El defensa más tronco del mundo

arbol_campo

El mítico Paco Gento lo hubiera tenido muy complicado para realizar una de sus famosas galopadas por la banda izquierda, y encontrarse de sopetón con este roble en el pico del área. Un tronco infranqueable de grandes proporciones.

En la pequeña localidad de Tonciu, al noroeste de Rumania, decidieron construir un campo de fútbol de hierba artificial sin hacer los cálculos previos. El resultado: para disponer de un terreno de juego con las medidas reglamentarias el árbol se tenía que quedar en medio de la banda. ¡¡¡Vaya águilas!!!

Además, los más viejos del lugar hicieron campaña para no talar el roble de más de 150 años. Así que después de gastarse 18.000 euros en una cancha de última generación, tuvieron que conformarse con tener un espectador en una posición de lujo partido tras partido. Gano el más veterano. ¡Bien por él!

Eso sí, cada vez que hay cambio de campo, el equipo que defiende en esa lugar no se tiene que preocupar del lateral derecho porque dispone del defensa más ‘rocoso’ de la liga. Al que siempre es más fácil rodearlo que darle un abrazo. 🙂

PD. Contra este ‘armario’ no sirve el «pisalo, pisalo» de Bilardo.

(Foto: JAY JAY / YOUTUBE)

4 comentarios

  1. Y muchos más medios Ironhand. De algún sitio tengo que sacar las noticias. En este caso, la pista me la dio el Mirror. Un saludo.

    07 julio 2015 | 15:44

  2. Dice ser Andresir

    Te adelanta Salvador Raya en muchas noticias. Ponte las pilas becario

    08 julio 2015 | 0:12

  3. Dice ser Rafalito Viaña, "Pedete"

    ¡¡¡DESASTRE DE CÁLCULOS!!!
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    …Efectivamente, amigo Becario, a ese árbol es más fácil rodearlo que darle un abrazo, como a mi profe de Indumentaria teatral, don Miguel Salazar, que resulta más rápido rodearlo que saltar por encima de él, más barato regalarle un billete de 50€ que invitarle a comer percebes. Esa criatura con barbas no come, jala. En fin, las cosas. La culpa de todo ese desatino, si usted me permite el atrevimiento, es del ingeniero agrónomo que hizo los cálculos de agrimensura.
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    …¿Usted se acuerda del plan educativo de hace ya algunos años, el famoso PLAN LOGSE? Pues quien realizó los cálculos del campo de fútbol de Tonciu aprendió el oficio y se licenció en un Plan educativo parecido. Un Plan Logse rumano, que, para el caso, es lo mismo. El plan Logse español, y usted, amigo Becario, por la edad, quizá sea de mi quinta y lo haya sufrido, era un plan de educación masivo, donde en la misma clase cabíamos lo menos 40 alumnos, apenas se aprendía algo, y los materiales didácticos (un pizarrón verde y algunos mapas viejos) brillaban por su ausencia. Era difícil aprobar, mucho más con nota, y se hacía culto al cinquillo, que, por ser difícil de conseguirlo, a uno le entraba un gran gustirrinin cuando lo obtenía. ¡Qué tiempo aquellos, verdad amigo Becario?
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    …Pues bien, el señor que ha realizado las medidas del campo, y cuyo nombre, por cierto, no ha trascendido a los medios por vergüenza torera, se licenció en un plan Logse rumano, donde se idolatraba el cinquillo, el cinco raspado, como medio de vida. Fíjese, amigo Becario, que todo el campo de fútbol está impecablemente calculado y trazado. Sólo tiene una pequeña tara. La pequeña tara del maldito árbol centenario. Sólo eso. Y eso sólo, hace 20 años, se calificaba con un SUFICIENTE. Con un aprobado por los pelos. Y así se licenció nuestro agrónomo rumano.
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    …¿Eso significa que en el resto de oficios no ocurre algo similar? ¡Pues sí, amigo mío, sí que ocurre! Y le pondré un ejemplo. ¿Quién no ha leído en los periódicos el resultado impecable de una operación quirúrgica, donde –¡uy qué pena!– el médico se ha dejado dentro del paciente un pañete, una bola de algodón, unas pinzas de rajar tendones o una colilla de cigarro? Todo el mundo. Y sin embargo, el paciente ha salido del hospital caminando por su propio pie y sin tener la sensación de ser el resultado de un cinco raspadillo. Porque, claro, a eso no se le puede dar un notable ni un sobresaliente. Sólo un 5. ¡Pero qué cinco, Dios mío! Aplíque ese ejemplo al resto de profesiones y hallará una radiografía exacta de España. Y la explicación incluso del alicatado de su casa.
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    …¿Soluciones? Muchas. Y si usted quiere, un servidor podría sugerir algunas: 1º) Realizar un paso a nivel en medio del tronco, una especie de puerta para el carrilero del equipo contrario; 2º) Construir una circunvalación alrededor del árbol y unos centímetros por encima de la línea de fuera, por donde poder correr los jugadores, sin contar como fuera. Sería como una especie de plataforma-scalextric de madera forrada de hierba. 3º) Realizar un túnel subterráneo por debajo del árbol. O bien 4º) Plantar otro árbol gigantesco en el otro campo para equilibrar las porterías. O 5º) Trasplantar el campo a otro sitio, cortándolo como se corta un trozo de tarta, con las porterías y todo. El hueco dejado podría servir para hacer allí una piscina olímpica, con árbol incluido. ¡Y no se me ocurren más ideas, oiga, que yo también he sido del plan Logse, y creo que con éstas ya tengo para el 5!

    08 julio 2015 | 1:18

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