Un periódico local informó recientemente sobre la historia de un vecino de Xiamen, provincia de Fujian, que fue testigo de excepción de cómo su retrete tecnológico se quemaba después de un supuesto cortocircuito, mientas se encontraba sentado sobre el aparato. ¡¡¡Vaya susto!!!Lee el resto de la entrada »
Kokenawa es una empresa japonesa que produce el sorprendente Pocketoilet, el ‘inodoro portátil’ más pequeño del mundo y un verdadero salvavidas cuando te entra un apretón.
Cuando ‘tienes que irte’, tienes que irte, pero, ¿y si no hay adónde ir cerca? Que nervios, que estrés y las ‘aguas mayores’ a punto de desbordarse. 😉 Lee el resto de la entrada »
Los problemas de escasez de agua que existen a nivel mundial han generado alternativas enfocadas a ahorrar un bien tan preciado. Tal es el caso de los inodoros secos, dispositivos ecológicos que se sirven de la compostación y desecación para degradar la materia fecal.
El caballero, de apellido Tang, había estado bebiendo con algunos amigos (¡¡¡acabáramos!!!) en la cafetería de un hotel. En un momento dado tuvo que ir al baño y se le ocurrió la gran idea de consultar el móvil mientras se aliviaba. ¡¡¡Craso error!!!Lee el resto de la entrada »
Para esos momentos íntimos en los que tu cuerpo te pide un respiro y estás obligado a dárselo (podría seguir intentando hablar con eufemismos, pero me refiero a hacer pis y caca), hay auténticas aberraciones manufacturadas. Baños en los que, lejos de sentirte cómodo para evacuar, parece que estás pendiente de que no te asalte un bandido en un callejón a oscuras cuando acabas de sacar dinero del cajero.
Siguiendo una pista de un compañero del que no estoy autorizado a publicar su cuenta de Twitter (¡lástima!, porque es una cuenta recomendable), he elaborado un ranking de los diez váteres peor pensados del planeta. Los hay que de puro cutre dan ligera grima, pero también los hay de diseño, en los que el arquitecto que pensó el baño no tuvo en cuenta un detalle tan importante como la intimidad. Lee el resto de la entrada »
La jubilada tuvo un despiste y su dentadura postiza se cayó en el interior del inodoro. ¡Qué mala suerte! Seguro que si lo intenta cien veces no le sale. El caso es que a la jubilada se le ocurrió introducir su brazo en el retrete para intentar recuperar su preciada posesión. Una maniobra un poquito asquerosa, pero necesaria para rescatar sus dientes.
En el capítulo de hoy de ‘Barrabasadas de la arquitectura’ no vamos a despellejar al admirado por muchos Le Corbusier, el hombre que prefería el hormigón a los árboles para las plazas y parques. Hoy vamos a hablar del hotel Bikini Berlín, de la cadena 25hours. A mis ojos de profano en el asunto, el diseño me resulta precioso por dentro y regulero por fuera. Moderno, sugerente e impactante. Tan impactante que si paseas por sus alrededores puedes contemplar sin reparos cómo alguno de sus huéspedes hacen uso del baño de uno de sus restaurantes, el Monkey Bar. ¿Por qué tanta crueldad para los que acuden allí con urgencias fisiológicas y para los transeúntes que tienen que verlo?
Por alguna razón que atenderá a un modernismo que yo no entiendo, el diseñador del restaurante instaló ventanales de cristal transparente desde el suelo hasta el techo de los baños, sin tener en cuenta que dan a la calle y que la altura del edificio no es suficiente como para evitar que los usuarios sean pasto de las miradas ajenas. Sus razones tendrá el caballero, o no, que los hay que actúan porque sí, sin venir a cuento. Lee el resto de la entrada »
Los baños solo traen problemas. Hace no demasiado estaba tomando algo con unos amigos en un bar y tuve que ir al servicio. Me detuve frente a las puertas para saber cuál era el mío y los dibujos eran un pez y un pulpo. ¡¡UN PEZ Y UN PULPO!! ¿Qué demonios soy yo? Pues como no lo tengo claro entré al de la derecha, y había una chica. «Ups, error», pensé. Salí y fui al otro. Estaba vacío (¡BIEN!). No habían pasado ni 30 segundos cuando una muchacha aporreaba la puerta: «¡¡¡Eh, sal, que esto es el baño de mujeres!!!». Terminé, salí, me disculpé, me pregunté qué demonios hacía la otra zagala en el baño de chicos y concluí que ella, como yo, no debía de tener claro si era pulpo o pez, y entró al primero que pilló. Con lo fácil que es poner «Caballeros» y «Señoras».
Por eso, porque los baños solo traen problemas, no entiendo que en la pequeña isla de Handa, en Escocia (sin tilde en la «i», no me seáis graciosos), quieran poner uno que les cuesta 50.000 libras (unos 60.000 euros). Sobre todo, estando la isla como está: deshabitada. El tiempo es tan desapacible en Handa (ni que en el resto de Escocia fuera una maravilla, vamos) que durante seis meses allí no se acerca nadie. Y cuando digo nadie es nadie, ni Goku con la nube mágica, ni Vegeta teletransportándose. Nadie de nadie, no sé si me explico.
Los otros seis meses tampoco tiene habitantes, pero sí turistas (como si fuera la isla de Benidorm), que van a ver la rica fauna y flora de la zona (esto ya no es como la isla de Benidorm: allí se va a comer paella y a ver gallos, pero la flora y la fauna está en las discotecas los sábados por la noche). El problema, porque las autoridades han entendido que era un problema, es que hasta ahora en Handa, si querías evacuar, ya fuera poco o mucho, tenías que buscarte un rincón íntimo, como si estuvieras en la isla de Supervivientes. De ahí la idea de construir un baño público.
Ahora bien, en Handa hay un aseo, que actualmente usan los voluntarios que te enseñan lo que puedes hacer y lo que debes ver de la isla. «¿No vale ése, Bec?», preguntaréis. Pues no, hombre, no mucho, y menos teniendo en cuenta que la visitan 6.000 turistas en verano para observar su variedad de aves. Si en los bares después del tercer visitante está el baño que da pena, imaginad ahí… y más aún si es el cuarto de baño de los trabajadores… que no, hombre, que no. Lo que les faltaba a los pobres, que no tienen televisión y se las ven y se las desean para coger algo de cobertura con el móvil.
«¿Y por qué demonios es tan caro, Bec? ¿También tienes una razón para eso?» Bueno… para que os hagáis una idea: no hay electricidad ni agua corriente y los vientos que azotan la isla obligarán a David Sommerville, arquitecto responsable de la obra y que lleva cinco años trabajando en el proyecto, a inventarse algo. La solución será, según parece, meter el baño bajo tierra (un poquito, no os asustéis), utilizar acero y echar serrín para tapar cada regalo que la madre naturaleza le haga a través de nosotros.
Ale, muchachos, para que luego digáis que no os doy razones para viajar en verano. Ahí tenéis mi recomendación: una visita a la isla de Handa, pequeñita, coqueta y con un montón de aves por descubrir. Y si no os convence nada de eso, igual os motiva echar un pis en un baño de 60.000 euros, para ver si se siente algo distinto. Dicho lo cual, yo antes de entrar miraría si en la puerta hay pulpo o pez… por si las moscas.
Quién le iba a decir cuando le dio el apretón (como diría mi amigo Toño, de lo fino o de lo gordo) que iba a salir del cuarto de baño con los pies por delante.
Ya es mala suerte que mientras estás ahí entregando tu alma a Dios entre una señora torpe y deje que se le dispare la pistola. Es que hay que ser gañán. ¿Cómo se te puede caer de la funda?¿Cómo no lleva el seguro echado? Y lo que es peor, ¿quién le ha dado la licencia? Porque esta señora de 56 años, la agresora involuntaria, tenía permiso para llevar armas ocultas.
PD: A ver si Obama se pone las pilas y empieza a requisar juguetitos de fuego.