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Robó el coche de su cita mientras ella le esperaba en el cine

Soy fan de muchas cosas. No en Facebook, no, que ahí soy fan de Trolly y poca cosa más, me refiero a la vida real. En el mundo de carne y hueso soy #muyfan de muchas cosas, entre las que están el Real Madrid, el chocolate que se come, el Angry Birds, el libro de mi amigo David Yagüe (ya os hablaré de él), pero, SOBRE TODO, soy fan de los ladrones torpes y de las citas que acaban regular.

Por eso, cuando me encuentro una historia como la de hoy me muerdo las uñas, las falanges, las falanginas y las falangetas hasta que la publico. Habiéndome mordido todo eso, es obvio que escribo con los nudillos (ahora se entienden mis faltas de hortojrafía, ¿verdad pillines?)

En fin, al tema. Michael Pratt, el atractivo (juas) joven de 27 años que vemos en la imagen que hay junto a estas líneas, consiguió una cita la semana pasada. No sabemos cómo la engañó para quedar con ella, pero el caso es que fue con una chica a ver una película.

Ya en el cine Michael le dijo a la muchacha, de 35 años, que había olvidado algo en el coche, y le pidió que le dejara las llaves un momento para que fuera a cogerlo. La muchacha, confiada porque en Zephyrhills (EE UU) la gente es muy confiada, accedió, y se quedó viendo la película mientras el joven apuesto (el yerno perfecto) iba a por sus cosas.

Al ver que tardaba, tardaba y tardaba, la pobre muchacha se preocupó, de modo que llamó por teléfono a Michael para ver si todo estaba bien. Él, que no destaca por su inteligencia, descolgó partiéndose de risa, le dijo: «He robado tu coche» y colgó. Me encantan este tipo de situaciones porque siempre dan pie a enlazar el vídeo de Manuel Manquiña y su «Profesional, muy profesional».

Como ella es una buena mujer (y el coche era alquilado), intentó contactar con nuestro Neymar pelirrojo durante dos días pero como no hubo forma, así que terminó avisando a la oficina del Sheriff para pedir ayuda y denunciar a su amigo, según publica la prensa local.

Cuatro días después de lo que podemos calificar como una cita desastrosa él le devolvió la llamada y dijo que había dejado el coche abandonado en el aparcamiento de un centro comercial. Las autoridades lo encontraron y poco después detuvieron a Michael acusado de robo (no, lo del peinado parece ser que aún no es punible en ese estado).

Ya había pasado un año en la cárcel por diferentes delitos entre los que destaca el fraude y el robo de coches, por lo que quizás en su nueva experiencia en el internado con rejas le resulte más sencilla.

PD: Luego me diréis que no, pero yo creo que a la gente así le gusta vivir en la cárcel.