Un caballero, de la localidad Pulaski, en Nueva York (EE UU), se despertó con una inquietante sorpresa encima de su cuerpo. Un poquito de intriga nunca viene mal para crear la máxima expectación. o-O
Cada tarde, un caballero estadounidense recuerda un error que cometió casi hace tres lustros. Diez minutos antes de las 20.00 horas, su casa, normalmente pacífica, se anima como una discoteca con la alarma de un ‘despertador impertinente’ que por accidente quedó encajado en un respiradero de la vivienda.
Este perverso artilugio, que podría haber diseñado el mismísimo Belcebú, ha sido creado por Simone Giertz, una joven sueca que se define a sí misma como una amante de la robótica a la que le encanta construir cosillas para enseñar a la gente los beneficios de la electrónica. En este caso, más bien, los dolores de cabeza que puede producir.
A mí me surgen las dudas… no sé si será el peor despertador, pero desde luego es el más eficaz (si no te despierta esto, no te despierta nada). Algunos diréis que es demasiado grande… el problema es que el ordenador y el aire comprimido que hacen funcionar el invento no caben en un botón precisamente.
Quien algo quiere, algo le cuesta, diría yo a los quejicas. De todos modos, este despertador sólo se lo recomiendo a los extra dormilones, porque puedes acabar con un dolor de cabeza de esos que no se olvidan.
Por si no habéis visto el vídeo, os lo resumo. Cuando suena la alarma, a la cama parece haberla poseído la niña del exorcista y empieza a dar saltos.
A mí no me hace falta porque soy de sueño ligero. Me basta con oír la alarma del móvil para despertarme. No sé si vosotros necesitáis una banda de música y unos cuantos petardos para que os levantéis…