Indignación contra un templo hindú que pide un detector de menstruación

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Las muestras de indignación en la India se han multiplicado tras conocerse que autoridades de un templo hindú aseguraron que no permitirán a las mujeres entrar en el recinto hasta que no se invente un detector de menstruación, ya que durante ese periodo la visión tradicional las considera «impuras».

«Llegará un día en el que se inventará una máquina para escanear si es ¡¡¡el momento adecuado!!! (sin menstruación) O-O para que una mujer acceda al templo. Solo entonces hablaremos si permitirles la entrada«, dijo la autoridad del templo Prayar Gopalakrishnan. ¡Incrédulo me hallo!

Gopalakrishnan, el líder 'antimenstruación'

Gopalakrishnan, el líder ‘antimenstruación’

Gopalakrishnan, presidente de la Oficina de Propiedades Divinas del templo de Sabarimala, localizado en el estado meridional indio de Kerala, se refirió a la máquina de menstruación (purity scanner, en inglés) durante una rueda de prensa la semana pasada.

Sin embargo, sus palabras no cobraron relevancia hasta que se lanzó el pasado sábado la campaña Feliz por sangrar, a la que se han sumado numerosas mujeres de todo el país clamando contra «el patriarcado y el tabú» que supone el periodo menstrual.

«La campaña Feliz por sangrar ha sido lanzada contra los tabúes menstruales y el sexismo al que están sujetas las mujeres. Esta reconoce la menstruación como una actividad natural que no necesita un telón tras el que esconderse«, según clamaron las activistas en la red social Facebook.

Un mensaje en apoyo del Happy to bleed.

Un mensaje en apoyo del Happy to bleed.

«Mis ovarios, mi sangre, mi problema. Yo decido cuándo y a dónde ir, no un sacerdote«, decía uno de los comentarios o «nadie tiene derecho a llamar a mi periodo impuro«, sentenciaba otro.

En la India, las mujeres sufren durante su periodo menstrual limitaciones como la prohibición de manipular alimentos o cocinar y la obligación de dormir en una habitación o en camas separadas de su pareja o familiares.

(Fotos: Wikimedia Commons / Facebook)

6 comentarios

  1. Dice ser Acá

    Pues es fácil, mujer que este con la menstruación que le tire la compresa a la cara!! Ya está… Así sabrá quien la lleva y quien no. Yo estaría gustosa de quedarme sin ver el templo por tirarsela a su P. cara…

    23 noviembre 2015 | 17:56

  2. Dice ser Una

    Si fueran católicos acudirían las FEMEN, pero como no lo son… se quedarán con las ganas.

    23 noviembre 2015 | 18:03

  3. Dice ser Nacho

    Es simple. La religión hinduista prohíbe la entrada a los templos a las mujeres durante el período. Esto incluye también a las turistas.

    23 noviembre 2015 | 19:38

  4. Dice ser Miguel Rafael Martos Sánchez

    INDIGNACIÓN AQUÍ TAMBIÉN. HAGAMOS UN FACEBOOK UNISEX
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    …¡Maravilloso, amigo Becario! Ese ejemplo lo deberían de seguir todas las mujeres y hombres del mundo: ‘mis ovarios, mis genitales, mi sangre, mi problema. Yo decido cuándo y a dónde ir, no un sacerdote. Nadie tiene derecho a llamar a mi periodo impuro”. Pues le digo que aquí, en España, tendríamos que reivindicar lo mismo. Las mujeres han de manifestarse contra el patriarcado y el tabú. Los hombres contra los prejuicios y el tabú también. Y usted exclamará, al leer esto: ¡Cómo! ¡Las mujeres! ¡Los hombres! ¿Es que nos hemos vuelto locos? Pues no señor. Y ahora lo verá cuando le explique.
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    …Vivo en Andalucía y conozco el problema de primera mano. A mi amiga Mari Carmen no la dejaron entrar en unas bodegas de Córdoba, cuando viajaba con su novio de ruta vinícola, por hallarse en ese momento con la regla. Como lo oye, amigo Becario. El bodeguero le preguntó, medio en serio medio en broma, ‘si estaba con el mes’. Ella le dijo que sí. Y entonces el bodeguero se negó en redondo a que entrara a visitar las bodegas.
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    …–Pué entonse no puede entrá aquí, señorita –le respondió.
    …–¡Cómo! ¿Qué dice usted?
    …–Yo no, señorita, yo no digo ná. Son las norma de la empresa.
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    …El argumento o la excusa: las mujeres con la regla pueden agriar el vino que está en proceso de fermentación maloláctica. ¿Usted cree que a eso hay derecho? ¿Cómo puede una mujer sola agriar millones de litros de vino que se encuentran recogidos en grandes toneles de madera?
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    …Pues bien, cuando le dije esto a mi cuñada Encarni, ni se extrañó. Conocía casos aún peores. Por ejemplo, el de una amiga cocinera de un pueblo de Granada (Peal de Becerro), cuyo jefe tiene controlado hasta su periodo menstrual –y el de las compañeras–. De forma que los días que es menstruante no la deja trabajar. Según este empresario, cuando una mujer tiene la regla y manipula el pan o la masa de los pasteles, éstos no se cuecen adecuadamente. La mayonesa se corta. La cerveza se amarga. La fruta se seca en los árboles.
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    …En cuanto al hombre, ocurre algo parecido. Otra vez los malditos prejuicios. Imposible que a un hombre le dejen entrar en una escuela superior de danza si, en ese momento, están las niñas bailando dentro y uno no demuestra la paternidad de alguna de ellas. Incompatible ser varón con entrar solo a una tienda de ropa íntima femenina (‘Women’secret’, ‘Gisela Intimates’, ‘tezenis’ o ‘Sprit’ –¡Vaya mujeres hay por allí, amigo Becario!–). Un hombre entra solo a esas tiendas llenas de lindas muchachas y lo tildan en seguida de salido. Mucho más si pide a la dependienta probarse algunas prendas íntimas. Unas braguitas de muselina, un body de encaje, un sujetador de talla grande. Entonces llega el caos. Y oiga, alguien tendrá que regalarle la ropita a la novia. Digo yo.
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    …Por eso aquí también deberíamos de lanzar nuestra propia campaña. Para las mujeres: ‘Las bragas hechas un Cristo’. Para los hombres: ‘Feliz por colgar’. En las dos campañas se clamaría contra ‘los prejuicios y el tabú sexual’ que supone adentrarse en el ámbito del otro sexo. Las bodegas masculinas, las tiendas femeninas. Sólo necesitamos la red social Facebook. Usted, por supuesto, se apuntaría ¿no? Piense que ya tenemos encima las navidades y que alguna chuchería le tendrá que comprar a su mujer.

    23 noviembre 2015 | 23:26

  5. Dice ser Antifeminazis

    Yo rompo una lanza por las autoridades religiosas. Hay una tradición, o norma, o lo que sea, y quienes son miembros (y miembras) de dicha iglesia deben respetarla. Si no, que se vayan a otra o que no vayan. Es el típico ejemplo del fumador que quiere entrar en un club de no fumadores y exige que cambien todas las normas para satisfacerle, porque tiene derecho a entrar en dicho club.

    Pues esta religión está en todo su derecho de mantener las tradiciones, y precisamente las que más tienen que callar son las gilipollas feminazis que ni pertenecen a su religión. Sin temor a equivocarme, seguro que las fieles siguen voluntariamente la norma y cuando reglan no van, sin problema. Pero claro, bajo la dicatura feminazi no se puede ser libre, y basta que un señor (si fuese una mujer otro gallo cantaría) dice lo que, bueno, a primera vista puede parecer una necedad pero no deja de ser una libre opinión, para que le salten a la yugular y se lo coman vivo.

    En fin, que no estoy tampoco en desacuerdo con lo que esas feminazis (occidentales, naturalmente, que tiran la manos y esconden la piedra y ven los toros desde la barrera, que se meten en todo lo que ni conoce ni les pertenece, aunque según su dictadura sí) dicen: «orgullosas de sangrar», pues que sangren, que sangren, y ya puestos, que se desangren a ver si dejan de dar el coñazo y dejen en paz a las pobre hindúes que seguro no tienen ningún problema, pero que también seguro que gracias a ellas los van a tener, porque son especialistas en dictar, mandar, ordenar, manipular y comer el coco (si, estilo yihadista, ¿a cuántos les han comido el coco de igual manera para acabar como acaban?), y una pobre hindú que era feliz con su vida normal igual se empieza a cuestionar sus propias tradiciones y ello la ocasiona, como poco, cargos de conciencia, problemas con sus familias, traumas y puede que suicidios.

    Voy a decir una obviedad: el problema no es que no se deje entrar a las mujeres cuando menstrúan, sino que la regla se considere impura. Y como todavía no existe tal máquina y el señor, como responsable, se quiere asegurar, en todo su derecho, de que no entren mujeres sospechosas de impuridad (porque seguro antes no pasaba, pero ahora gracias a las feminazis las mujeres pueden contradecir su propia religión porque ellas lo mandan, y hay que entrar a narices en un sitio, más bien por joder, de una forma indebida debido a la tiranía feminazi impuesta), pues blanco y en botella: que sigan sus tradiciones y como la máquina no existe, para estar seguros de que no les dan gato por liebre que sólo entren al templo las niñas de hasta diez años y las mujeres de más de 60.

    24 noviembre 2015 | 0:10

  6. Dice ser Nacho

    Son hinduistas y en muchas de sus celebraciones se hacen actos de purificación en una especie de termas todos juntos. Según parece es una cuestión de higiene, no de discirminación.

    24 noviembre 2015 | 16:48

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