Lo decía siempre mi abuelo, Dios le tenga en su gloria: «Bec (él no me llamaba así, pero para qué vamos a revelar hoy el nombre), donde hubo fuego… cenizas quedan«.
Quizás por eso no puedo evitar mirar de reojo a Soraya, a la que otrora fue mi Soraya, a la que siempre llamaré «mi ex», si bien ella jamás supo de mí. Es la octava vez que escribo sobre ella (algunas sobre el rencor), y pensaba que no lo volvería a hacer, sin embargo, «mi Soraya» se ha vuelto a equivocar: se ha teñido de rubio.
Soraya Segura, a la que tuve que olvidar por su afición al tabaco, el posado de Interviú, sus quítame allá esas pajas con Javi y Efrén… Soraya, mi Soraya, se ha teñido de rubio.
Al principio pensé que sería cuestión de acostumbrarse, pero no. Me doy cuenta cuando miro su foto en mi mesita de noche, una foto de cuando estuvimos juntos, de cuando su sonrisa perpetua iluminaba todo lo que había alrededor. ¡¡Qué buenos momentos pasamos!!
Ahora, cuando leo en su foro que va a un lado y a otro con los grandes hermanos y otros compañeros de fatigas, me doy cuenta de que continuar lo nuestro habría sido imposible.
No os voy a engañar… creo que aún siento algo por ella; no en vano, fue mi segundo amor bloguero, después de la bella Bibiana Aído. Soy un sentimental (aunque Sara insinúe que sólo me fijo en el físico) y cada mujer que pasa por mi vida me marca para siempre. No lo puedo evitar.
Soraya… recupera tu precioso pelo moreno. Creo que aún tenemos una conversación pendiente. No sé… me da la sensación de que al final nos precipitamos y nos merecemos darnos otra oportunidad (lo de Eva es agua pasada…).
Escríbeme, por favor. Aysssss (suspiro).
(FOTOS: Foro de apoyo a Soraya Segura)
Envía el post: