La chica está hasta en la sopa, lo sé, y darle tanta coba ya resulta cansino, pero yo tenía capricho de ponerme en plan Cosmopolitan, qué le voy a hacer… Sólo hoy, ¿vale? Resulta que el pasado 9 de agosto supimos que la periodista deportiva Sara Carbonero había sido elegida la reportera más sexy del mundo por la versión estadounidense de la revista FHM. Pues bien, ayer asomamos a la portada de 20minutos.es una lista creada por Giugi sobre las reporteras deportivas más guapas… y el resultado, de momento, es el mismo. Nuestra talentosa belleza sigue imponiéndose en las votaciones. ¿Por qué gana tan fácil? ¿Qué tiene la joven periodista de Telecinco que no tengan las demás? Vamos a investigar.

No hay duda de que su mayor atractivo está en los ojos. Son verdes, almendrados y muy grandes, dos luceros que combinan a la perfección con unos labios carnosos y unas facciones muy exóticas. Su mirada se clava en la cámara mientras una locución firme cautiva al espectador. Es la perfección.

La reina destronada de FHM es la clásica belleza rubia, muy correcta y muy americana. De cara perfecta y cuerpo escultural, tiene un parecido más que evidente con la modelo Heidi Klum, pero le falta temple (pierde los nervios con el acoso de los paparazzi) y algo de chispa o que pueda sorprender (os prometo que no lo digo porque le hayan robado ya un desnudo, que vaya disgusto debió llevarse la pobre -siento poner el vídeo de esa noticia, pero la actualidad manda-).

Mexicana de las que saben seducir. Su rostro, lleno de picardía, rebosa sensualidad. Es un claro ejemplo de mujer explosiva, con unos ojos que poco tienen que envidiar a los de la española. Sin embargo, le falla la voz. Parece que viene de fiesta. Intimida un poco. Mi Sarita (sí, me gusta) es mucho más fina y sutil.

Un mito erótico de la profesión, una Amaia Salamanca a la francesa (y con micrófono) que puede presumir de cautivar a tres bandas: posee una mirada felina y cristalina, un rostro equilibrado y dulce y una voz suave y pausada (no me canso de escucharla, su forma de hablar es mi perdición). En mi opinión, o mejor dicho, según mi escala de gustos, es la gran rival de Sara. Sólo Melissa está a su altura, pero como tengo que desequilibrar la balanza me inventaré un hándicap: parece inaccesible y fácilmente irritable.

Desde mi punto de vista es la peor colocada. Es el segundo plato de Andrews. Más clásica y más típica. Rubia, de ojos claros y cuerpo de infarto, pero sin un sólo factor que la diferencie del resto. Nos gusta, nos gusta mucho… pero su belleza, muy universal, no cautiva igual que la de Miss Carbonero. ¿Acaso recodarías con la misma facilidad el rostro de Georgie que el de la española?

PD: Al margen de lo físico, que básicamente es lo que hemos valorado, Sara es un partidazo. A sus 24 años ya es subdirectora de Deportes de Telecinco y dicen que gana unos 100.000 euritos netos anuales (quién pillara la cuarta parte). Yo le recomendaría que se olvidase de Iker Casillas, Jorge Fernández y cualquiera de los que le coloquen en las revistas. Que me llame y pruebe el amor becario (austero pero sincero). Y en el peor de los casos, si no la enamoro, que me ofrezca un buen puesto de trabajo (estoy harto de racionar los yogures de fresa).

PD2: Ah, si quieres votar por tu presentadora favorita, puedes hacerlo aquí.

PD3: Gracias a mi amiga Anita por ayudarme con la elaboración del post.