Entradas etiquetadas como ‘paso de peatones’

Un conductor aprende por las bravas a no invadir los pasos de peatones

Si existe un lugar en el mundo más conflictivo legalmente que cualquier agua internacional o la propia Antártida, ese es sin duda el infernal paso de peatones. Y no exagero un ápice. Bueno, quizás un poco para crear la máxima expectación.

​Nunca unas cuantas rayas y un semáforo pudieron provocar tantas discusiones en la sociedad contemporánea (que intenso me he puesto ;)), y el siguiente caso no es una excepción. Lee el resto de la entrada »

Un conductor aprende a la fuerza a no invadir los pasos de peatones

Nunca es tarde para aprender nuevas lecciones, aunque sea por las bravas y sin anestesia. Eso más o menos es lo que debió de pensar este conductor poco solidario.

No es un caso aislado ver como muchas personas al volante no tienen ningún escrúpulo en invadir los pasos de peatones, pero este en concreto ha conocido el poder del ser humanoLee el resto de la entrada »

Una muñeca hinchable usada como ‘espantaconductores’

En un capítulo de Hope, el cabeza de familia está empeñado en que pongan una señal de Stop frente a su casa «para hacer un servicio a la comunidad». Dice que así la gente se pararía y él los saludaría, algo que traería alegría y amabilidad al pueblo. Pues bien, eso pasa porque Burt no tenía a mano una muñeca hinchable; de lo contrario el problema lo podría haber solucionado él mismo.

Cuenta la leyenda prensa china que una señora mayor estaba harta de que los conductores atravesaran a toda pastilla el paso de peatones que hay cerca de su casa y que, dado que las autoridades no le ayudaron lo más mínimo, ella decidió tomarse la justicia por su mano.

Cogió una muñeca hinchable (de las que son de plástico duro y ya vienen hinchadas, no sé si tienen un nombre más específico), una cuerda y un poco de ropa atrevida y ató el juguete a un árbol que hay justo al lado del paso de cebra.

La idea es, según cuentan, que los conductores levantasen el pie del acelerador al llegar al paso de peatones, ya sea porque se sientan atraídos por la muñeca como si de una sirena se tratase, o porque piensen: «¿Quién demonios ha secuestrado a esa muñeca hinchable?».

No sé el futuro que puede tener la iniciativa, por original que me resulte, dado que hay mucha gente que a la primera parará, pero a la segunda conocerá el truco. Además, vivimos en un mundo en el que la gente está muy necesitada de amor, y ver la muñeca solo atada con una cuerda es como dejarle a un ludópata el bote de las propinas al lado de una máquina tragaperras.

Algo está pasando con China y las muñecas, porque hace un par de semanas 18 policías salvaron a una que se estaba ahogando. Más historias que sumar a aquellas diez rocambolescas que os conté en septiembre del año pasado.

PD: ¡Ya es casi viernes!