Unos investigadores de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, han utilizado a mis queridos monos para un estudio que no me termina de convencer, por mucho que haya sido publicado en la revista Nature Neroscience.

«¿Por qué al rascarnos se alivia la picazón?», se titula el artículo que he leído en la BBC. En él se explica que al rascarnos una zona del cuerpo que nos pica, se produce un bloqueo en algunas células de la médula espinal que transmiten la maldita sensación de picor al cerebro. Por eso cuando no pica no mola rascarse, porque no se activa el mismo mecanismo, no hay nada que bloquear.

Eso es lo que descubrieron con los primates, que la acción de rascarse la piel inhibía la actividad de las células nerviosas en el tracto espinotalámico, con lo que la médula espinal no podía transmitir las señales de la zona que había sido rascada al cerebro.

¿Por qué estudian esto? La idea no es mala. Creen que puede contribuir en la creación de algún aparato que rasque sin dañar o que provoque la misma sensación de alivio sin necesidad de irritación. Y eso está bien, más que bien, pero…

Os decía que no me convencía mucho este estudio (con todos mis respetos) porque no me soluciona nada, es más no estoy de acuerdo con esa sensación de alivio. Cuando me rasco, me pica más. Es un gustito muy momentáneo, pero es peor que la droga. Tienes que seguir rascándote sin parar. Y no creáis que digo tonterías, que el doctor Yosipovitch me da la razón en el texto:

«La principal pregunta que aún no tiene respuesta es qué pasa en los pacientes que sufren de escozor crónico y que al rascarse pueden empeorar la percepción que tienen de la picazón».

PD: Hay un párrafo que me encanta: «Para el profesor Gil Yosipovitch, un experto en picazón de la Universidad de Wake Forest en Carolina del Norte, EE.UU., el hallazgo es «potencialmente significativo». ¡Experto en picazón! ¿Pero eso existe?

PD2: ¿Os habéis enterado de algo? Lo digo para que las dudas se las preguntéis a otro, que yo estoy un poco aturdido (je, je, je). Uy, cómo pica…

–> FOTO: Scitec.nosdom

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