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Su adicción al atún está arruinando su vida amorosa: «Como 15 latas a la semana y huelo demasiado a pescado»

La obsesión de un hombre por el atún enlatado le está costando relaciones y nadie puede culpar a sus conquistas de alejarse al detectar un profundo olor a pescado. O_O ¡¡¡Peor que una mofeta!!!

Esta historia inverosímil le pertenece a Tyler, un caballero residente en la ciudad de Lawrence, Kansas (EE UU), que se ha hecho muy notoria por aparecer en el programa Mi extraña adicción. Lee el resto de la entrada »

Y de postre… ¡una barrita de desodorante!

come-desodoranteRecuerdo con indisimulada amargura a un profesor con una marcada halitosis, mezcla de su tabaquismo exacerbado y de una cierta pasión por las comidas ricas en ajo. Confieso que era un poco rebelde en clase, así que el maestro, de nombre Jacinto, tenía cierta costumbre de darme algún que otro rapapolvo verbal muy cerca de la cara. La escena era desagradable y no imagináis cuánto lamento que Jacinto no hubiera tenido por aquel entonces la afición de la protagonista de este post.

La joven se llama Nicole y, en un reportaje del programa ‘Mi extraña adicción‘, de la cadena estadounidense TLC, ha confesado que su alimento preferido es la barra del desodorante. WTF!!! Apenas tenía cuatro añitos cuando se rindió a las delicias (?) del roll-on y asegura que se mete entre pecho y espalda no menos de 15 barras al mes. La muchacha hace hincapié en el placer de sentir cómo un desodorante se derrite en su boca y afirma ser capaz de distinguir sabores diferentes en función de la marca que esté devorando. ¡Ahí es nada!

La dieta me resulta más bien repugnante poco apetecible e imagino que no será un hábito muy saludable. Sin embargo, también quiero creer que hay algo positivo en destrozarse el estómago comiendo estas porquerías. Espero que Nicole tenga un delicado aliento, floral o mentolado, y que sea una delicia conversar con ella cara a cara. Y espero también que alguien le haga llegar este post al viejo Jacinto, que sigue dando clases y seguro que ha encontrado algún otro alumno al que acobardar con su voz de barítono pésimamente ambientada.