Sabéis por varios post anteriores que Sálvame y yo no nos llevamos demasiado bien. El tema de Yola y alguna que otra pelea pactada me hicieron ponerme de uñas, pero hoy, y sin que sirva de precedente, voy a romper una lanza a favor de Jorge Javier Vázquez. Creo que de la misma manera que critico lo que no me gusta debo ensalzar lo que me parece bien, y en la tarde del viernes el presentador estuvo sembrado (al menos en mi opinión).
El producto televisivo es el mismo de siempre, pero cuando alguien te hace reír, te hace reír. La manera en la que asume los insultos del padre de María José Campanario (bromeando con el reportero que da por hecho que él es el «gay cabrón» a quien se refiere y amenaza), comenta la forma en la que éste se encara a la cámara y se mete con la madre y su extraña minusvalía (comparándola con Ben Jonhson), a nivel de humor, son momentos dignos de aplauso.
No me digáis que el hombre embistiendo a la cámara no es una imagen para el recuerdo. Es un momento televisivo maravilloso, para guardar.
PD: Por cierto, lo que me parece una pasada es emplear dos horas del tiempo de una cadena a hablar no de corazón, sino sólo de Belén Esteban y Jesulín.
PD2: Jorge Javier, a ver si te dejas entrevistar, que tengo mucho que preguntar.
PD3: Por más que se empeñe el Kiko este, eso no es una agresión, hombre.
PD3: Gracias a Mª Carmen por estar siempre ahí ayudándome. A veces me pregunto qué sería de este blog si no fuera por la decena de fieles que siguen ahí al pie del cañón.
