Hace ya tiempo que no buceaba en Street View y en las páginas que recopilan las mejores imágenes de los mapas de Google y la situación se estaba volviendo insostenible. Cuentan los historiadores que apostados a las puertas del periódico empezaban a acampar indignados exigiendo un cambio inmediato en mi forma de tratar el tema. «Basta ya de esta censura, no queremos más basura» (leer con tonito) es lo que gritaban algunos de los muchachos, mientras otros optaban por un siempre recurrido: «Becario, macario, no tienes ni salario».
La presión popular me ha obligado a escribir un párrafo estúpido cejar en mi empeño (otra expresión que se pierde) de obviar estas imágenes, de modo que hoy habrá nueva entrega de «Ellos salen en Street View aunque no tengo muy claro que quisieran hacerlo». Sin más dilación (dilación, cejar… hoy estoy que me salgo), cinco imágenes curiosas que nos deja Street View… o Google Maps, que en el fondo es lo mismo.
1. Wrong Way!
Aún me acuerdo cuando no tenía canas y jugaba al Sega Rally Championship en las máquinas recreativas. Como yo solo soy medio bueno jugando al futbolín, conduciendo el coche siempre me terminaba pegando un guarrazo y poniéndome en dirección contraria. Te salía aquel aviso de «WRONG WAY!», que viene a ser «dirección equivocada» y que también podríamos usar para explicarle al hombre que tenemos sobre estas líneas que «no se da cuenta que así no, que no va bien». A menos que este señor brasileño tenga un súperpoder que ignoramos todos, parece difícil que pueda avanzar un centímetro más. No obstante, a mí me da por preguntar, más que «por qué» (me inquieta, pero es una pregunta más para Mourinho)… ¿cómo? ¿cómo demonios ha llegado hasta ese punto?
2. Te mojarás…
«Aquí, aquí, que con el agua de fondo seguro que queda una foto chula». Pues sí, jóvenes, el agua a veces hace que una foto insulsa merezca ser guardada para la posteridad, pero no por los motivos que creéis. Ahí estáis, impasibles, posando con una sonrisa de oreja a oreja mientras el fotógrafo pone cara de «Tierra trágame», una ola/géiser se aproxima y la cámara de Google capta el momento para que la gente sonría (solo sonrisa, ¿eh? No quiero ver dientes) a vuestra salud.
3. Mal aparcamiento
A veces crees haber encontrado un sitiazo, como diría David Navarro, y te sientes henchido de orgullo. Vas por ahí diciéndolo, presumiendo, alardeando, pavoneándote, jactándote (razón aquí) y cuando vuelves el coche se lo ha llevado la grúa. Pues bueno, según en qué circunstancia, es mejor ir al depósito de vehículos a por tu coche que recoger la chatarra que quede de él cuando el tranvía pase por encima. ¡¡No hombre, esas dos líneas que ves no es que sea un aparcamiento con relieve, es que son vías!!
4. Muy profesional
Siempre que veo a gente que busca remedios caseros para solventar problemas, me vienen a la cabeza dos cosas. La primera, un post que publiqué el día 1 de enero del año pasado y que se llamaba «A grandes males, grandes remedios». La otra, al gran Manquiña haciendo de Pazos en Airbag diciendo aquello de «Profesional, muy profesional». Estos dos mecánicos callejeros a los que les pega el sol de lleno pese a que han puesto una sombrilla sobre un neumático son el ejemplo perfecto para ilustrar lo que os digo.
5. Reforma sorpresa
La última imagen tiene truco, porque a simple vista no ves más que una casa que no se sabe si está siendo derruida o construida, pero la magia de Google te permite dejarla niquelada. ¿Cómo, que no te lo crees? Pues vale, hagamos un juego: coloca el cursor sobre la imagen y verás que hay dos flechas, una que apunta hacia la derecha y otra que señala hacia la izquierda (maldita sea, he escrito tres veces hazia). Pulsa la flecha de la izquierda y… vualá, la casa está como nueva.
PD: Si tenéis más imágenes de éstas, ya sabéis que siempre son bienvenidas en el correo (elblogdelbecario [arroba] gmail [punto] com, a través del apartado Contacto, en Facebook o en Twitter.