Archivo de la categoría ‘Monólogos becarios’

Una profesión a la que es mejor no dedicarse

BecConsejo: «Pedir es mejor que robar y mentir que decir la verdad»

(EFE)

Vaya días llevamos últimamente con el tema de los controladores, ¿verdad? Está el ambiente un poco tenso… tanto, que igual no es tontería implantar en España la ley yanqui de Don’t Ask, Don’t Tell («No preguntes, no digas»), pero sólo para estos profesionales.

Lo digo porque el nivel de crispación de la sociedad en general ha ascendido tanto que en una conversación normal es mejor decir que te dedicas a cualquier otra cosa antes que «controlador aéreo».

Pongamos un ejemplo hipotético. Un controlador se va de marcha (como el peque, mítica película aquella) y le entra a una jovenzuela que bebe un refrigerio.

Controlador: Hola, bella manceba, ¿puedo saber tu nombre?
Bella manceba: Sí, me llamo Festrégpeda (nombre falso)
Controlador: ¿Estudias o trabajas?
Bella manceba: Estoy terminando segundo de Bachillerato.
Controlador: Vaya, parecías mayor…
Bella manceba: No, no, si tengo 32 años, pero es que se me atraganta el tema 5 de Natu, La célula. Y tú, ¿a qué te dedicas?
Controlador: Soy controlador.
Bella manceba: ¿Aéreo? (Empieza a salir espuma por la boca)
Controlador: No, no, controlador de plagas…
Bella manceba: Ah, creía. Por Dios, no me des esos sustos.

Volvemos a la vida real (si queda alguien que, tras este relato, no haya bajado directamente a los comentarios a decir que si me pagan por esto, que menuda noticia, que blablablabla). ¿Por qué odia la gente de a pie a los controladores? Ajá… pues… veamos:

  • A muchos se le han jodido fastidiado las vacaciones.
  • A muchos se le han jodido fastidiado exámenes, planes, visitas familiares (bueno, alguno hay que tuvo que aguantar a la suegra un par de días de más, con eso os lo digo todo), etc.
  • A muchos periodistas les ha tocado ir a currar el sábado, o salir a las tantas el viernes.
  • A muchos les ha causado estupor saber que cobran una millonada.
  • A muchos les ha dejado atónitos cómo gente enferma se reunía en un hotel cerca de Barajas.

Vamos, que por lo que sea hay cierto resquemor entre el pueblo llano. Es más, si yo fuera controlador me importaría todo un pito porque estaría forrado de dinero buscaría un nombre alternativo a la profesión.

La idea la saqué de un correo que me enviaron David y mi amiga Sin efectos, donde redefinían algunas profesiones:

Así veíamos que un «Auxiliar de Servicios de Ingeniería Civil» es un buen albañil, un «Distribuidor externo de Recursos Humanos VIP» es un taxista como simpulso, un «Especialista en Logística de Alimentos» es un camarero o un «Técnico en recepción y archivo definitivo de Recursos Humanos» es un enterrador.

Por eso, los controladores podrían autodefinirse como… «Distribuidores terrestres de emplazamientos aéreos» o algo así, por ejemplo. Aunque sólo sea para intentar pillar cacho, digo yo.

PD: Y a quienes esperáis, paciencia. Quizás algún día todos los aeropuertos tengan salas como éstas.

Un viaje en taxi de lo más surrealista

BecConsejo: «Vigila con quién te juntas»

¿Recordáis mi historia de Facebook con las animadoras del CSKA de Moscú? Pues si aquello os pareció surrealista, no sé cómo tildar mi viaje del miércoles en taxi.

Salí de la redacción por la tarde rumbo al centro. Iba con el tiempo apurado, porque había quedado con alguien bastante importante a quien no podía hacer esperar y me fui directamente a la parada de taxis. Cojo el primero, me siento y digo: «A Gran Vía, por favor».


El conductor mira por el retrovisor, le devuelvo la mirada y digo… «Ostié… si ets lo puto gusiluz!! ¡¡Coñe, @simpulso!!

Por si no le conocéis, que me extraña, es el taxista que escribe el blog de Ni libre ni ocupado. Nos conocemos y reconocemos, a juzgar por nuestro encuentro… y por mi careta, claro. A ver si creéis que yo voy a salir a las bravas por ahí.

Bec – Hombre, ¡simpulso! (Nunca le llamo Dani)

Sim – ¿Qué pasa Bec? (No sabe cómo me llamo)

B – Vamos para Gran Vía, ¿nos llevas? (Yo viajaba con @jmmartin20)

S – Qué remedio…

B – ¿Cómo llevas los comentarios del blog?

S – Bueno… hay días

B – Igual que yo, entonces (@jmmartin20 asentía)

Estuvimos hablando un rato de trolls y trollines, de triples personalidades, de clicas y clicketes… mientras el bueno de @jmmartin20 tuiteaba algunos de los detalles más interesantes.

B – Por cierto, ¿qué lío te traes con Beatriz?

S – ¿Con cuál? (échale huevos)

B – Joder, ¿es que hay varias?

S – Hay tres.

De ahí en adelante todo fue una conversación sobre sus beatrices, sus cicatrices y sus viajes en taxi. Este hombre tiene una vida la mar de agitada y se mueve en unos círculos a los que yo no puedo aspirar. En una de ésas salió el tema de su libro y yo le dije… «Ah, sí, tu libro… bueno, yo igual también recopilo mis posts… ¿leíste la coña sobre el unicornio?».

Miró por el espejo y paró de repente (no venía nadie detrás, no conocía esa calle, ¿dónde estábamos?) y me dijo: «Monta aquí delante» (me temí lo peor). Bajé y me senté de nuevo en el asiento del copiloto.

S- No puedes seguir así.

B- ¿Así cómo? ¿Con la careta?

S- Así. En general. O cueces, o enriqueces.

B- Macho, cuando te pones filosófico no hay Dios que te entienda.

S- ¿Dios?

B- Espera, para, para… es aquí. Madre mía, es tardísimo… ¿te importa esperar dos minutos? Voy a echar un vistazo primero no sea que mi cita ya se haya ido, harta de esperar.

Me eché una carrera hasta la cafetería que está detrás de la antigua redacción de 20 minutos, en la Plaza de Callao y, efectivamente, mi cita ya se había marchado. «¡Cáspita!», grité. Llamé y («le informamos de que su saldo está próximo a agotarse») el móvil estaba apagado. Buzón de voz… ale, el euro que me quedaba se fue a tomar viento.

Aproveché el viaje y me cogí un café. Volví rápidamente al taxi (no está la cosa como para dejar correr el taxímetro) y entré. @jmmartin20 me miró y me dijo: «¡Casi haces un récord, Bec!».

B- Volvemos a la redacción entonces.

S- Sois gente muy rara. ¿Lo sabéis?

B- ¿Nosotros los blogueros?– (No en vano estábamos en un mismo vehículo Ni libre ni ocupado, El blog del becario y En 20 minutos punto es)

S- No, vosotros los de las caretas que vais a Gran Vía a por un café. Seguro que es para Arsenio.

B- No te confundas, pavo, que te destruyo. El café es para mí… has de saber que yo soy el delfín.

S- ¿Y por qué no te lo bebes? ¿Los delfines no beben café?

B- Es que quema muchísimo…

En ésas a Chema se le cayó el móvil en mi café y me puso perdido. Evidentemente se estropeó y quiso llamar a nuestra jefa, @virginiapalonso para dar parte de la tragedia. Su móvil no funcionaba, yo estaba sin saldo y Dani se hizo el longuis.

B- Espérate, que ya casi estamos.

Efectivamente, no tardamos mucho en llegar. Quise pagar con un billete de 500 euros (lo que suelo llevar en la cartera, vamos), pero Dani me dijo que no tenía cambio para un billete tan grande… aunque me pidió tocarlo, para saber cómo eran. Total, que con las prisas, las manchas y los móviles rotos y sin saldo nos fuimos del taxi con la factura, pero sin pagar… olvidándome el café sin probar en el asiento de atrás (allí me senté cuando me remonté en Gran Vía).

B– Ya hablo yo con Arsenio y le digo que te pague lo de hoy. Me voy, que en la redacción me esperan un par de yogures de fresa bien ricos.

Le mentí. No pienso decirle nada al director, que bastante trabajo tiene como para encima preocuparse de que en los taxis no me cojan los billetes de 500.

PD: Así cuenta él nuestro viaje… pero yo no le haría mucho caso 😛

PD2: En el fondo son un par de cracks, tanto @jmmartin20 como @simpulso

Una idea genial de ‘El Hormiguero’

BecConsejo: «Los niños siempre dicen la verdad… hasta cuando tú no quieres»

No es un secreto que me gusta El Hormiguero, porque soy partidario de apoyar todos los programas que transmiten buen rollo y éste es uno de ellos. Por eso me alegro enormemente de que hayan recuperado una de mis secciones (no sé si llega a ser una sección, pero bueno, sino… minisección) favoritas: las frases de niños.

Supongo que es porque son graciosas, pero también porque mi padre me recuerda de vez en cuando que yo también fui un niño así. Una de las anécdotas que me suele echar en cara de manera más recurrente pasó cuando yo tenía unos cuatro o cinco años y estaba comprando con mis padres en un centro comercial.

Mi madre se entretuvo un poco mirando plantas y mi padre, que estaba a unos metros, refunfuñó y dijo algo así como: «Como no se dé prisa tu madre nos vamos a ir tú y yo solos»… lo que no esperaba es que yo, según oí eso, me fui corriendo y se lo conté a mi madre (al menos, eso dice mi padre). Era un chivato de pequeño y soy un censor de mayor, no tengo remedio…

Fui un poco trasto de pequeño, mi madre siempre me lo dice. Se queja (con la boca pequeña, pero se queja) de que tenía que salir corriendo detrás de mí porque poco después de aprender a andar me dio por correr (mal, según mi padre, que siempre me ha dicho que no sé correr). Aunque me frenaba en seco en los bordillos justo antes de cruzar una carretera, mi madre no las tenía todas consigo y al final terminaba corriendo detrás… era como un pilla-pilla improvisado.

El caso es que esa inocencia de los niños siempre consigue arrancarme una sonrisa. Por eso me alegro de que El Hormiguero haya recuperado las frases de los peques.

PD: ¿Y vosotros, cómo érais de pequeños?

Así era (habría sido) Twitter en los 90

BecConsejo: «Cualquier tiempo pasado fue más antiguo»

El miércoles fue de locos, lo admito. Empecé la mañana dándole vueltas a un par de asuntos que tengo previsto hacer en el blog dentro de poco (de momento secreto, no sea que se gafe) y por la tarde me vi de jurado de los premios 20Blogs rodeado de cracks del periodismo digital.

En ésas llegué a mi casa y cuando abrí el Twitter becario flipé. Alguien había creado Twitter en los años 90 (bueno, más o menos, no me seáis literales). Todos los tuiteos de mi timeline incluían #twitteandoenlos90 (luego pasó a ser #tuiteandoenlos90) hasta el punto de llegar a convertirse en Trending Topic mundial.

Chinitos vienen, chupetes van

Todo el mundo recordaba cosas míticas de la década de los noventa (señal de que la generación tuitera es, por lo general, bastante joven): el videoclub, las cintas de música, los tazos, las series… y yo, que soy un melancólico empedernido, no me pude resistir y me dediqué a poner frases en esa línea… hasta el punto de perder varios followers.

Quería que Íñigo y Carlota se liaran en Al Salir de clase, pedía a la radio la canción de Jesús Vázquez para grabarla, decía mi hermana (que no tengo) que Chechu, de Médico de familia, iba a ser muy guapo de mayor. Eran los 90. Después de Batman forever di por muerto al súperhéroe (sí, sé que he puesto dos tildes), creí que Míchel sería un gran comentarista… eran los 90.

Aunque mejor que yo, os los resumen estos cracks…

Selección de los tuiteos más retuiteados en mi timeline

(¿En qué idioma estoy escribiendo? Como siga así, mi madre hoy no va a leer el post y se va a ir directa a los comentarios).

@jmmartin20: «¿Que si 1 Giga es mucho? Para que te hagas una idea, ese disco duro no lo vas a llenar en tu vida»

@lachicadebec: «A ver si convenzo a mi madre de que me compre el móvil ése que trae el juego de la serpiente»

@MirenM: «¿De verdad Brandon y Dylan tienen 17 años?»

@martasimonet: «Toma este bolígrafo y rebobíname el cassete de Bom Bom Chip que quiero escuchar otra vez Chas y aparezco a tu lado»

@jordilidon: «Hay un chaval en Lezama que viene muy bueno: Julen Guerrero»

@galatea128: «Para los trabajos de clase uso la Encarta. ¡Unos cambios para que no parezca que he copiado, y listo!»

@worecrackr: «¡¡¿Lo habéis visto?!! En Antena 3 un perro se está poniendo las botas de mermelada, y Ricky Martin escondido…»

@MMunera: «Cuando te maten me toca»

@tintaalsol: «¿Teléfonos móviles? Son para notas que quieren llamar la atención. ¿Para qué lo quieres si hay cabinas en todas partes?»

@pronetpc_com: «Miles de personas lloran conmocianadas. Ramoncin abandona la musica por El Lingo»

@AkashaMalusina: «Yo también pienso que cada una de las Spice Girls encajaría perfectamente con uno de los Back Street Boys»

@juangorostidi:  «A ver si mi hermana cuelga el teléfono que quiero mirar el correo»

@AlexD17: «Qué maja la nueva novia de Jesulín. Ésta tiene pinta de no ir por programas de TV contando su vida, me cae bien»

@iDri69: «Cómo mola escuchar a Lorena Berdún en En tu casa o en la mía, fijo que está buenorra»

@nenefontaina: «Joer, anoche me gasté mil quinientas pelas, ¡¡menudo pedo me agarré!!»

@jonlaiseca: «Espera, que lo miro en las Páginas Amarillas»

@inOrtiz: «¡Te cambio a Vieri por Figo!»

PD: ¿Qué recuerdos tenéis de aquella década?

PD2: Los que están en rojo es que son de la casa (¡¡¡favoritismo, favoritismo!!!)

PD3: Evidentemente, recomiendo seguir a @jmmartin20@lachicadebec y @MirenM.

Una historia de amor en Twitter como la de Pepa y Avelino

BecConsejo: «Cuida a tus padres»

El otro día hablaba en la comunidad becaria de Facebook de la vida 2.0, cuando mi madre se dio cuenta de que estaba peor del resfriado (ya estoy bien, lo siento) porque no había publicado el post de turno (aunque llevo unas semanas con 5 publicaciones a la semana… a ver si revierto la situación).

Podría seguir con la vida 2.0 con lo de los comentarios negativos. No las críticas constructivas (eso al fin y al cabo lo hacen también los amigos), sino los insultos. Si en la vida real alguien te llamara por teléfono diariamente sólo para insultarte diríamos que está enfermo. En la vida 2.0 decimos que es un troll (aunque yo sigo creyendo más oportuno lo primero). La única diferencia entre ambos es el anonimato (y la valentía, obviamente).

No obstante, el episodio de la vida 2.0 que os traigo hoy habla de amor, que para hacernos mala sangre siempre hay tiempo. No sé si recordáis a #lachicadeBec y toda la historia que había detrás. Pues bien, ella ha decidido dar un paso al frente y se ha creado una cuenta de Twitter: @lachicadebec.

Como ya me vais conociendo y sabéis que todo lo que cuento tiene un poco de realidad y otro poco de ficción, hoy os aclaro que sí, es ella, pero que no trabaja conmigo. Es enfermera.

En los cuatro primeros días de vida de su cuenta ha sumado 32 seguidores, entre los que está @SergiCabanes, quien dijo que lo nuestro era como lo de Pepa y Avelino. Bueno, exactamente dijo…

«Las conversaciones tuiteras entre @elbecario y @lachicadebec son dignas de ‘Escenas de matrimonio’. La Pepa y el Avelino del siglo XXI»

Bueno, el amor tuitero es lo que tiene, que tiene su parte pública. Por eso os decía lo de la vida 2.0… porque al final uno no se da cuenta, pero habla para mucha gente. Yo estoy acostumbrado a decir chorradas a cascoporro (tanto en el blog, como en Facebook y en Twitter), sin pensarlas demasiado, porque si no, no las diría. Conclusión: a veces me resbalo con la línea de lo público y lo privado.

Siguiendo con el rollo Pepa y Avelino, que es de lo que iba hoy el post aunque me disperse a cada dos frases, @el_webboy, que me ha echado más de un cable, aún no acababa de creerse que ella fuera real:

«No me lo puedo creer, ¿Al final está por aquí @lachicadebec? Alucino pepinillos! ¿Es de verdad? ¿No es una sitcom via Twitter?»

Pues sí, es verdad. Aunque ahora que lo pienso, igual deberíamos montar una sitcom en Twitter… sólo por ver qué pasa.

PD: Perdonad que esté tan disperso, pero es que no hay forma de centrarse con el Madrid jugando así de mal.

La pareja del año necesita un mote

BecConsejo: «Ten fuerza»

Seamos sinceros, las cosas molan más con mote. Messi está bien, pero es más gracioso La pulga. Higuaín es fallón simpático, pero Pipita es mucho mejor. Juan Carlos Navarro es bonito, pero no sería nada sin La Bomba… conclusión, si quieres que mole, ponle un mote. Por eso a mí me llaman Bec en vez de… bueno, eso. Que me llaman Bec.

Así que mi otrora socio David, me chivó que en su redacción ya hablaban de ello respecto a la pareja del año (Iker Casillas y Sara Carbonero). Y es que claro, comparado con Brad Pitt y Angelina Jolie, nos estamos quedando atrás. Ellos son Brangelina y nosotros… ¿qué tenemos nosotros? Ná de ná, un Iker y Sara que se nos hace larguísimo, no tiene gancho, no hace gracia… necesitamos un mote.

Llegado este punto hago un inciso, para deciros que lo de mote no lo digo en tono despectivo ni peyorativo, sino todo lo contrario. Es más, yo que soy aficionado a leer el diccionario, como Iniesta en Crackovia, os puedo dar la definición exacta. Mirad:

Vaya… parece que he abierto por la página equivocada… bueno, no hay mal que por bien no venga. Ahora ya sabéis que además de humorista, mota es un granillo que se forma en el paño. A lo que vamos… «mote».

Ahora sí. Ya os advierto de que la acepción no es tampoco 100% exacta para lo que vamos a hacer, pero oye… el mundo perfecto no existe. Y sin más dilación, redoble de tambores… vamos a por el mote… ¡¡Ah, no!! ¡¡Mejor!! ¡Elijamos dos! Allá van:

1. ‘Carbonillas’: Es bueno para definirlos porque es inusual, aúna a las dos personas (es en plural) y es más castizo que el pijo Brangelina. No sé, no sé… me gusta.

2. ‘Casillero’: Hombre, también tiene su encanto, para qué mentir. Partimos de la idea de que ya no son una pareja, sino que son un ente único, dual… el problema es que, pensándolo fríamente, es más cutre. Bueno, más cutre no, es cutre que te cagas inadecuado. Un casillero… bah, eso no tiene encanto ninguno.

Ahí tenéis mis dos propuestas (gracias al crack de David), para que las sopeséis. Aún así, me gustaría que fuérais vosotros quienes proponen motes que los superen (todos debidamente respetuosos, que si no saco la tijera y luego vienen los lloros y los lamentos).

En cualquier caso, os quiero dejar claras un par de cosas, desde la amistad. Primero, que olé por ellos, que son jóvenes, guapos, con éxito y por unos momentos me dieron la esperanza de ligarme a Eva González. Y segundo… si tenéis pensado comercializar pins con imágenes de la pareja y el mote, lo siento… yo estaba primero.

PD: Sí, sé que el post de hoy es raro, raro, raro… pero todo tiene una explicación. No, no es que el calor me esté afectando, es que… (ver a partir del 1:15)

Los chavales de ahora no son como los de antes

BecConsejo: «No le preguntes ‘esto cómo me queda’ a la dependienta. Ella te verá con mejores ojos que tu propia abuela»

Meritxell, una lectora de ésas que da gusto tener, me recordaba ayer que este domingo estrenan Operación Momotombo, un nuevo reality para orientar a los muchachos que se han salido del redil. Esta ideaca viene después de otros programas similares, como Generación ni-ni, Curso del 63, Hermano mayor y El encantador de perros, ante lo que llega la gran pregunta: ¿son peores los chavales ahora «que los de antes»?

No sé si a vosotros os ocurre, pero este tema se ha convertido en un tema bastante recurrente en las conversaciones con mis amigos. Lo habitual es decir: «Nosotros a su edad no éramos así, mis padres no me habrían dejado hacer tal o cual cosa…». La charla siempre termina igual (y me consta que a Meritxell también le pasa, porque así me lo hizo saber en el correo): «Es que nuestros dibujos eran mucho mejores, es que nosotros nos entreteníamos con cualquier cosa y no necesitábamos tanto…».

¿Qué ha fallado en el salto generacional? Los habrá que me digáis que la ESO, pero claro, yo soy de las primeras generaciones de la ESO (aunque no lo admito en público y sigo diciendo: «cuando yo iba a segundo de BUP…») y los de mi quinta no nos metemos dentro de ese saco.

Y también os digo… ¿por qué a los muchachos de la Operación Momotombo los adoctrina Julio Salinas? ¿Qué les va a decir? ¿»Muchachos, yo fallé ante Pagliuca»? Hombre, Julio me parece un tío majo, pero jamás ha destacado por su mano dura ni por sus métodos disciplinarios.

En cualquier caso, una de dos: o antes también había personajes como éstos (no como Salinas, sino como las criaturitas) al margen del malote de la clase o del barrio (que ése siempre existió), o es que ahora salen hasta de debajo de las piedras porque algo falla en la educación, en la televisión, en la sociedad, o en el fútbol (a mí el PSG me hizo llorar un par de veces cuando tenía cinco años y eso, quieras o no, marca).

PD: ¿Son peores los chavales de ahora que los de vuestra generación?

PD2: Gracias por la idea, Meritxell 🙂

Hoy hace un año

No olvidará este día de compras

Dejarse humillar en televisión

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Lo malo de echarse novia por Internet

BecConsejo: «Nunca te pongas la estúpida obligación de dar un consejo al día. El día que no se te ocurra nada ingenioso, te verás obligado a hacer algo como esto»

Sé que echarse novia por Internet parece una buena idea, pero no lo es. En un principio tú piensas que es genial, porque la persona que hay al otro lado no te ve y entonces, donde tendrías que decir estrábico dices que te cuesta fijarte en las cosas, donde tendrías que decir bajito dices que no tienes problemas en la espalda por tu altura y donde tendrías que decir feo puedes decir… ¡qué carajo! puedes decir Kortajarena y quedarte tan ancho. Total, no te van a conocer… ¿o sí?

Porque ahí está el problema, muchachos. Está bien decir alguna mentirijilla, eso siempre, pero si empiezas a hinchar el curriculum, a la que empieces a trabajar tu jefe se va a dar cuenta (¿inglés nivel medio-alto? Hombre… si por medio alto entiendes saber decir «medium-tall»…). Vamos, que a la hora de la verdad, antes de llegar a la tercera base ella ya te ha cazado y te dice: «eres bizco, pequeño y horrible… ¿de quién era la foto que me mandaste?»

Tu única esperanza es que ella también mienta y no sea ni tan morena, ni tan generosa, ni tan sexy como te decía. Sólo entonces hay opciones. De lo contrario, te pasará lo que a Miguelín, el protagonista de Hoy puede ser un gran día:

Yo soy muy partidario de las mentiras (¡siempre!). De hecho, es imposible sobrevivir en Internet siendo el becario de 20minutos.es si dices toda la verdad. No obstante, soy consciente de que en la vida real sólo hay una opción para triunfar: con #lachicadeBec me veo obligado a ser (más o menos) sincero.

Por eso me empiezo a plantear la necesidad de contarle todo el rollo del blog (que algo ya se huele) y toda la historia de #lachicadeBec. Llegado ese momento, volveré a ponerme la camiseta de Hiro Nakamura con total normalidad, que ya está bien de tenerla escondida en el armario.

Internet es un hervidero de mentiras y no os lo voy a venir a descubrir yo, pero lo que sí os recomiendo que no os fiéis de nadie, por si las moscas, ni tan siquiera de mí. ¿Quién os dice que en lugar de un becario del montón y sin gracia quien escribe el blog no es un hombre atractivo, adinerado y con un gran sentido del humor que se ve obligado a ocultar? Bueno, os lo digo yo, pero claro… ya os he dicho que no os fiéis tampoco de mí, jejejeje.

PD: ¿Alguna vez habéis tenido una relación por Internet? Dejadme adivinar… ha ido mal, seguro, jajajaja.

Hoy hace un año

Desbancadas por los frikis

La peor noche de Begoña Alonso

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La genialidad de Berto Romero

BecConsejo: «No intentes ocultar un pedo con tos. No funciona»

Alguna vez os lo he dicho, que cuando ves a las estrellas de la tele te preguntas cómo serán, si realmente lo de su simpatía es apariencia o no, si cuando los conoces se te cae el mito… bueno, pues hay de todo, como supondréis, personas más agradables y personas más estúpidas. Seguro que cuando veis a Berto Romero con Buenafuente alguna vez habéis dudado: ¿será majo? ¿será borde? Si aún os lo seguís preguntando, hoy os saco de dudas: es un tipo la mar de agradable, tal y como parece.

Estuvo el viernes en la redacción y yo aproveché para charlar un poco con él, porque después de nuestra entrevista tenía ganas de conocerle personalmente. Nuestra conversación, de lo más surrealista, comenzó de esta forma, más o menos:

Berto: ¿Tú eres el becario?

Bec: Sí, sí, pero es que sin máscara pierdo mucho.

Berto: Te imaginaba más joven…

Bec: Jajajajaja. ¡Qué va! Soy del 85.

Berto: ¡Eres un pimpollo!

Después de esa presentación (todo por obra y gracia de @MirenM, una de las mejores periodistas con la que vais a tratar jamás, ya os aviso), hubo unos minutos de intercambio de impresiones justo antes de que respondiera a vuestras preguntas en el encuentro digital. Durante el encuentro, además, respondió a las 20 del 20, como es tradición en nuestros invitados y nos dejó para el recuerdo uno de los mejores vídeos de la historia de nuestros encuentros digitales. Disfrutadlo:

Desde la presentación («Soy el tío éste que sale ahí en la Sexta de madrugada… con el otro señor») hasta la respuesta de la isla desierta (ésta prefiero que la descubráis por vosotros mismos) pasando por sus travesuras («era un niño muy calmado, con mucha vida interior… a veces parecía autista»), cada una de las respuestas hacen que merezca la pena ver el vídeo, jejeje.

PD: El mérito en este caso es 100% de Berto, sólo faltaría, pero hay que darle las gracias también a Buenafuente porque, como ya os he dicho alguna vez, sabe rodearse de gente con talento. ¿Recordáis a Corbacho, a Edu Soto, a Santi Millán, a Sergi Mas? Pues eso… que es digno de admiración.

Hoy hace un año

Los burros y la ignorancia

Cristiano Ronaldo necesita a Pelé

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Una historia de Facebook surrealista

BecConsejo: «Aunque no alimente, el chicle también es comida. ¡Mastica con la boca cerrada, por Dios!»

Admito que cuando empecé con la página de Facebook estaba un poco pez en el asunto, pero con el tiempo he ido aprendiendo cosas y disfrutando de los pequeños placeres de la vida. Aún así, arrastro un pequeño-gran defecto de origen, que es lo que hoy os quiero contar.

Resulta que a los pocos días de registrarme me dio por buscar famosos (quién no lo ha hecho alguna vez) y en una de ésas recordé que mi visión del básket europeo cambió por completo cuando supe de la existencia de las Red Foxes, las animadoras de mi (desde entonces) idolatrado CSKA de Moscú. Pues bien, como no manejaba muy bien la herramienta y pensaba que eso de «amigo» era un concepto bastante general, me dije: «invita a la jefa de las animadoras, porque nunca se sabe cuándo vas a necesitar una guía en Moscú».

Así lo hice, invité a Anna Burkina, jefa de las animadoras y guapa oficial del equipo. Y me aceptó (aún no sé muy bien por qué, pero me aceptó).

Así que llegado ese momento me vi en una encrucijada. ¿Era justo que sólo la jefa del equipo disfrutara de mis clases de español? No, sin duda. Yo, como becario, tenía que volcarme en las más necesitadas, las masillas (sí, es un enlace a la Frikipedia), y así lo hice.

Anna BurkinaMe di cuenta de que como teníamos amigas en común (al principio sólo Anna, luego casi todo el equipo) me aceptaban con facilidad, y me vi inmerso en una situación estúpida: actualmente soy amigo (facebookiano) de todo el equipo de cheerleaders del CSKA, y sigo a diario sus peripecias (bueno, las seguiría si supiera ruso). ¿Por qué? Por una estupidez. ¿Para qué? Pues para nada, sinceramente, porque lo único que entiendo son las fotos, porque ese idioma de momento lo manejo, y tampoco es que tenga excesivo interés en verlas bebiendo con sus amigotes, que es lo que generalmente suben.

Ahora todas las recomendaciones de amistad que Facebook tiene para mí son de rusos, con los que tengo chorrocientos amigos en común, y entre ellos hay actrices, cantantes y jugadores del equipo de fútbol y de baloncesto del CSKA (bendita Wikipedia). Al principio los iba agregando, por inercia, pero ya me he puesto freno, más aún después de saber que pueden bloquearte la cuenta si tienes muchas amigas jóvenes y guapas (bueno, lo de guapas lo he puesto yo).

Dado el nivel de amigos con los que no me podía comunicar en ningún idioma que acumulé, decidí dar la espalda a mi página de perfil y crear la de fan, para que no me llegaran tantas notificaciones al correo y para poder hablar de las cheerleaders con tranquilidad, como estoy haciendo hoy.

Así que ahora sólo me queda una salida: tomar un vuelo rumbo a Moscú (si me lo permite la nube de ceniza), plantarme delante de Anna y… salvarla. Ya sabéis, «save the cheerleader, save the world». En el fondo lo hago por vosotros.

PD: No os preocupéis. #lachicadeBec lo entenderá.

Hoy hace un año…

Buenafuente se enfadó conmigo

Las lágrimas de un eurofan

→ Miley Cyrus fue Lobezno

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