez que te haces a ello no es tan difícil. Eso sí, si Borgo San Lorenzo es pequeño y casi como una burbuja porque todo el mundo se conoce, puedo decir que vivo en una burbuja dentro de una burbuja. Esto es una comunidad en la que hasta el mas mínimo detalle se conoce. Todo el mundo se saluda por el nombre todas las mañanas, y todo el mundo te pregunta como te va «el dolor de oído» aunque tú sólo se lo contaras al doctor…

Escapadas

Una manera de salir de la microburbuja son las escapas a Borgo a hacer la compra (nos suministran de todo, pero la cervecita y pijadas varias no, como es lógico) o el ir a la «Scuola media» para nuestro curso de italiano. Lo mejor de ello es el viaje de ida (siempre en bici por supuesto, otra cosa que nos suministra la asociación), ya que todavía es de día y las vistas son espectaculares, todo colina abajo, se puede apreciar el inicio de la puesta de sol en el valle en todo su esplendor.

En caso de no querer ir en bici, podemos atravesar «El bosque de los frailes» que no es tan bosque como lo llaman, pero es precioso, con sus boscosidades, su prado en el medio y su riachuelo. Y sus vista espectaculares del valle.

Lo que ya no está tan bien es volver a las 7 o por ahí, cuando ni los cuatro coches de siempre circulan por la carreterilla. Es de noche cerrada, una densa niebla cubre todo, y el frescor toscano hace de las suyas. Añadámosle que ahora es todo cuesta arriba. Un auténtico dramatic landscape.

Obviamente la reina de las escapadas es Firenze, creo que no hace falta que diga los porqués. A mí por lo menos me tiene enamorada y siempre que puedo me escapo aunque sea a pasar la tarde y tomarme un capuccino a las escaleras del duomo.

Pero aparte de eso, cuando hace sol y no demasiado frío, suelo tener la costumbre de irme en bici a dar una vuelta por los caminillos perdidos, y toparme con estampas de postal. Uno de mis sitios preferidos (aunque no tan perdido) es el parque del «Bastione» como lo llaman por aquí, un parque que corre al lado de la orilla del río que atraviesa Borgo, «Il fiume Sieve». Es un lugar muy relajante que, según me han dicho, en verano tiene unos 20 grados más y es mucho mejor, donde va a parar, jajajaja.

Clima y cultura

Sobre el clima, hasta hace nada había días que hacía un sol radiante (no muchos últimamente), otros que se podía pasar varios seguidos lloviendo, y otros en los que te levantabas y todo estaba nevado. En otras palabras, ha sido un auténtico invierno.

En cuanto a la cultura y carácter de la gente por estos lados he de decir que no se diferencia mucho de la nuestra. Son igual de gritones o más cuando las conversaciones se vuelven interesantes o apasionadas, gesticulan una barbaridad al hablar (cosa que me hace mucha gracia) y su carácter es muy abierto.

Todos tienen en mente a España como un sueño dorado donde la siesta es el deporte nacional y siempre luce el sol. Es una de las cosas que más gracia me ha hecho ver, darme cuenta de la imagen que tienen de nosotros desde fuera.

En fin, es cierto que la Toscana tendrá sus cosas duras, al fin y al cabo no deja de ser una zona rural (las zonas fuera de los grandes núcleos), pero si dejamos a un lado eso, vivir aquí resulta una experiencia única. En mi caso no es sólo por el lugar, sino principalmente por el trabajo que desempeño. ¡Y esto es todo amigos!

Bueno, espero que os haya servido el relato de Alba. Ahora recoged vuestras cosas y hospedaros en el lugar más acogedor que encontréis. Es el momento de conocer la zona por vuestra cuenta.

Las fotos del post son propiedad de Alba, que amablemente me las cedió para que las usara.

Ya sabéis que si vosotros también sois españoles expatriados podéis escribirme a elblogdelbecario@gmail.com y os cuento cómo funciona esta sección, aunque tampoco tiene mucho misterio, jeje.

PD: Gracias por utilizar Aerolíneas Bec. Esperamos que sigan confiando en nosotros en el futuro.

Hoy hace un año…

Esto no es un coche, es…

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