Archivo de marzo, 2012

Su año, en 365 segundos: graba un segundo de cada día durante un año entero

Si conocéis el blog desde hace tiempo, ya sabéis que de vez en cuando publico alguna entrevista. Pues bien, hoy me apetece explicaros cuál es mi sistema de elección del entrevistado. A diario leemos charlas con actores y actrices famosos diciendo lo mismo en todos sitios si están de promoción, con cantantes que parecen tener respuestas enlatadas, y con futbolistas, que rara vez dicen algo.

Sin embargo, ahí fuera el mundo está lleno de gente que merece contar su historia, que está llena de ideas. Algunos son famosos, como Iñaki Urrutia, otros no tanto, como Cesar Kuriyama, protagonista de la entrevista de hoy, pero todos coinciden en una cosa: su presencia en los medios es menor de la que debería.

Al final nos acostumbramos a las mismas caras, a las mismas frases, a la misma cadencia… y lo asumimos. Pues bien, como este es un blog becario, sin orden ni concierto, tan pronto intentamos hacer el humor como nos ponemos serios. Hoy es un poco de ambas cosas, pero no me lío más: os presento a Cesar, un estadounidense nacido en Lima de ascendencia japonesa que creció en Nueva Jersey y ahora vive en Brooklyn, Nueva York. De esa mezcla solo podía salir algo bueno.

Cesar decidió hace algo más de un año que estaría bien grabar un segundo de cada día de su vida para poder recordarlo siempre y lo llamó One second everyday. Algo así como un registro diario que permitiera, en 365 segundos, hacerse una idea de lo que había dado de sí el año entero. Cuando descubrí a Kuriyama me pareció una idea genial y después de ver el vídeo no puedo sino reafirmarme en mis palabras.

Este treintañero es un artista que ahorró dinero durante mucho tiempo para poder tomarse un año sabático. Llegado ese momento, aprovechó para hacer todo aquello que había dejado aparcado hasta entonces: viajar, dedicarse a sus propios proyectos, pasar más tiempo con la familia… de modo que durante ese año no paró de hacer cosas interesantes, digamos que casi se obligó a ello, y el resultado lo han visto millones de personas, no os exagero. Os dejo el vídeo y a continuación mi charla con él.

¿Por qué hiciste el proyecto ‘One second everyday’?
Comenzó como una manera divertida para hacer una crónica de mi año sabático: así podría recordar todo lo que hice durante esos días. Sin embargo, después de unas semanas me di cuenta de que me ayudaba en muchos aspectos de mi vida y decidí rápidamente que lo haría el resto de mi vida.

– ¿Quién te ayudó a hacerlo?
Nadie, lo hice yo solo.

– Leí que cambiaste algunas de tus costumbres… ¿te creaste un nuevo estilo de vida?
Cuando te obligas a grabar algo cada día empiezas a darte cuenta de los patrones en tu vida. Te empiezas a dar cuenta de que eres un poco más perezoso de lo que pensabas, o de que no pasas el tiempo suficiente con tu familia, o que estás gastando demasiado tiempo libre trabajando. ¡Darte cuenta de estos patrones te permite ajustarlos!

– ¿Qué pasó los días 28 y 29 de marzo, los únicos que no quedaron registrados?
Lo expliqué en mi charla TED: simplemente se me olvidó. No tengo precisamente una gran memoria. Pero me ayudó a darme cuenta de que una de las razones por las que me había olvidado era porque no había hecho nada interesante esos días. Siempre nos acordamos de llevarnos la cámara cuando estamos haciendo cosas divertidas, pero rara vez lo hacemos cuando no estamos haciendo nada o cuando está pasando algo horrible. Esos días me ayudaron mucho, sobre todo porque me quedé tan digustado conmigo mismo por olvidarme… ¡que no se me volvió a pasar ningún día desde entonces!

– ¿Cuántos segundos grababas cada día hasta que elegías el momento oportuno?
Si era un día genial en el que había varios momentos memorables… quizás unos cuatro o cinco, pero la media era de tres. Luego esperaba al menos un mes para coger el momento que, retrospectivamente, querría recordar el resto de mi vida. Por lo general, aquel que mejor me ayudaba a recordar lo que hice ese día.

– ¿Qué piensan tu familia y amigos del proyecto? Ellos son una parte importante dentro del vídeo, ¿verdad?
Estaba bastante seguro de que mis amigos simplemente pensarían que era algo «guay», pero me preocupaba lo que pudiera pensar mi familia al respecto. No obstante, al final terminaron siendo un gran apoyo y les encantó. Se dieron cuenta de que solo intentaba recordar cómo había sido cada día de mi vida… y todos nosotros tenemos un gran sentido del humor. He recibido centenares de mensajes de amigos y desconocidos que dicen que lo van a empezar a hacer ellos.

– ¿Cuál fue el mejor segundo de ese año que has grabado?
Uf, eso es muy difícil. Si tuviera que elegir solo un segundo, supongo que elegiría la Nochebuena, cuando mi cuñada volvió a casa del hospital después de dos meses. Ella ha vuelto al hospital desde entonces y su recuperación durará mucho tiempo, pero aquel fue un día grandioso para toda la familia.

También me encanta cómo conjugan los segundos de los días 12 y 13 de diciembre, cuando la mujer de mi hermano vio el vídeo que grabé para ella de su hija cantando en público por primera vez.

– Entonces… ¿me confirmas que lo harás otra vez?
Lo voy a hacer el resto de mi vida, de modo que sí, jeje.

PD: Me parece una idea absolutamente genial y os animo a todos a que lo hagáis. Tiene que ser bonito ver resumido tu año entero en 365 segundos.

La periodista que perdió su empleo por trabajar de stripper

Seguramente muchos de vosotros os preguntáis cómo nacen esos telefilmes raros que ayudan a conciliar el sueño en nuestras siestas de fin de semana. Pues bien, en algunos casos basta con echar un vistazo a la prensa estadounidense y británica, que tiene sus particularidades: tan pronto te da una idea para hacer una película truculenta como te nutre de chorradas para hacer un blog carente de interés como éste. El caso de hoy tiene la peculiaridad extra de que vale para ambos casos.

Con esa introducción llegamos hasta Sarah Tressler, una periodista de 29 años residente en Houston (EE UU) que ha perdido su empleo en un diario local después de que se descubriera que por las noches trabajaba en un club como stripper y actualizaba un blog titulado Diary of an Angry Stripper (Diario de una stripper enfadada, viene a ser, pero no lo busquéis, porque está protegido después de que todo este follón haya salido a la luz).

El tema de por sí ya parece jugoso, pero mejora con los detalles, os lo prometo. Resulta que Sarah trabajaba como freelance para el Houston Chronicle, cubriendo eventos sociales de la alta sociedad, y… ¿sabéis quién destapó su historia? ¡¡¡EL MEDIO DE LA COMPETENCIA!!! Sí, amigos, el Houston Press decidió que no iba a hacer prisioneros y, aunque supongo que la noticia no va más allá de la anécdota, el rival del Chronicle vio un filón del que sacar tajada publicando la noticia de la doble vida de la reportera.

Ahora a Sarah le llueven las críticas: que si lo hacía porque era una avariciosa, que si solo busca fama, que si todo es una estrategia para publicar un libro… en fin, tonterías que realmente a nosotros no nos importa si son ciertas o no, qué queréis que os diga. Ella se defendía en su página de Facebook (antes de clausurarla) diciendo que simplemente se desnudaba y luego lo contaba en su blog para reírse con los lectores, según informa The Daily Mail. Yo soy partidario del humor, así que ya sabéis de parte de quién estoy.

En cualquier caso, el caso de Sarah no parece ser el único, según la prensa local, que señala que el antecesor de la joven Tressler, Douglas Britt, trabajó también una vez como chico de compañía. El tema está en que el Chronicle se supone que es un periódico conservador y este rollito no mezcla bien con los eventos de la alta sociedad a los que acuden, primero Douglas y hasta hace poco Sarah. Después de que se conociera esta información, el Chronicle decidió prescindir de sus servicios, según el Houston Press. No sé si estará muy disgustada, , dado que en su blog contó una vez que se había embolsado 560 euros por bailar diez horas.gustada,

Se ha formado tanto follón alrededor de esta pobre muchacha que al final ha tenido que salir a confesar en Twitter que sí, que tenía una doble vida. Lo hizo, como no, desde su cuenta de bloguera; supongo que ve peor ser stripper y ocultar su profesión de periodista que lo contrario. Sinceramente, yo pienso como ella.

Durante su época como freelance y bloguera, Sarah alternó noticias de cenas y galas con posts donde contaba, entre otras cosas, su encuentro sexual poco satisfactorio con la estrella de Entourage Jeremy Piven, recogido por varios medios como el New York Daily News.

Aunque al principio estaba un poco reacia a conceder entrevistas, parece que finalmente podremos oír su versión oficial. Eso sí, será en la tele estadounidense, porque está previsto que participe en el programa Good Morning America. Si cuenta algo digno de mención ya os lo hago llegar.

PD: Yo intenté ser becario y stripper, pero me dijeron que a mí no me pagarían por desnudarme, sino que me darían dinero para que me vistiera y claro, eso no les salía rentable.

Vive un apocalipsis zombi por 140 euros

Los zombis están de moda. Sí, chicos, os guste o no The Walking Dead, coincidiréis conmigo en que se han convertido en un filón. Y no lo digo ya porque las series, películas, libros y cómics de esta temática estén vendiéndose como churros un domingo por la mañana, no. Cuando os hablo de que se han convertido en tendencia es porque en los últimos tiempos hemos visto cómo construyen un búnker antizombi, cómo hay tiendas que te venden el material necesario para equiparlo y, ahora, cómo puedes entrenarte para el apocalipsis de los no muertos cuando llegue (sospechamos que está al caer).

Hay un montón de versiones de este fin del mundo, pero lamento comunicaros que ninguna de ellas, por el momento, incluye zombis en biquini. Puede que aún lo recordéis, pero el ataque de los muertos vivientes en bañador fue un ensayo para un calendario, no un ensayo para un apocalipsis. «¿Entonces qué podemos hacer, Bec? ¿Cuál es la última moda en experiencias zombis?», me preguntaréis. Pues bien, lo último de lo último es enfrentarte a un ejército de no muertos dentro de un centro comercial abandonado. Como si fuera un videojuego, pero en la vida real.

La experiencia, a cambio de unos 140 euros de nada, la puedes disfrutar (aunque quizás «disfrutar» no sea el verbo más adecuado) en un centro comercial a punto de ser demolido de Reading, en el Reino Unido. Durante tres horas podrás enfrentarte a una cantidad ingente de muertos vivientes que querrán comerte el cerebro y que caminarán hacia ti despacito, porque son zombis, no infectados.

Según la web que ofrece este particular ¿servicio?, tu día empieza siendo contratado por la unidad policial antizombi, algo así como un miembro de la patrulla UTF de Death Valley. Te informan de la situación y te meten de lleno en esta especie de parque temático del levantamiento de los muertos, para que intentes poner freno al apocalipsis.

No sé vosotros, pero yo solo le veo la parte positiva al asunto: si te gustan los centros comerciales, disfrutarás como un niño con zapatos nuevos y si los aborreces podrás vengarte de todos aquellos que deambulan por sus pasillos. ¿Se te ocurre un plan mejor de fin de semana?

El tamaño máximo de cada grupo es de quince personas, porque en un apocalipsis zombi no os vais a juntar mucho más. Ahora bien, si vuestras esperanzas residían en coger un hacha o un martillo para aseguraros de que los zombis no se levantan… lo siento, solo está permitido el uso de pistolas de aire comprimido. Afortunadamente para vosotros, estos zombis se avalanzan sobre ti, pero ni muerden ni arañan. Ventajas de comprar el apocalipsis.

Si no termináis de verlo, podéis buscar otro tipo de experiencias zombis: hay aventuras similares en Atlanta, en una casa de Texas, otra en Reino Unido e incluso un campamento donde os enseñarán las claves necesarias para sobrevivir a este ataque inesperado.

PD: Estoy por ponerme a contar las veces que he escrito la palabra «zombi». Me da que Google me va a penalizar y todo.

 

La policía para a Batman para ponerle una multa por su Batmóvil

Olvidad todo lo que sabéis de Batman, porque cuando conozcáis la historia que os cuento hoy se os caerá un mito. Y si no podéis olvidarlo todo, al menos olvidad la infame versión cinematográfica que hizo Joel Schumacher bajo el título Batman y Robin. A partir de ahí empezamos a hablar.

¿Por qué os digo esto? Bueno, pues os cuento. ¿Sabéis de qué marca es el Batmóvil? Un lamborghini. ¿Sabéis cómo se llama el tipo que hay oculto tras la máscara? No, no es Bruce Wayne, su verdadero nombre es Lenny B. Robinson. ¿Sabéis dónde vive el superhéroe? No, tampoco es Gotham, sino Maryland. Lo que yo os decía, suspenso general y a repasar los apuntes que en septiembre intentaré poneros un examen más fácil. Ahora, con todos vuestros conocimientos reseteados, os cuento la historia.

La historia de cómo Lenny B. Robinson fue detenido por las autoridades estadounidenses porque su Batmóvil no tenía las matrículas que debía. Vamos, básicamente es que en la parte posterior del vehículo no hay matrícula alguna, solo un símbolo de Batman que haría las delicias de Peter Griffin si alguna vez fuera a la Ruleta de la fortuna (ohhh… wait!).

Os decía entonces que la Policía paró a Lenny mientras conducía de esta guisa rumbo a un hospital infantil. No sabemos si iba con la intención de salvar a un niño, de sorprenderlos a todos o de evitar alguna fechoría. Lamentablemente mis fuentes estadounidenses se niegan a revelar más datos de los hechos. Lo que sí conocemos, por la propia policía del condado de Montgomery, donde sucedieron los hechos, es que al final nuestro hombre murciélago se fue de rositas. Ya sabéis, los futbolistas, los políticos y los héroes de cómic siempre suelen salir bien parados.

Pese a que la primera intención era ponerle una multa, al final bastó una advertencia para que el pobre corrija estos detalles de cara al futuro. Aún así todo esto me resulta sospechoso. Seguro que nadie vio la batseñal… inquietante, ¿verdad? ¿Qué pudo haber ocurrido? ¿Un error en la transmisión? ¿Se quedaría Alfred hasta tarde bebiendo tequila y viendo la teletienda y vio batseñales donde no las había? ¿Es Lenny un impostor? ¿Será acaso amigo de Carl, o eso también será falso?

No os voy a engañar (más de lo que lo suelo hacer habitualmente): Lenny tiene por costumbre pasear en su Lamborghini disfrazado de Batman y hay varios vídeos de YouTube (incluidos en este post) que lo demuestran. Supongo que al pobre le pasa lo que a mí cuando decido ponerme la camiseta de Hiro Nakamura: nos gusta que la gente nos pregunte, así intentamos hacer amigos, es nuestra táctica. No nos culpéis, en nuestra infancia sufrimos sendos golpes contra árboles y eso ha dejado secuelas.

«Bec, me he leído tus seis párrafos de rigor, ya estamos en el séptimo, y no sabemos por qué no le multaron». Bueno, básicamente porque iba a un hospital infantil y hay buen rollito con los agentes: la Policía le ayudó en 2001 cuando pinchó una rueda del Batmóvil. Si alguna vez os ha pasado sabéis que esos detalles unen, como encontrarte a un vecino en un concierto.

PD: Hablando de lamborghinis… me voy corriendo, que he dejado el mío mal aparcado.

Se van sin pagar de un restaurante saltando desde una altura de 55 pisos

Cuatro amigos van a un bar (no, no es el comienzo de ningún chiste) y se toman unas bebidas. Todo va bien hasta que, llegado el momento de pagar, empiezan a surgir los problemas. El rácano dice que la última vez invitó él, el olvidadizo que se ha dejado la cartera, el parado dice que no tiene un duro y el que queda alega que lleva para pagar lo suyo, pero no le alcanza a lo de todos. ¿Qué pueden hacer?

No os compliquéis la vida buscando una solución, cuatro tipos australianos han dado con ella. Ante una situación así basta con… ¡¡saltar en paracaídas!! Sí, amigos, cuatro hombres subieron la semana pasada a las Torres Rialto de Melbourne (Australia) a tomar unos refrigerios en Vue de Monde, un restaurante situado en la planta 55 de una de ellas y antes de pagar saltaron desde ahí arriba. Pasó hace unos días, pero yo me he enterado ahora (ya sabéis, las comunicaciones con Australia, que tardan más porque está muy lejos).

Los cuatro vestían traje y aparentaban ser ejecutivos, de ahí que sorprendieran a propios y a extraños (una expresión que muchos dicen pero casi nadie escribe) dando un señor brinco desde el piso 55. Según contaba el dueño del bar a la prensa australiana, bajo las chaquetas llevaban paracaídas y cámaras, de modo que uno a uno fueron al baño, se cambiaron, y se reunieron nuevamente en la terraza para saltar y marcharse sin pagar. En la calle les esperaba un quinto hombre que les recogió en un vehículo y se los llevó a toda prisa.

Evidentemente, como suponéis, esto no era para tomarse unas bebidas por la gorra, sino toda una reivindicación. Parece que los aficionados al salto BASE lo tienen difícil en Melbourne para encontrar sitios desde los que brincar y decidieron hacer este salto protesta desde un lugar emblemático en el que todo el mundo pudiese verlos.

Si buscaban notoriedad: objetivo cumplido. Decenas de personas lo vieron, muchos aprovecharon para fotografiarlo (es lo que tiene una caída en paracaídas, que te da tiempo a sacar el móvil) y en Twitter la noticia corrió como Usain Bolt (por si no sabéis quién es, es un tipo que corre muy rápido).

Podría llenaros el último párrafo (sabéis que por costumbre suelo escribir seis, con un paréntesis más o menos en cada uno de ellos en el que os aclaro algún aspecto) con una retahíla de consejos como «guarda un par de euros en la cartera, por lo que pueda pasar», o «lleva siempre en la mano el móvil por si pasa algo digno de ser fotografiado». No obstante, creo que hoy lo más sensato es recomendaros que llevéis siempre vuestro paracaídas cuando salgáis de casa. Por si las moscas.

PD: Hablando de amigos tacaños… seguro que tenéis alguno. El de mi padre se llama Manolo, el mío, Fernando. ¿Y el vuestro?

«¿Emergencias? Mi mujer no me deja ver mi Facebook tranquilo»

Únete a la comunidad becaria en Facebook

Somos 2.300 en la  comunidad becaria de Facebook. ¿Te apuntas? (es gratis :P)

Lo decía uno de mis profesores en la facultad, Ramón Blanco Carril, y nadie le hacía caso: «El matrimonio es algo abominable». No le faltaba razón. El simbólico gesto de la alianza va más allá de un mero formalismo, mucho más… es como ponerle a Gollum el anillo de tobillera. Enloquece.

Afortunadamente, o por desgracia, esta extraña psicosis afecta a los dos lados por igual. Tras la boda, ellos las ven a ellas por primera vez sin maquillaje y ellas los ven a ellos por primera vez rascándose zonas impúdicas y eructando mientras ven el fútbol. Todo muy romántico. Tanto, que muchas veces piensa uno que la cosa no puede ir a peor… hasta que te tocan el Facebook y ahí, ay amigo… son palabras mayores. Es evidente que no puede acabar bien.

Un ejemplo claro de cómo mezclan de mal matrimonio, Facebook y falta de sentido común lo tenemos con Doyle Hardwick, este entrañable señor de 57 años que veis a la derecha del texto y que fue detenido tras llamar al servicio de emergencias (el famoso 911) de Florida, en Estados Unidos, porque su mujer no le dejaba ver su cuenta de Facebook en paz, según recoge la prensa estadounidense.

Al parecer, la emergencia del bueno de Doyle era que necesitaba «una persona que consiga que mi mujer haga lo que yo quiero que haga». Pero no nos engañemos, si lo que quería era eso Doyle no necesitaba a una persona, requería los servicios de Dios… y a lo mejor ni por ésas. Miradme a mí, que llevo 27 años haciendo lo que ellas quieren :P.

En cualquier caso, entendamos al pirado al pobre hombre. Lo había intentado todo: le pidió a su esposa que se fuera, intentó emborracharla a base de cervezas… pero no había forma, su mujer no se iba a dormir y él, que solo quería un poco de tranquilidad para ver su muro, no la conseguía. La escena seguro que fue para verla… no debió haber nada tan surrealista desde la prueba de acceso de Will Smith para entrar en los Men in black.

Mientras tanto, la mujer de Hardwick, Julie (54 años), contó a la policía que su marido le había pedido que no se sentara a su lado, pero que ella no quería sentarse en ningún otro sitio. Normal, ¡a saber qué esconde ese hombre en las redes sociales con tanto secretismo! Según leo en medios estadounidenses, tanto la declaración de Julie como la de Doyle fueron realizadas con un tufillo a alcohol en el aliento bastante sospechoso, algo que me sirve para daros un consejo: si no sois capaces de entenderos con vuestra pareja sobrios, si los dos estáis contentillos o borrachos la cosa se complica aún más.

Cuando los agentes de la ley llegaron a detener a Doyle (no sé por qué, pero siempre me imagino a Lou y al jefe Wiggum haciendo estas cosas) el pobre seguía al teléfono intentando convencer a la persona que le atendía de lo urgente que era su llamada. Al final todo le salió mal: ni su mujer se acostó, ni pudo mirar su cuenta de Facebook, ni se libró de la detención. Además, resulta que el pobre era reincidente (que en lenguaje madridista se dice «Rui Faría»): en mayo de 2010 llamó al 911 para que le llevaran a casa de su hija. Lo típico, que vas a pedir un taxi y te equivocas en un par de números.

PD: ¿Qué da más disgustos, el matrimonio o las redes sociales?

Cambian de guardería a los niños porque la profe es demasiado sexy

El otro día, cuando os hablaba de las ventajas de ser feo, olvidé deciros que otra de las particularidades que trae consigo es que no sospechan de ti. La gente fea, salvo que sea extremadamente fea (tanto que llame la atención), pasa desapercibida, sin más problemas que los que trae el día a día. Ahora bien, la gente atractiva (físicamente hablando, no en plan Sheldon) lo tiene más complicado. No olvidéis que ser demasiado sexy te puede costar desde una foto en un calendario escolar a tu trabajo como funcionaria de prisiones.

El caso de hoy, que quizás algunos ya conozcáis porque el martes fue publicado por algunos medios españoles, no hace sino confirmar mi teoría: los feos lo tenemos más fácil. Si no os lo creéis mirad a la pobre profesora Michela Roth, que a sus 38 años ha saltado a la fama porque varias mamás han quitado a sus nenes de la guardería en la que ella da clase en Italia, alegando que una mujer que posa de la forma en la que véis en la imagen no puede enseñar nada bueno a sus hijos. Así lo cuenta la prensa británica.

En fin, vayamos por partes (si alguien hace aquí el chiste de Jack el destripador, le desheredo). Vale que uno no se espera hacer una búsqueda en Facebook y toparse con que la profesora de su vástago es Miss Cultetto D’Oro (sí, significa eso que pensáis) y Miss Mamma Italiana, entre otros, pero de ahí a quitarlos de la guardería… uff, lo veo un poco justito, ¿eh? Más que nada porque parece que damos por hecho uno de los siguientes casos:

  • a) Los niños usarán a escondidas los ¿portátiles de la guardería? para indagar en la vida privada de su profesora y descubrirán, estupefactos, que en verano ejerce de modelo y se hace fotos en lencería. Estos niños de tres años no saldrán de su asombro y quedarán traumatizados de por vida.
  • b) Michela Roth olvidará que es profesora (y madre) y mientras los niños se entretienen con las pinturas de dedo ella se desnudará y les propondrá que hagan una sesión de body painting. ¿A quién no le ha pasado alguna vez?
  • c) Los padres, después de ver esas fotos, son incapaces de llegar a los ojos o imaginársela con ropa y las madres temen salir perdiendo en la comparación.

De modo que la pobre Roth se ha visto en vuelta en una polémica un poco rara que la ha llevado a copar las portadas (bueno, tanto como las portadas igual no) de medios de todo el mundo, recogiendo la indignación por el hecho de que esta profesora de Castello di Serravalle, cerca de Bolonia, se dedique a posar para los fotógrafos.

Ante lo absurdo del asunto nuestra amiga Michela ha intentado explicar que ella ejerce de modelo como segundo trabajo, solo en vacaciones, cuando vuelve a Estados Unidos, estando la guardería cerrada, y que nunca ha posado desnuda. Como supondréis, esto no ha aplacado las iras de algunas madres que no insisten en que esta profesora de calendario es inadecuada. «Es demasiado atractiva y no quiero que dé clases a mi hijo», cuenta una de las madres a la prensa local cargándose de razón. Además, como en Italia son muy de malmeter, los padres que han retirado a sus hijos de la guardería intentan convencer a otros, en plan secta, de que hagan lo mismo.

Serán acusicas.

PD: Ella achaca todo este follón a la envidia, según leo en la prensa italiana. ¿Vosotros a qué pensáis que obedece?

Ella tiene el mejor trabajo del mundo

Sé que muchos pensáis que tengo el mejor trabajo del mundo. Me siento delante de un ordenador y me llevo una millonada por escribir tontunas en Internet. No os falta razón: en mi casa nunca faltan las mujeres, mi nevera siempre rebosa alcohol, me muevo en vehículos carísimos y veo a todo el mundo desde arriba… pero no os engañéis, porque si en mi casa nunca faltan las mujeres es porque mi madre y mi tía siempre andan por ahí, el frigorífico rebosa alcohol porque se me reventó una caja de bombones de licor, mi vehículo caro es un autobús público (ve tú a comprar un bus, verás el dinero que te piden) y lo de mirar por arriba a la gente es porque vivo en un décimo.

Espero que esto os sirva para comprobar que muchas cosas son más apariencia que realidad. Ni yo tengo el mejor trabajo del mundo ni lo tenía el pobre Ben Southall, que ganó un concurso para promocionar una isla paradisíaca y después de una picadura de medusa estuvo más muerto que vivo. Ni hablar del peluquín (no perdamos esta expresión, por favor), el mejor trabajo del mundo lo tiene la china Zhang Yumo, que en 2010 fue elegida por una web de viajes como «probadora de colchones» y aún conserva el puesto, por el que se embolsa 1.500 euros al mes, más o menos (por ese trabajo no está mal, ¿eh?).

Muchos diréis… si la historia viene de 2010, ¿por qué nos la cuentas ahora, Bec? Pues muy sencillo: yo hasta ahora había oído que pagaban a gente por probar colchones, pero… ¿por pegarse la vida padre en hoteles? ¿Durante dos años? ¿Sin ser miembro de la cúpula directiva de una gran empresa? Uff, esto sí me sorprende. Bueno, a mí y a la agencia Reuters, que le ha hecho un señor reportaje estos días (cuyas fotos podréis ver en el enlace, porque la que yo incluyo es de 2010 por cuestiones monetarias).

Quizás penséis que lo de Zhang es una suerte. No os lo negaré. Sin embargo, fue una de las tres elegidas tras las pruebas a las que se presentaron 7.800 candidatos, y eso se lo tuvo que ganar. Eso sí, no me preguntéis qué piden para este empleo. Supongo que las preguntas de la entrevista serán algo así:

– ¿Le gusta viajar?
– ¿Tiene usted el sueño ligero?
– ¿Ronca?
– Diga un número del 7.800.
– Perfecto, ya le llamaremos.

En estos dos años, además de ganarse sus cuartos, ha dormido ya en 200 hoteles por la cara, según la prensa china. Ella cuenta, muy seria, que su trabajo es interpretar a diferentes tipos de viajeros para ver cómo los hoteles se ajustan a sus necesidades (una milonga, vamos). De hecho, en las fotos del reportaje aparece muy concentrada, repasando la habitación como si fuera una gobernanta mala malísima (que las hay) y escribiendo sus conclusiones en el iPad (ahora ya no tiene el portátil que vemos en la imagen).

Ojo, que puede ser. En todas las profesiones hay gente motivadísima. Los hay que se acaban de sacar la carrera de periodismo y quieren entrevistar a Obama, de modo que no me extrañaría que esta muchacha viva con tal pasión su trabajo que se dedique a palpar las sábanas y a escudriñar si las botellas del minibar están correctamente alineadas, o si la curvatura de las cortinas es la correcta. Ahora bien, no nos engañemos… lo normal es que la chiquilla llegue, se tumbe, duerma, diga… «pues se duerme bien (o mal, o regular)», y después haga un informe con lo que le ha parecido el hotel. Un informe como el que haríamos vosotros o yo mismo (sí, incluso yo, que para eso hescribo tam vien).

Sin embargo, como Zhang se lo ha currado (suponemos) es ella se pasa la vida durmiendo en los hoteles, comiendo en los hoteles, haciendo vida en los hoteles… y cobrando por ello. ¿Y mientras tanto nosotros qué hacemos? Pues envidiarla un poco… y reírnos mientras la vemos sentada de rodillas haciéndole fotos a las zapatillas del baño. Eso es lo que nos queda.

PD: Venga, busquemos los mejores trabajos del mundo. ¿Cuáles sugerís?

Premio para el peor fotógrafo

Sé que muchos de vosotros aún lo recordáis. Es más, me consta que varios os lo tatuasteis en la piel, al más puro estilo Memento, para que no cayera en saco roto. No os hagáis los tontos, que sabéis a lo que me refiero. Sí, estoy hablando del famoso post del 8 de febrero. Cómo no olvidarlo, ¿verdad? Con sus ocho comentarios (dos de ellos míos), con sus once tuiteos y sus doce facebookeos. Una entrada para recordar en la que, como si no lo recordarais, os hablaba de un concurso que buscaba al peor fotógrafo del Reino Unido.

Era un concurso organizada por la web Red Cloud (de expertos en fotografía) y el premio para el ganador era un cursillo, a fin de corregir la inutilidad con una máquina fotográfica en las manos. Las fotos finalistas, que podéis ver en el antiguo post, eran una apología a la torpeza, una oda a las zarigüeyas fotógrafas, un cúmulo de personas en el objetivo, dedos cortados y cabezas borrosas (esperad, esperad… he mezclado el orden de los nombres y los adjetivos, ¿verdad? Bueno, el caso es que las fotos eran malas, ya me entendéis).

Pues bien, ya tenemos un ganador. Ya sabemos quién es el tipo que merece una estatua becaria por ser capaz de convertirse en el peor en algo, que eso siempre tiene su mérito y está muy poco reconocido. Su nombre es Stuart McGhee y la imagen en cuestión, ésa que pasará a los anales de la historia es… (oye, ¿lo de «anales» cuándo lo vamos a cambiar por otra palabra más bonita?).

A mí no se me ocurre ningún nombre que recoja todo lo que transmite la imagen. Casper se me antoja insuficiente, Corre hacia la luz, también. El bebé que brilla intensamente podría ser una solución, aunque como nombre comercial tiene poco futuro. El niño sin nariz o Lo último que vi fue un haz de luz y después no recuerdo nada son alternativas, aunque confío en que vosotros afinéis la mala leche y el buen humor para darle una vuelta de tuerca al asunto. Esta foto necesita un buen nombre y tú puedes dárselo.

Ahora bien, como sabéis que a mí no me basta con recoger los fallos que encuentro sino todo lo contrario, me gusta animaros a que os equivoquéis, os pedí en su momento que me enviaseis las fotos desastrosas que tuvieseis. El llamamiento, al igual que el post en sí, fue un rotundo éxito. Llegaron centenares de cartas pidiendo mi dimisión felicitándome y miles de imágenes a través de las comunidades becarias de Twitter y Facebook.

Cómo se pondría la cosa, imaginad, que para elegir a mi propio ganador tuve que contratar, a través de una ETT (empresa de trabajo temporal), a una decena de oompa loompas (a los que no pagué). Y después de trabajar durante un mes entero sin descanso, se decidieron. La mejor peor foto de la comunidad becaria fue para @polinesio_, que supo captar como nadie la esencia de del London Eye.

No, no hace falta que os pongáis las gafas 3D. Está hecha así 🙂

PD: Y pensar que, si no llega a ser por mí, no os enteráis de esto… ¡qué país!

Lo más raro que ha pasado durante la semana (12-18 marzo)

Muchos os preguntaréis dónde fue a parar el recopilatorio semanal de cosas extrañas que solía hacer. Pues bueno, esta semana lo recuperamos en una sección especial que bien podría llamarse: «lo más raro de la semana… capturado por amiguetes», porque todas las historias me han llegado a través de compañeros y amigos del blog. En fin, que no me lío, que todos tenéis muchas cosas que hacer, así que ahí vamos. Esta semana han pasado cosas raras que no os conté como por ejemplo:

1. Detenidos por fingir un embarazo de quintillizos

La primera historia me llegó al correo del blog a través de cof, corresponsal becario en México. Fue él quien me dijo que Deibi Sarahí Castro Gámez y Édgar Alan Verdugo Gómez fueron detenidos el pasado lunes después de llevar a cabo una estafa millonaria y rebuscada: fingieron estar embarazados de quintillizos (bueno, ella es la que teóricamente estaba embarazada, él solo es de buen comer) y posteriormente simularon un secuestro, todo ello para conseguir dinero de las autoridades y de los buenos samaritanos. La forma en la que la policía se enteró fue de lo más surrealista: el marido (Édgar, como el malo de Men in black) denunció el secuestro y cuando llegaron ella dijo que le habían robado a los chiquillos. Entonces llamaron a los médicos y estos descubrieron que ni quintillizos ni ornitorrincos, esa señora no había estado embarazada. Se enfrentan a ocho años de cárcel, según la prensa mexicana.

2. Zoltan, el eslovaco que se cree Batman

Segunda historia, cortesía del inigualable @tinoserrano: ¿sabíais que hay un muchacho en Eslovaquia que se disfraza de Batman y combate el crimen? Está bien, no es la primera vez que hablamos de alguien así, pero… ¿os fiaríais de un tipo que cuando hay una cámara cerca parece una parodia de Joaquín Reyes en Muchachada Nui? Bueno, el Batman eslovaco es de Dunajska Streda, a 55 kilómetros de la capital, Bratislava, tiene 26 años y vive en un edificio abandonado que no tiene ni luz, ni agua ni calefacción. Además, es tan majete que lo único que pide es que le den comida a cambio de sus servicios que, por cierto, aún no han sido requeridos.

Que alguien le dé un bocadillo y le quite ese arma, por favor. Al final se va a hacer daño y la tendremos.

3. El preso que se fugó y subió sus fotos a Facebook

Tercera historia semanal, cortesía de @pequeniag, corresponsal becaria (y estrella del periodismo) en Argentina. Ya sabéis que hacer una trastada y subirla al Facebook empieza a ser bastante habitual… casi demasiado. Pues bien, en esta categoría, dentro del subapartado «delincuentes», tenemos a Gordillo, un argentino de 23 años que estaba en prisión por robar y que durante una pelea sufrió daños en el ojo y fue trasladado a un centro hospitalario. Una vez allí, un comando formado por cinco hombres (al más puro Equipo A) se lo llevó y Gordillo vio la luz (con perdón). Empezó a hacer vida normal: se fue de vacaciones, iba a cenar fuera, salía por las discotecas… incluso le pidió matrimonio a su novia. Todo ello con su debida actualización de texto y fotos en Facebook, como debe ser. Al final, esas actualizaciones dieron la pista a las autoridades, que lo han detenido nuevamente, según recoge la prensa argentina.

4. Se divorcia de su mujer porque cree que es un extraterrestre

Supongo que hasta ver Phineas y Ferb puede resultar perjudicial para algunas cabezas, que están nada más que regular. Una sobredosis de la canción Corazón alienígena es la única explicación que encuentro para el escritor David Icke (o friki que piensa que el mundo esta gobernado por humanoides reptilianos al mas puro estilo V, como me dice Ari en Facebook), quien se divorció de su señora, Pamela Leigh Richards, tras sospechar que ella era un reptil extraterrestre… o al menos eso dice la prensa internacional. Cuentan que sus mayores sospechas residían en las mutaciones que experimentó la cara de Pamela y en que ella creció en bases militares de Estados Unidos, porque su padre era piloto. ¿Quién necesita más confirmación después de ver esto? El chivatazo esta vez me lo dio Rahel, otra amiga del blog, que lo escuchó en Milenio 3.

Aún me quedarían más cosas que contar, como las combinaciones de tecnología raras y útiles que me pasó @dutx12, el libro de recetas con esperma que localizó @juancmarti o el momento mítico que tuvo lugar el jueves en El millonario, cuando una concursante cruzó los dedos y dijo «que falle, que falle» el tipo que al final se llevó el premio gordo (esto me lo dijo @chiqui20m).

PD: Esto es todo lo importante que deberías saber. Ya no hace falta que veáis la tele, vayáis a la universidad o a trabajar. Con esto os sobra.