Aquí estoy, con la conexión recién instalada, con menos nervios que hace una hora.
Secretillos varios: nada más llegar he ido a la sala en la que estuve el año pasado, aquella que me hacía ir y venir subiendo y bajando tres pisos de escaleras… pues muy bien, estaba cerrada.
Lo primero que he pensado es que había llegado el primero, pero como ya habréis imaginado, no era así. Resulta que nos habían cambiado de sitio y nadie me había avisado.
Me ha tocado patearme todas las salas que aparentemente podrían ser la mía, hasta que después de visitar cuatro estancias y preguntar tres veces, he descubierto mi nueva ubicación.
Me esperaba una silla con una rueda rota, una mesa de mezclas que hacía las funciones de mesa normal y unas cuantas personas mirándome raro. «¿Por qué no estará con los periodistas?», creo que se preguntaban.
Al final, a alguien le he dado lástima y me han mudado de sala con el resto de compañeros, eso sí, no tengo a nadie a mi lado.
En fin, esto empieza… que sea lo que Dios quiera…
PD: Se nota que vine el año pasado. Me suenan algunas caras.