Cada uno puede hacer lo que le apetezca con su cuerpo. Todavía recuerdo al joven alemán que agujereó sus mejillas para poder comer y besar por ellas. Curioso capricho.
Pues como todo puede ser más impactante, un ruso aficionado a ‘taladrar’ su cuerpo ha convertido su rostro en el de un ornitorrinco. O-O Un deseo que tenía desde su más tierna infancia. ¡Cómo están algunas molleras!