Los chicos de Sé lo que hicistéis son unos expertos en buscarle las cosquillas a Telecinco. Se las ingenian una y otra vez para chinchar a los pesos pesados de la cadena de Fuencarral: ya sea a Jorge Javier, a Belén Esteban o a Pedro Piqueras, si hiciera falta.
La última ha sido reunir de nuevo al Duque y a Catalina. Vale que no era muy difícil, porque ambos estaban en una entrega de premios, pero oye, había que conseguir ese momento de los dos juntos, que tampoco era moco de pavo. Y Paula Prendes, que es bien espabilada, lo logró.
Patricia lo presentó al principio del programa como «el reencuentro que querría haber grabado Telecinco» (la cita no es textual, pero el sentido sí era ése). No me cabe ninguna duda de que es así… y de que si no fuera porque la audiencia del programa de La Sexta no preocupa a Telecinco, ahora mismo Vasile estaría tirándose de los pelos.
Es más, siendo como son los de Fuencarral (por cierto, tiene toda la pinta de que Telecinco va a emitir el Mundial, ya os aviso), no dudo de que ese momento Amaia Salamanca-Miguel Ángel Silvestre les habría valido para hacer dos Sálvame una Noria y, si me apuras, un Más que baile (se llama así ahora, ¿no?) y un Debate de Gran Hermano, por qué no.
Pues bien, si os parece poco el reencuentro, además Paula consiguió robarle un beso al Duque.
Llegado este momento, creo que lo suyo es que os ponga de nuevo el vídeo de cómo nació la voz del Duque. Y sí, para quien siga creyendo que es verdad… no, la voz no nació así (cuando publiqué el post hubo gente que se lo tomó en serio).
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Atrás quedan la fuga del mexicano (ríete tú del jefe Wiggum), que Cata se reenamore del Duque cuando casi se había prometido con el policía, el montaje de MovieMaker del final del capítulo, en el que supongo que no quiso participar Miguel Ángel Silvestre y que no sepamos qué pasa con Pablo.
Ayer me lo decía un amigo mío: «El guionista de la serie debe ser un tío la mar de rencoroso, porque cada vez que se va alguien de la serie lo matan». Toda la razón, la verdad. En Sin tetas… sólo saben matar a los personajes. ¡Van a ritmo de telenovela!
Ahora que todo apunta a que