Que en el mundo hay gente con suerte, nadie lo duda. Pero lo de este conductor de excavadora no tiene parangón.
Por un mal cálculo, como cuando estás talando un árbol en el lado equivocado, una antigua chimenea que estaba siendo demolida en Pell City (Alabama, EE UU), cayó como un castillo de naipes sobre la máquina sin que nadie pudiera evitar el desastre. Lee el resto de la entrada »
Un hombre chino, residente en la provincia de Henan, ha creado una nueva técnica que ayuda a vivir de una forma más relajada. Levanta grandes cantidades de peso con los testículos para buscar paz interior. Curiosa forma de encontrar la calma. ¿No creéis?
Este entrenador de ‘deportistas de élite’ (no me gustaría enfrentarme a una de sus tablas de ejercicios) asegura que «la relajación completa llega después del sufrimiento«. Bien por él, porque por lo menos practica con el ejemplo. Cosas de la filosofía oriental.
Además, como si no fuera suficiente elevar tal cantidad de ladrillos con ‘un par de pelotas’ (nunca mejor dicho), durante diez minutos, este portento de ‘huevos de acero’ balancea el pesado paquetito durante 320 veces. Ni una más ni una menos. Los chinos tienen todo medido al milímetro.
Lo que está claro es que la activad no es para tomársela a broma. Solo hay que ver su rostro de concentración para adivinar que este disciplina no está hecha para los que aprecian mucho sus partes pudendas. ¿Algún voluntario para lograr la paz de espíritu?
De extrañas adicciones alimenticias está el mundo lleno. Unos comen plástico compulsivamente, otros se pirran por el relleno de los cojines de los sofás o por cualquier tipo de producto de maquillaje. Pero nunca había visto un deseo irrefrenable por engullir ladrillos. O-O ¿Cómo aguantará su dentadura una tortura tan tremenda?
El individuo en cuestión se llama Pakkirappa Hunagundi y puede sufrir un extraño trastorno de la alimentación (el ‘Síndrome de Pica‘). El joven indica sin dudarlo que es adicto a comer ladrillos, grava y lodo. Seguro que un nutricionista diría que esta dieta no es muy equilibrada.
«Sólo me gusta el barro y los ladrillos, nada más. Es algo que necesito todos los días. No puedo parar«, comentó en una entrevista en televisión.
Mr. Hunagundi, de 30 años de edad, comenzó a ingerir material de construcción hace dos décadas y pronto descubrió que necesitaba más y más cada día. Por eso su alimentación la completa con tres kilos de barro con grava. El ladrillo que come cada mañana le debe servir de aperitivo y además quiere lodo a cualquier precio, sin importarle las consecuencias para su salud.
Sus familiares están muy preocupados y su madre le ha suplicado muchas veces que no coma más rasillas. Pero Pakkirappa hace oídos sordos, su adicción es tan fuerte que está planeando viajar por toda India para que la gente descubra sus habilidades y así hacerse famoso. Una curiosa forma de conseguirlo.
(Foto: captura Youtube / Barcroft TV)
