En la ciudad rusa de Uliánovsk, tres perros callejeros se abalanzaron sobre un hombre en silla de ruedas y su cachorro. ¡¡¡Vaya susto!!!
El protagonista del vídeo se encaró con la jauría como pudo y, en un intento por evitar que le hicieran daño a su mascota, perdió el equilibrio y cayó al suelo, según relata RT. Lee el resto de la entrada »
El suceso se produjo el pasado 14 de agosto cuando la mujer se precipitó por un empinado terraplén de alrededor de 20 metros de profundidad, de acceso difícil y terreno irregular, según indica RT. Lee el resto de la entrada »
Los testigos, preocupados por la seguridad del mamífero, interrumpieron su camino y llamaron urgentemente al servicio de protección animal. Sin embargo, el intrépido escalador, no contento con su hazaña, terminó su paseo por las alturas de una forma sorprendente, asombrosa, extraordinaria, pasmosa… ¡¡¡Basta ya!!! de calificativos grandilocuentes que no es Pasteur desarrollando una de sus vacuna salvadoras o el primer hombre que pisó la Luna. 😉 Lee el resto de la entrada »
Como si se tratara de una película de acción, Denis O’Connor se enfrentó a los atracadores armados hasta los dientes o casi. Mejor crear un poco de suspense e intriga ya que sabemos que la historia acaba con final feliz. 😉 Lee el resto de la entrada »
Tara, la ‘felina segurata‘, recibió el Premio Nacional al Perro Héroe 2015, tras defender con uñas y dientes a su dueño Jeremy (un niño de cuatro años con autismo), del ataque de un can con ganas de clavar sus dientes sobre el infante indefenso. Lee el resto de la entrada »
Dejó escrito Rudyard Kipling un sinfín de citas recurrentes. Una de mis preferidas es «al éxito y al fracaso, esos dos impostores, trátalos siempre con la misma indiferencia». Vale para contar el más reciente pasaje de la vida del galés Paul Marshallsea, que ha vivido el éxito y el fracaso sin solución de continuidad.
Marshallsea disfrutó de su momento de gloria a finales de enero, cuando fue noticia en los medios británicos y australianos porque se enfrentó a un tiburón y evitó lo que pudo ser una tragedia en una playa de Brisbane (Australia). Casi como narraba la película de Spielberg, un escualo de cerca de dos metros de longitud y afiladísimos dientes se aproximó a la orilla, donde jugaban un buen número de niños, para los que era una amenaza seria. El hombre encabezó el grupo de valientes que sujetó al animal y lo arrastró lejos de la costa.
La proeza, grabada por la televisión local, dio la vuelta al mundo, y fue seguida con especial interés en el Reino Unido, donde su imagen apareció en todos los informativos y en las páginas de los principales diarios. Probablemente, Marshallsea se pavoneaba entre sus amigos, sin reparar en que ese retrato heroico que le estaban dibujando los medios iba a suponer un duro varapalo. El caballero, fingiendo una baja médica, ¡¡¡se había ido de vacaciones!!! Las imágenes le dejaron sin coartada y, tras varias semanas de debate en su compañía, decidieron ponerle de patitas en la calle.
Según el propio Marshallsea, recibió una notificación por vía postal en la que se le comunicaba el despido y el motivo por el que causaba baja en la empresa. La noticia ha tenido menos eco que su heroicidad, pero también ha llegado a los medios, en los que el hombre, con ese punto flemático que tienen los british, ha dejado una curiosa frase sobre el futuro profesional que le espera: «¿dónde podré encontrar un nuevo trabajo? Aquí no hay mucha demanda para los que luchan contra tiburones». Amigo Paul, no se martirice porque le hayan pillado en un renuncio, ya sabe que el éxito y el fracaso son sólo dos impostores.
Me gustan los héroes de cine y me gustan los animales, así que este post es un caramelito. La historia va de un cerdo con un coraje increíble, de ahí que haya quien lo compara con Babe, el cerdito valiente de la película. Sin embargo, el símil es tan obvio que es cutre hasta para un becario. Yo más bien le pongo a la par que uno de los mitos de mi infancia: David Hasselhoff. Que conste que no es mito por ‘El coche fantástico’, que no me ha enganchado en ninguna de sus mil reposiciones, sino por ‘Los vigilantes de la playa’, serie de culto. ¡Anda que no se va a hartar de ligar el cerdo de nuestra historia como pasen el vídeo por su granja! No habrá cerditas del estilo de Pamela Anderson, Carmen Electra o Yasmine Bleeth que se resistan a su encanto de héroe.
La acción se desarrolló en un sucedáneo de zoo estadounidense, en el que no hay tigres, leones, ni osos panda, sino animales de granja. Una cabra decidió darse un chapuzón para sobrellevar mejor el trajín al que le estaban sometiendo un grupo de niños que descubrían en ese momento el maravilloso mundo animal. De hecho, los hay que insinúan un supuesto intento de suicidio de la cabra, tal era el jaleo que habían montado los chavales a su alrededor. El caso es que el chapuzón se convirtió en una trampa casi mortal. El animalito metió la pata (no es un juego de palabras) entre dos rocas y quedó atrapado, corriendo peligro de morir ahogado. El drama empezaba a apoderarse del zoo, entre la desesperación de la cabra y de los niños, que iban a quedar traumatizados por su primera experiencia entre animales.
Ninguna persona intentó rescatar a la cabra
En esos momentos, cuando se necesitan valientes de verdad, gente que arriesgue su vida por salvar la del prójimo, no hubo un solo ser humano que se lanzara al agua. El intrépido ‘socorrista’, de ahí lo de Hasselhoff (sé que está pillado con pinzas, no cebarse, por favor), fue un pequeño cerdo con más agallas que el cuerpo de bomberos de Nueva York. Hassie, como le he rebautizado yo -ya imagináis el motivo- tomó carrerilla, se lanzó al agua y nadó lo más rápido que pudo hasta llegar a la cabra, a la que liberó con certeros golpes de hocico. La cabra le estará eternamente agradecida, supongo, y los niños que estuvieron presentes durante el rescate también deberían estarlo, por la lección que les dio.
Si a la Virgen del Pilar se le ha condecorado con la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil, a este cerdo hay que condecorarle con el bañador rojo de ‘Baywatch’ y su foto debe aparecer enmarcada en todas las torres de socorrista de las playas americanas. Además, un consejo, éste para el Club de Natación Sabadell. Muchachos, ahora que habéis perdido a Mireia Belmonte, hacedle una oferta a Hassie. ¡Héroe!
Y para los incrédulos, la prueba definitiva: el vídeo del rescate.
BecConsejo: «No hagas caso a los consejos. No sirven para nada»
A veces pensamos que en los tiempos que corren ya no existe gente de bien, que cada uno va a la suya y que a nadie le importa lo que le sucede a los demás. No imagináis cuántas veces he oído eso de «en Madrid puedes ir desnudo por la calle, si quieres, porque nadie te va a hacer caso».
Pues bien, hoy os traigo un caso de un hombre que echa por tierra toda esa teoría, un tipo valiente (casi temerario) que arriesgó su vida por salvar la de una desconocida.
Ocurrió en Virginia (EE UU), donde un atracador estaba asaltando una gasolinera. El cobarde ladrón estaba presionando a la cajera (llegó a disparar dos veces a sus pies) exigiendo el dinero de la caja, cuando tras él apareció un cliente, que le reventó una botella de cerveza en la cabeza.
El ladrón se asustó y salió corriendo, no sin antes disparar cuatro veces al héroe anónimo, causándole lesiones en las piernas, los hombros y la cabeza.
Afortunadamente, el valiente hombre de 60 años se recupera en el hospital. Mientras tanto, la empleada de la gasolinera no sale de su asombro: «Es un héroe, no tenía que hacerlo».
Yo admito que soy un cobarde, y que a lo máximo que habría llegado en una situación similar es a llamar a la Policía, pero son tipos como éste los que hacen que te reconcilies con el mundo.
PD: ¿Qué debe pasar por tu cabeza cuando te ves en una situación así?