Confieso que el lunes no vi Hispania, como la mayoría, pero tampoco me decanté por Felipe y Letizia, como muchos tuiteros. Estuve leyendo en mi timelinelas chanzas que hacían los usuarios sobre la serie, pero yo estaba viendo en YouTube vídeos de APM? y respondiendo en la red social con frases del programa.
No obstante, no voy a ser tan estúpido despistado como para obviar que la serie principesca ha calado en muchos corazones (para mal, fundamentalmente). Por eso quiero compartir con vosotros la carta (bueno, correo electrónico, pero queda más bonito decir carta) que recibí el martes. Lo firmaba P.J. (Pedro José) y decía…
No sé si la viste (ahora habrá comprobado que no), pero me pareció una tomadura de pelo. Aquello no tiene ni pies ni cabeza al margen de los helados que contabais. Por si no lo viste, te hago el trabajo sucio. Aquí van nueve momentos para tirarse de los pelos con la serie…
La Reina como una bruja controladora que da palmaditas en el culo al Rey y fuma a escondidas.
El Príncipe, con el chándal del Carrefour, viendo el telediario sentado en una banqueta.
El especial de Letizia sobre el euro en TVE, con un rótulo de rtve.es/euro por detrás, cuando la web nació en 2008.
Los operarios de palo rascando piedras imitando la tragedia del Prestige.
El Príncipe tratando de impedir que Letizia vaya a Bagdad, amenazando con pilotar un helicóptero hasta allí.
Bailando salsa delante de todo el mundo en una discoteca, muy discreto.
El acento del pobre Puigcorbé, una crueldad de los guionistas hacia el actor, que encima parece que se está riendo del Rey.
Que Letizia se enamore de un tío que lo primero que le dice es que su habitación mide lo mismo que toda su casa.
Que de repente, todo el secretismo de la Casa Real salte por los aires, jajajajaja.
Vamos, que me da que se han inventado todas las conversaciones«.
Me pregunto la audiencia que tendrá la segunda parte…
PD: <momentosentimental>Lo cierto es que me da un poco de pena que algunos antiguos lectores se hayan ido casi sin despedirse</momentosentimental>
Berto Romero y Rafel Barceló son, respectivamente, colaborador y guionista del programa Buenafuente. Ahora ambos se lanzan a la aventura de las series para Internet y presentan Zombis, una serie hecha para la Red con capítulos cortos y cargados de humor. Cada miércoles tenéis una nueva entrega, pero yo os dejo aquí el primero (altamente recomendable):
– Ha llegado el apocalipsis y sólo vosotros estáis vivos (aunque sea en la buhardilla). ¿No os da miedo?
Rafel Barceló (RB): Míralo de esta otra manera: toda la humanidad ha muerto, menos nosotros. ¿No crees que deberíamos sentirnos afortunados? Es como si nos hubiera tocado la lotería de navidad cuatro o cinco veces.
Berto Romero (BR): Y bueno, a mí no me da miedo porque de hecho no ha ocurrido nada de esto, es una serie de ficción. Habrás observado que en las noticias de la tele no han dicho nada sobre el apocalipsis zombi, porque no ha pasado en realidad…
RB: Ya lo sabe, Berto.
BR: Ah, sí, claro. Perdón. Por cierto, no es una buhardilla. Es el balcón de la sala de estar.
– Gracias a Dios, estáis hasta arriba de armas. ¿Lo vuestro era pasión por la caza o es que os marcó el Gobierno de Bush?
RB: Los que quieran seguir la serie sabrán, por ejemplo, cómo conseguimos la escopeta. Pero adelanto que ni caza ni mucho menos simpatía por Bush. Odiamos a Bush como cualquier persona normal.
BR: La presencia de armas se debe a que es una serie pensada para su futura adaptación hollywoodiense. Aquí no tenemos armas en las casas y tendríamos que matar zombis a base de patadas en la entrepierna, un método mucho más lento, farragoso y poco efectivo. Por cierto, quiero que Adrien Brody haga de mí.
– En el primer capítulo ya hay sexo. ¿Es un homenaje al cine español?
RB: Si yo fuera director y tuviera a Maribel Verdú te aseguro que alguna escena de revolcón salía. En el caso que nos ocupa, el sexo surge de una manera natural: dos personas, no hay nadie más, solo es cuestión de tiempo. Lo hacemos en el primer capítulo y nos lo quitamos de en medio. Es lo que se conoce como tensión sexual ya resuelta.
BR: Y a mí me encanta enseñar el culo, también.
– Llegado el momento… ¿buscaréis a Elsa Pataky para poder al fin darle un bocado, aunque sea una zombi?
RB: No creo que llegue el presupuesto. Pero puestos a fantasear, prefiero que me de un bocado ella a mí.
BR: ¿Todavía está con Adrien Brody?
– Un año después, Berto termina de monologuista. ¿Eso significa que no habrá final feliz con boda de los protagonistas?
RB: Estos detalles de la trama se irán desvelando poco a poco, pero yo nunca me casaría con un monologuista zombi. Esas largas noches esperando en casa, sin saber si esa noche volverá entero (literalmente)…
BR: Tampoco hay que descartar otras posibilidades, como que en realidad ese monologuista no sea yo y sea en realidad un zombi excéntrico que se me comió y se puso mi piel encima de la suya como trofeo.
RB: Creo que sí hay que descartar esa posibilidad.
BR: De acuerdo. Entonces debo ser yo.
– Ahora hablando un poco más en serio… ¿de dónde nació la idea, tiene algo que ver la película Zombies party?
RB:Zombies party, gran película, se suma a una larga lista de películas que mezclan zombis y comedia (Braindead, Terroríficamente muertos, La divertida noche de los zombis…). De hecho, es muy difícil tomarse en serio una horda de muertos vivientes. Nos gustan estas películas. Además, siempre ha sido un género que da para hablar de muchas cosas. Ya ves que el primero habla de amor.
BR: Zombies party está bien, aunque personalmente prefiero Shaun of the dead como referente.
RB: Son la misma, Berto
BR: Cállate, que estoy hablando yo. Somos carne friki por los cuatro costados. Danos viajes en el tiempo, muertos vivientes, espadas láser, condensadores de fluzo o similares y nos harás felices. Y el zombi es uno de nuestros temas favoritos, la gran masa caníbal y medio gilipollas amenazante en la puerta de tu casa. ¿Qué hay más divertido, mientras sea en la ficción?
– ¿Cuántos capítulos esperáis rodar?
RB: De momento hemos rodado 8. Si va bien, esperamos rodar 8.000.
BR: Quién sabe…
– El proyecto es en cierta medida arriesgado, porque pocas series (en España quizás sólo Qué vida más triste) han triunfado en Internet. ¿Qué objetivo os marcáis?
RB: Hostia, ¿De verdad? Mierda, ¿Por qué no me lo dijiste Berto?
BR: Porque no lo sabía. Bueno, iremos haciendo hasta que nos dejen. Es un objetivo modesto, pero yo lo prefiero así. Es más asumible.
– ¿Habrá invitados especiales zombis o la serie es cosa de dos?
RB: No descartamos absolutamente nada. Yo, por ejemplo, no descarto que nos llame Spielberg y nos ofrezca una película. Y que luego nos llame George Lucas y nos ofrezca otra. Y que tengan que luchar a muerte por conseguir un contrato con nosotros.
BR: Totalmente de acuerdo. Ver luchar a esos dos a muerte sería lo mejor. Dentro de una piscina de barro, añado.
Una vez dejada atrás la mala imagen que los tomateros y cía. ofrecieron (y pretenden seguir ofreciendo) de él durante años, y aprovechando el tirón de su faceta como monologuista, se me antoja necesario un paso más en la carrera televisiva de Paquirrín. Gracias al descubrimiento de Dani Mateo y Ángel Martín, no por bondad, sino por sabiduría televisiva, el hijo de Isabel Pantojase ha encontrado a sí mismo. Ya no se esconde. Es el mismo tipo risueño, amante de la fiesta y con un 0% de maldad de siempre, sólo que ahora no se le critica.
Creo que la clave está en aprender a aceptarse a sí mismo. A muchos se les ha llenado al boca en innumerables ocasiones llamando tonto o cortito al chico, pero si lo pensamos friamente, nos ha dado a todos una lección de madurez. Ya sé que Paquirrín y madurez son términos que se llevan a matar, pero yo lo veo así.
Tenía tres opciones. Seguir a malas con la prensa y vivir perseguido por cuatro alcachofas rosas a la caza de su última borrachera, dar pena por algún que otro plató echando mierda sobre alguien o abrir las puertas de su vida a las cámaras y gritarle a España: «Sí, soy así y, te guste o no, me la refanfinfla». Eligió la última, que era la más arriesgada, pero consiguió de un plumazo cambiar la imagen que le ha acompañado durante los últimos 5 años y, lo que es más importante, un trabajo honrado, reconocido, bien pagado… y en el que encima se lo pasa bien. ¿Os parece la decisión de un estúpido?
Hoy por hoy, creo que es un hecho que Paquirrín ha encontrado su sitio. Es más, me alegro por él. Se le ve buen chaval y, aunque no le conozco de nada, estoy de acuerdo con mi compañera Clara Hernández en que es un pedazo de pan. Es evidente que no le ha faltado nunca de nada y que es un vividor nato, pero eso no justifica tener que aguantar durante toda la vida la mofa y el insulto fácil de quien sólo quiere dañar a su madre, ni siquiera a él. Triste, ¿verdad? Y hay quien dirá que si las fiestas, las exclusivas, los Gustavos… vale, pero eso viene motivado por algo, ¿no creéis? Luego lo que haga con su vida es su problema, ¿o no?
No sé si, como él quiere, acabará teniendo su propio programa o, como auguran los más optimistas, logrará emular al propio Buenafuente, pero me atrevería a decir que está en plena progresión, por lo que pienso que debería animarse a estudiar un poco de interpretación para explotar definitivamente, quizá con un papel en una serie de televisión. Desde mi punto de vista, es un diamante en bruto y las productoras ya están tardando en pensar en él para próximos proyectos.
PD: Así de primeras se me ocurre para él una serie como Manos a la Obra (haciendo de Manolo, Benito o Tato), pero podría adaptarse a muchos más papeles (un tipo Marcial en Médico de Familia… un portero all estilo de Aquí no hay quien viva… o incluso uno de los narcotraficantes que iban siempre con El Duque) ¿En cuáles le veríais mejor vosotros?
Atraído por la presencia de Toni Cantó en el reparto, decidí dar una oportunidad a ‘Un golpe de suerte’, la nueva serie que Telecinco estrenó ayer por la tarde. Y maldita la hora. Pija y sonrojante, de las de vergüencilla ajena. No sé si el guionista no tiene amigos, no sale mucho por ahí o hace tiempo que no habla con gente joven, porque los diálogos son… pues como los de este vídeo.
«¿Te vienes, tío? Vale. ¿Mañana quedamos? Vale. Vale, pues quedamos. Vale. Mola». Y así todo el maldito rato, sobre todo el pesado este que juega el voley. Pero bueno, hasta ahí pude soportarlo. Si me sobrepuse sin apagar la televisión a que un pijo preguntase por el paradero de su nicky (no escuchaba esta palabra desde que tenía seis años), me sentía capaz de todo, incluso de ver después la final de la Copa Confederaciones, que luego no estuvo mal.
En serio, entiendo que la serie es juvenil y para pasar el rato, pero podían elegir mejor a los personajes. El supuesto chico duro no asusta ni a una mosca (y dicen que viene de la cárcel; vamos, no dura ni dos días), el chuleta guaperas del nicky es menos masculino que Fidel (el de ‘Aída’) y los demás parece que te lo están leyendo. Pero el personaje que más me llama la atención es el de Carmen Morales, y os explico por qué: si hace diez años salía en ‘Al salir de clase’ interpretando un papel de una chica de 18 años y ahora hace de madre de chavales de 17, podríamos decir que, o bien en una década ha cumplido más de diez años, o en ‘Al Salir de Clase’ tenía ya unos chiquillos de seis y siete años, habiendo parido a los doce, más o menos. Es un poco surrealista, ¿no?
PD: Cómo envejece la televisión. Por cierto, voy a darle una segunda oportunidad a la serie porque la parrilla está muy canina. Maldita crisis…
Aquí tenéis el segundo capítulo de la primera serie de monos de plástico emitida en Internet. No esperéis gran cosa: es, para mi gusto, peor que el anterior. Pero la historia de Peter y Paco es real… yo simplemente la he adaptado al cine.
No obstante, no voy a ser tan estúpido despistado como para obviar que la serie principesca ha calado en muchos corazones (para mal, fundamentalmente). Por eso quiero compartir con vosotros la carta (bueno, correo electrónico, pero queda más bonito decir carta) que recibí el martes. Lo firmaba P.J. (Pedro José) y decía…
La Reina como una bruja controladora que da palmaditas en el culo al Rey y fuma a escondidas.
PD: Así de primeras se me ocurre para él una serie como Manos a la Obra (haciendo de Manolo, Benito o Tato), pero podría adaptarse a muchos más papeles (un tipo 
