Advertencia de abuelo cebolleta: ojito con lo que bebéis en estas fechas, que hay muchas fiestas y a veces se nos va de las manos la borrachera.
Viene a colación por lo que le acaba de ocurrir a un sujeto de Saltillo, México. El hombre se llama Carlos Alberto de los Santos (sí, sólo le falta el Froilán, entre el segundo nombre y el apellido) y se agarró una cogorza de antología noches atrás a base de vino. Cocido hasta el tuétano, irrumpió en su casa y trató de cortejar a su esposa para mantener relaciones sexuales. Supongo que la señora tenía cero ganas de copular con un borracho, y menos en plena madrugada, así que rechazó la propuesta. A raíz de eso, el caballero se volvió loco.
De forma asquerosa y cobarde, zarandeó a la pobre esposa, que yacía en la cama, muerta de sueño y miedo, supongo. Pero, no contento con eso, empezó a romper muebles, vajilla, cuadros… y cualquier objeto que se cruzó en su camino durante esos minutos de, quiero creer, enajenación mental.
Su momento de furia fue in crescendo hasta que sacó de un bolsillo un mechero e intentó prender fuego a la casa. En ese momento, la mujer salió huyendo y buscó ayuda policial. La encontró poco después y los agentes se llevaron esposado al hombre de mal beber, que está a la espera de juicio y que podría acabar en la cárcel por maltratador y pirómano frustrado.
(Foto: Policía Municipal de Saltillo)