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Cuando la cirugía estética se vuelve descabellada

BecConsejo: «Estás bien así»

Cuentan que la televisión nos ha creado las necesidades y que ella misma no las sacia. «No somos perfectos», dicen, «pues a retocarse», hacemos. Todo dentro de una lógica y mesura… bueno, no siempre. Algunas veces se nos va de las manos. Aquí tenéis diez ejemplos.

10. El hombre felino

Dennis Avner, conocido como Catman o Stalking Cat se ha operado una y otra vez para convertirse en un tigre. Se ha hecho un tatuaje, se hapuesto bigotes, ha cambiado sus dientes, lleva lentillas, ahora tiene las orejas puntiagudas… y así hasta una larguísima lista de cosas que deben hacer de sus visitas al banco o a la panadería un espectáculo digno de admirar.

9. Gastó 11.000 euros para ser Jessica Rabbit

Se pueden tener casi 60 años y querer parecerse a Jessica Rabbit. Eso es legítimo. Ahora bien, por más que te gastes 11.000 euros en operarte, difícilmente vas a conseguir parecer ni siquiera a Roger. Anette Edwards, fanática de los conejos, es el ejemplo. Su pasión por el dibujo animado y estos animales la llevó a operarse… con el resultado que podéis ver.

8. Gemelas que querían parecerse más

Las hermanas gemelas se parecen, ¿verdad? Pues no lo tienen tan claro Jo y Kerry Burton, que decidieron que para ser iguales del todo se tenían que operar las mismas cosas. Trece años de operaciones y tratamientos que van desde el bótox al aumento de pecho, pasando por rinoplastia, extensiones… Por cierto, no se lo digáis, pero a mí ahora se me parecen menos que otras parejas de gemelos que conozco.

7. El triste caso de Hang Mioku

Estoy seguro de que os acordáis de Hang Mioku. Protagonizó primeras páginas e informativos en la tele y radio después de que su adicción a la cirugía estética terminara por destrozarle la cara. Conocimos su historia en 2008, cuando ella tenía 48 años y su imagen dio la vuelta al mundo: se había realizado decenas de operaciones, sobre todo en la cara, hasta que casi ningún médico quiso operarla. Uno sí lo hizo y le dio una jeringa para que ella misma se inyectara silicona: así lo hizo, hasta que se le acabó y se inyectó aceite de cocina.

6. Cien intervenciones

Sarah Burge es famosa por su adicción a la cirugía estética que le ha llevado a gastar casi 600.000 euros en su centenar de intervenciones. Obesionada con parecer más joven, esta mujer de 51 años quiere que su hija siga el mismo camino y, aunque tiene solo siete años, ya le ha regalado una operación de pecho que podrá realizarse a los 16, edad requerida en Reino Unido para estas operacioens.

5. La mujer vampiro

La tatuadora mexicana María José Cristerna también es conocida como la mujer vampiro, después de que cambiara toda su apariencia facial para asemejarla a la que se supone que tienen estos seres sobrenaturales. Implantes, retoques en los dientes, muchos piercings y, como no podía ser de otra forma, muchísimos tatuajes. A mí me recuerda a los barones de Transilvania… ¿os acordáis de ellos?

4. Tiene ocho años… y botox

Britney Campbell es una niña de ocho años a quien su madre, Kerry, le inyectaba bótox en la frente, los labios y el contorno de los ojos. Todo para que la pequeña fuera la estrella en los concursos de belleza. Afortunadamente Kerry perdió la custodia de Britney después de que admitiera estas prácticas, que obviamente dolían a la niña, en un programa de televisión.

3. Es una Barbie 52 operaciones después

Cindy Jackson jugaba mucho con su Barbie, quizás demasiado. Tal vez si hubiese leído Un cocodrilo en mi habitación o El planeta de Mila no estaría tan obsesionada con operarse una y otra vez para parecerse a la muñeca que tenía de pequeña. Tiene el extraño récord de haberse operado 52 veces en 55 años y ha gastado 70.000 euros en asuntos cosméticos, de modo que el tiempo pasa lentamente en su cara, aunque en su cabeza los años avanzan igual que en los demás (bueno… digo yo).

2. Mamá es más joven que la hija

Según el dicho, es mejor no quitarse años de la vida y ponerle vida a los años, pero no todos lo ven así. Janet Cunliffe, una cincuentona (dicho con cariño) británica, es un ejemplo de ello. Obsesionada por parecer cada vez más joven invirtió más de 11.000 euros en cambiarse pechos, labios, nariz, ojos… todo para sentirse bien, para que por la calle le pregunten si es la hermana mayor de su hija, Jane, que además está encantada con esos cambios corporales de mamá.

1. Arruinada por las operaciones

Nileen Mania era famosa porque llevaba veinte años operándose para demostrar que era la reencarnación de Nefertiti. Sin embargo, en 2010 esa fama dio una vuelta de tuerca. Estaba arruinada, después de gastar más de 225.000 euros en cirugía, de modo que tuvo que dejar de pagar el colegio de su hija, Rachel. A este ritmo, a Nefertiti no le va a llegar para pagarse la pirámide.

PD: Sabéis lo que pienso sobre estas cosas. Salvo que sea estrictamente necesario…

¡Lleva 60 años embarazada!

No me lo puedo creer. Lo que le enriquece a uno leer buena prensa internacional. Esta vez el turno ha sido para ‘The Sun’, otro de mis clásicos, que publica la historia de una mujer china que lleva embarazada desde que mi abuelo hizo la mili, más o menos.

Es la historia de Huang Yijun, una anciana de 92 años que vive en Huangjiaotan, al sur de China. Se quedó embarazada en 1948 y 60 años después (720 meses, que se dice pronto), por una simple ecografía, los médicos descubrieron el pastel. El feto lleva muerto todo ese tiempo en su útero y ella como si nada. Increíble. Ni una sola molestia en todo ese tiempo.

Según comenta la mujer, cuando supo que el hijo que esperaba había muerto intentó operarse, ya que no se caía solo (lo normal), pero no tenía dinero para hacerlo. Y nosotros quejándonos por tonterías (y yo el primero).

PD: Creía que con Hang Mioku, la mujer que se inyectó aceite en la cara porque era una adicta a la cirugía, se me había agotado el cupo de noticias insólitas.

–> FOTO: ‘The Sun’