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Tres muchachas se dedican a tocar penes… por una causa noble

tocanpenecancerprostataA estas alturas de la película y gracias a la pléyade de modernitos que pululan por los centros urbanos, prácticamente todo el mundo ya conoce el movimiento Movember. Sin embargo, como quedan algunos despistados, os resumiré brevemente en qué consiste para que no tengáis que recurrir a la Wikipedia (de nada). Movember es una iniciativa de buen rollito mediante la cual los hombres que (se creen que) molan se dejan bigote durante el mes de noviembre por una buena causa: la lucha contra el cáncer de próstata.

Pues bien, amigos mostachudos, vuestro movimiento es una caca-de-la-vaca en comparación con lo que han hecho tres muchachitas francesas para recaudar dinero para luchar contra el cáncer de próstata. Repito: caca-de-la-vaca. Mola mucho más la idea de una morena, una rubia y una pelirroja, que se pasaron la tarde sobándole el paquete a un montón de hombres por las calles de París. ¡Así sí, hombre ya! ¡Así sí!

Las tres chicas se asearon las manos con una cremita desinfectante y emprendieron su tarea con el beneplácito de un buen puñado de tipos, que se prestaron gustosos a ejercer de hombres-florero. Así, como atestigua el vídeo del post, pasaron las horas asaltando a caballeros por la calle y depositaron sus manos en la entrepierna de algunos de ellos. Por cierto que me llama muchísimo la atención las diferentes maneras de sobeteo que emplearon las tres. Nótese que la pelirroja es la más suelta. La muchacha se acerca con determinación a cada hombre y le agarra y menea los testículos con mucho desparpajo. En el punto medio, la morena a veces se recrea, a veces pone la mano como por compromiso. Una de cal y otra de arena. De largo, la más recatada es la rubia, que apenas si roza con sus delicadas manitas las partes nobles de sus ‘asaltados’, como si fuera una novicia de permiso

La acción ha sido mucho más llamativa que productiva, ya que a pesar de sus esfuerzos, nuestras tres heroínas sólo lograron recaudar 520 euretes, una nadería para luchar contra el cáncer de próstata, infinitamente menos que Movember. En cualquier caso, bienvenida sea su idea… ¡¡y que se extienda pronto por todas las ciudades del mundo, por favor!!

PS. Seguro que se os ha pasado a todos (y todas) por la cabeza, pero no por ello voy a dejar de decirlo. Me parece que en esta idea hay algo de discriminación positiva, porque a ver quién es el guapo que se propone manosear pechos para luchar contra el cáncer de mama. Aunque sé de buena tinta que hay algún listo disfrazado de superhéroe que ya lo hace sin ningún pudor.

Un cocinero prepara comida afrodisíaca a base de penes y testículos

peneburroSi me dieran un euro por cada vez que alguien me ha dicho «de lo que se come, se cría» cada vez que mordisqueaba un plátano o mojaba pan en la yema de un huevo frito, ahora tendría una fortuna parecida a la de Carlos Slim. Ese dicho tan castizo, del que hemos abusado a la hora de hacer símiles fálicos, también tiene vigencia fuera de nuestras fronteras, más concretamente en China.

Allí, Xiao Shan, chef de una popular cadena de restaurantes, se ha hecho célebre por la receta de un plato hecho a base de sangre, penes y testículos de animales. ¡Ahí lo lleváis, amigos chinos, de lo que se come se cría! Xiao utiliza los órganos sexuales masculinos de burros, borregos, perros, serpientes, ciervos y toros y asegura que «la textura y el sabor son muy buenos. Además, es un plato muy saludable». El cocinero, va más allá y se vanagloria de que lleva cocinando con esta materia prima ¡desde que tenía 13 años! ¿De dónde saca los ingredientes? ¿En qué mataderos comercian con penes y testículos?

Ante el revuelo que se ha formado ante esta delicatessen, la gerente de una de las sucursales del restaurante, Yanzhi Li, ha salido en apoyo de su chef. Asegura que es una comida bastante popular entre los hombres de negocio y los funcionarios del gobierno que acuden a su restaurante y, más aún, considera que «comer pene y testículos mejora la salud de los hombres, los hace más fuertes y les ayuda a tener una vida sexual maravillosa». Y lo dice así, sin el menor titubeo, como si fuera una experta en nutrición.

Si os gustan las criadillas -a mí me dan cierto repelús-, tenéis pocas excusas para no organizar un viaje relámpago al país de la inmensa muralla y deleitaros con los testículos de animales varios. Además, si andáis un poco pachuchos o atravesáis una época de poco apetito sexual (¿hay hombres con poco apetito sexual?), allí reactivarán vuestra libido con pene de burro a la plancha. ¡Ñam!