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Dennis Hawkins, un ladrón muy poco espabilado

BecConsejo: «Si te pillan, disimula»

Ya sabéis que los ladrones torpes son una de mis debilidades (os lo he dicho unas cuantas veces, lo sé), así que no me puedo resistir a contaros la historia de Dennis Hawkins, de 48 años. Dennis es un ladrón poco espabilado, que si tuviese que ganarse la vida robando las iba a pasar canutas.

A ver, ponemos cosas en común… pensad que las circunstanciasos obligan a robar un banco (por lo que sea, ahí ya no me meto). ¿Cómo lo haríais? Es probable que pensarais: «Uso un disfraz«. Bueno, no es mala idea, pero… ¿qué tipo de disfraz? Evidentemente, uno para pasar desapercibido… ¿o no?

Pues si actuáis como Dennis, no, sin duda. Él consideró que una peluca de mujer y unos senos postizos ocultarían a la perfección su tupido bigote (no fue así). Es más, creyó (él sabrá por qué) que unos pantalones de payaso conjuntarían a la perfección con su plan ferpecto.

No fue así. Ojo, que igual él no tuvo toda la culpa. Quizás sus padres también son responsables, por no decirle de pequeño: «Dennis, hijo, tú no vayas a darte nunca a la mala vida, no me salgas ladrón que pa’ eso no sirves, cariño». De otro modo no se explica que llegara al banco con una pistola de juguete (mucho mejor desde el punto de vista de los clientes, pero el futuro como ladrón del muchacho…).

Recapitulamos entonces. Dennis llega al banco con: bigote (real), peluca de mujer, senos postizos, pantalones de payaso y pistola de juguete (robada, por cierto). ¿Qué puede salir mal? Pues nada, porque Dennis robó la sucursal (algún lector malpensado ya afila el cuchillo para hacerse un Bec a la parrilla), pero…

… Pero luego había que salir del banco y escapar. Allá que fue Dennis, que entró en un coche y gritó a la mujer que lo ocupaba: «¡FUERA!». Ella salió… con las llaves, le encerró y llamó a la Policía.

Sí, evidentemente le detuvieron. Difícilmente la historia podía haber tenido otro desenlace.

PD: El momento de la Policía arrestando a un hombre encerrado en un coche disfrazado de payaso y con senos postizos tuvo que ser absolutamente glorioso.