En una autopista a las afueras de Las Vegas (EE UU), un conductor fue pillado en plena cabezadita mientras se encontraba al volante de su Tesla Model X con el piloto automático encendido. Como en la cubierta de un crucero, tomando el solico en el Caribe. 😉
El vídeo de Mr. Morfeo fue publicado por la página de motor Jalopnik, aunque no se indica cuando fueron grabadas las imágenes. Lee el resto de la entrada »
Gracias al cine sabemos que la juerga de nuestras vidas nos la deberíamos pegar en Las Vegas. Eso es algo que también tenía muy claro Evelyn Kottman, una anciana estadounidense que celebró su 103 cumpleaños de fiesta loca en la Ciudad del Pecado acompañada por uno de sus nietos. ¡Vamos ya! En estos momentos, me río mucho de los viajes que organiza el Imserso.
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La señora Kottman, consciente de que ya no va a tener muchas más oportunidades de desfasar -quiera Di*s que sí-, hizo un buen número de locuras inesperadas para una mujer centenaria: se gastó la pasta en los casinos, se tomó unas copas, fumó unos cigarrillos, se hizo fotos rollo gangsta, se pegó una panzada de cangrejo, su comida favorita…. Esto es, se dio unos cuantos caprichitos. Lo mejor de todo es que el broche para su noche de juerga loca fue hacerse un coqueto tatuaje en su brazo derecho. Con 103 años. Repito: con 103 años. ¡Para que luego digáis que los tatuajes duelen, nenazas! ¡Sólo le faltó casarse vestida de Marilyn o de Catwoman!
Evelyn se tatuó un discreto corazón rojo que su nieto se ha encargado de enseñar al mundo a través de Facebook, por si hay gente que no se lo cree. Que la mujer es atrevida, pero no tanto como para tatuarse medio brazo.
Por cierto que Evelyn tiene antecedentes como fiestera y transgresora. De hecho, a muy temprana edad, con apenas 9 añitos y con la colaboración de su hermano de seis, robó un Ford T para darse un viaje de placer. ¡Qué jefa!
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Esto de las parafilias se nos está yendo de las manos. Hay gente que se excita con las cosas más insospechadas y, luego, los hay que pierden los papeles por un orgasmo. Es el caso de Kara Vandereyk, una joven estadounidense que fue arrestada en Las Vegas por tener relaciones sexuales con su pitbull.
La muchacha exhibió su desinhibida conducta sexual en el patio de su casa, sin importarle las miradas indiscretas de sus vecinos. Precisamente, uno de ellos alertó a la policía local. Cuando los agentes llegaron al lugar del suceso, se encontraron una escena casi inenarrable. Según uno de ellos, «la mujer estaba desnuda y tirada en el suelo, saludó con un ‘hola’ y empezó a manosear al perro». Así, sin escrúpulos y con visos de estar bajo el influjo de alguna poderosa droga.
Los policías procedieron a cubrir a la denunciada con una manta y le hicieron las preguntas de rigor para comprobar si estaba en plenitud de sus facultades mentales. No acertó con su nombre, ni con el año en curso, ni con el nombre del presidente de los Estados Unidos, por lo que brillantemente dedujeron que muy bien no se hallaba. La señorita Vandereyk, eso sí, tuvo lucidez suficiente para señalar que padecía trastorno bipolar.
El pitbull fue trasladado a un refugio para animales y Kara fue encerrada, a la espera de juicio, en una prisión Clark County (lo que pasa en Las Vegas ya no se queda siempre en Las Vegas), por conducta inmoral y abuso de un animal. Y es que las parafilias, a según qué niveles, no parecen muy recomendables.
Por cierto, que también hay que ser muy valiente para atreverse a toquetear a un pitbull, que si se ofusca te puede arrancar un brazo a bocados. Sólo por su arrojo, yo dejaría a Kara en libertad. Y bajo tratamiento psiquiátrico, claro.
PS. He encontrado este montaje de la señorita Vandereyk y Pitbull. No he podido resistirme y lo comparto con vosotros.
Supongo que recordáis la que se armó cuando en Las Vegas sacaron a la calle el famoso camión de strippers. Bien, si no os falla la memoria tampoco habréis olvidado que el camión resultó ser demasiado pecaminoso, incluso para la propia ciudad del pecado.
Pues el ideólogo (Larry Beard), que según decía quería ser «un buen ciudadano» y por eso retiraba el espectáculo, se habrá llevado un montón de regalos por Papá Noel, porque ahora no le importa volver a ser malo.
Ha tenido el detalle de no sacar más el camión por Las Vegas, sí, pero ahora anuncia a bombo y platillo que va a llevar al show de gira por Estados Unidos, empezando por Portland.
Además, vuelve con fuerza. Al parecer, las leyes sobre indecencia pública son bastante laxas en Oregón, y Beard ya tiene previsto jugarse el todo por el todo: pretende llevar a las strippers desnudas o, como diría él, con la misma ropa que «las chicas que van a la piscina» (me sigo preguntando qué tipo de piscinas habrá en Las Vegas).
Al parecer, la ley de Oregón dice que la desnudez pública sólo es ilegal si la persona desnuda en cuestión participe en una relación sexual o intente públicamente despertar el deseo sexual en ellos mismos u otra persona (esto me parece que lo va a tener que trabajar un poco más el amigo Larry.
En cualquier caso, las strippers sólo podrían hacer top less y se verán obligadas a cubrirse de cintura para abajo. Sobre lo de no incitar al deseo sexual, pues no sé… igual por el megáfono, en lugar de invitar a la gente a que les siga se ponen a hablar de política, que eso baja la libido a cualquiera.
PD: No sé por qué, pero me da en la nariz que se avecina bronca con esto cuando el camión llegue a Portland.
PD2: Si alguien conoce a Rudy Fernández, que le pregunte cómo se está viviendo en Portland la polémica.
Hoy hace un año…
→ Larrosa volvía a hacerse un hueco
→ El inglés seguía siendo una asignatura pendiente
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Os propongo un juego. Imaginad la ciudad más permisiva, aquella en la que el pecado no exista, en la que todo sea fiesta, en la que todo lo que suele estar prohibido no lo esté.
Si pensáis como yo, esa ciudad será (sin lugar a dudas) Las Vegas. Sin embargo, hay mucho de «cría fama y échate a dormir» en la ciudad del pecado. Si no, que se lo digan al camión de strippers.
En Las Vegas había un espectáculo llamado Deja Vu Showgirls, que consistía en varias strippers bailando en el interior de un camión. Lo curioso del asunto es que la gente las podía ver desde fuera, porque el interior del camión era algo así como un escaparate.
No han tardado en llegar las críticas al ideólogo del espectáculo, que ahora se ha visto obligado a retirarlo porque, según dice su abogado, quiere ser «un buen ciudadano» (o al menos eso es lo que publica la prensa en Las Vegas).
La camioneta había doblado el negocio del club a quien pertenecía, porque muchos coches seguían al camión hasta el club (las chicas gritaban con unos micros desde dentro y animaban a los muchachos a acercarse, como si de las sirenas de la Odisea se trataran).
PD: El dueño decía que las strippers (que tampoco eran strippers porque no se quitaban ropa, sino más bien bailarinas ligeras de ropa), llevaban más ropa que «las chicas que van a la piscina», pero ni por esas.
PD2: Y después de ver los vídeos yo me pregunto… ¿qué piscinas hay en Las Vegas?
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