Una cita que ninguno de ellos dos se esperaba

Nos pasamos la vida buscando a alguien que generalmente está sentado a nuestro lado y encontrarlo merece una recompensa. Perdón por este comienzo tan místico, pero es que he leído que la primera frase de cada artículo tiene que ser la más importante de mi vida  y yo las cosas me las tomo muy en serio. Es por eso que, después de tirar por la borda 1.542 primeros párrafos (uno por cada post publicado) he hecho propósito de enmienda: a partir de ahora mis arranques serán grandiosos, mis textos, pura leyenda y… bueno, no. La verdad es que por mucho que me esfuerce solo voy a conseguir la misma basura de siempre, así que casi mejor voy al grano.

Y empiezo hilando la historia de hoy con la primera frase. Muchas veces la persona especial está junto a nosotros y eso merece un premio. Quizás por eso los muchachos de Improv Everywhere (esos chicos que montan escenas multitudinarias en un momento) decidieron regalar una cita especial a una pareja anónima que estaba sentada en un banco cualquiera de Central Park, en Nueva York (Estados Unidos). ¿Cómo de especial? Pues bueno, son más de 270.000 personas en su comunidad de Facebook (¡¡nosotros casi 2.400!!)… imaginad lo que dan de sí tantas cabezas pensando a la vez.

Aunque ahora veréis el vídeo, os lo resumo: la pareja está sentada en un banco cuando es elegida por los locos de este grupo. Entran en escena dos señores vestidos de camareros que ponen una mesa a los tortolitos y les sirven dos copitas para que brinden. Poco después, el camarero vuelve con algo de picoteo mientras todos flipan; los protagonistas no se creen que les esté pasando, los viandantes no se esperaban encontrar eso en Central Park.

Como habéis visto, el camarero les da unas entradas para un concierto que se produce allí mismo instantes después, cuando llegan varios músicos con sus instrumentos y sus atriles. Todo ello después de que un señor disfrazado de acomodador corte sus entradas, como debe ser. La pareja disfruta del concierto y en menos de lo que canta un gallo recogen todos los chismes (menos los atriles) y dejan a los enamorados con la boca abierta.

¿Sabéis qué? A mí estas historias me gustan. Es una forma de demostrar que se pueden hacer cosas espontáneas y divertidas sin que te tengas que reír de los demás. Eso, en un tiempo donde gran parte del humor consiste en chistes de Falete, se agradece. Además… ¿os imagináis que os pasa a vosotros? Ahí, sentaditos en el banco del parque de vuestro pueblo o ciudad, mirando al infinito… ¿y empieza a llegar gente que os da champán (champín si sois menores) y caramelos con droga un platito con jamón?

No sé vosotros, pero me me llega a pasar eso a mí cuando estuve en Nueva York y empiezo a escudriñar las caras en busca del Homo APM. Desconfiadillo que es uno.

PD: Cita instantánea lo llaman. Con lo que cuesta montar un ratito romántico con la pareja y estos te lo organizan en diez minutos. ¡Qué envidia!

2 comentarios

  1. Dice ser Jessi

    Bueno es un momento divertido!!!! que luego además tienes para contar y decir cuando pasen los años… te acuerdas……?????

    04 mayo 2012 | 11:22

  2. Dice ser DAVID

    CREI Q SE ENAMORARIAN O ALGO ASI…..

    04 mayo 2012 | 16:33

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