Vamos con una de errores graciosos. Empecemos por la pobre Carme Chacón, que últimamente sólo gana para disgustos. Primero fue lo del trajecito de la Pascua Militar y ahora la llaman «Cachón» en ‘La Vanguardia’, con lo mal que suena.

Me hace gracia porque es uno de esos apellidos que, mal escritos… bueno, da igual. Y no es la primera vez, ¿eh? En ‘Soitu’ también:

El caso es que los que trabajamos en Internet sabemos lo fácil que es cometer este tipo de errores. Entre las prisas y las malditas teclas… pues «Cachón». Y la cosa se complica si, como en mi caso, tienes los dedos que parecen morcillas de Burgos y cada vez que acercas la zarpa al teclado escribes tres letras a la vez.

Por cierto, que el otro día metí una gamba parecida a esta, o peor. Resulta que en un titular que contenía la palabra «disputa» yo me equivoqué y puse «diputa». Entonces, mi jefa me dijo: «Ojo, diputa, diputa». Y yo, ni corto ni perezoso, y como no sabía de qué me hablaba, dije: «Puta». Al menos durante dos segundos pensé que todo era un chiste y que incluso yo había sido gracioso, pero su cara de sorpresa-cabreo me hizo comprender rápidamente que había vuelto a cagarla.

Lo peor es que no hice pantallazo para enseñároslo, pero a cambio os traigo otra joya que fabriqué a continuación. Me pidieron una foto para portada y…

Un poco rara sí que se veía, sí. Mi consuelo es que reaccioné rápido y ningún jefe llegó a enterarse. Bueno, ahora sí, mierda.

PD: Yo creo que ahora, «a toro pasado», no habrá represalias, ¿no?