Archivo de noviembre, 2011

La caca tatuada por un novio vengativo: una gran mentira

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Si el lunes estuvisteis navegando por Internet quizás os topasteis con el caso de Rossie Brovent, una mujer de Ohio a quien su novio, Ryan J. Fitzjerald, le tatuó supuestamente un montón de caca en la espalda en lugar de una escena de Narnia (como le había prometido) por venganza. Suculento, ¿verdad? (Bueno, suculento quizás no es la palabra que mejor lo define).

Pues hoy, en el blog del becario, vamos a reflexionar. Imaginad que no os coméis un colín jamás y una noche, en una discoteca, a las cinco de la mañana, una modelo se os acerca desesperada pidiendo que os enrolléis con ella (chicas, imaginadlo al revés). ¿Sospechoso? Más que eso. Seguramente detrás de ella están su novio y sus amiguetes partiéndose de risa. Pues con esto ocurre igual.

La historia me pareció llamativa desde el principio. Un novio celoso y vengativo que promete tatuar ¿Narnia? a su chica, ella se deja, ebria, sin ver ni siquiera la imagen de cómo está quedando, y despierta con una (perdón si estáis comiendo) mierda en la espalda. ¿Todo ello con foto (un poco pixelada, para la buena verdad)? Demasiado bueno para ser verdad.

¡Y tanto! Es un fake como la copa de un pino. Lo han destapado, entre otros, los cracks de Smoking Gun, que son fuente autorizada en todo lo que tiene que ver con delitos en EE UU. Resulta que esa imagen que ahora nos venden como nueva se subió a Internet por primera vez hace 18 meses, dentro de un blog que recogía «El peor tatuaje del día» y vuelve a la carga ahora en un sitio de «noticias raras» de poca monta.

Para más inri, los medios de todo el mundo informaban de una supuesta demanda de Rossie que, como supondréis, no figura en ningún juzgado. Tampoco ha sido posible localizar los nombres de demandante y demandado en ninguna base de datos y fuentes judiciales aseguran no tener ni idea del caso. Un caso como éste, que es el típico que comentas a los amigotes de la oficina y termina enterándose todo el estado. Entonces, ¿qué pasa? ¿Cómo es posible que medios de todo el mundo (España entre ellos) hayan movido esta gran mentira?

Pues bueno, la historia era suculenta y a veces las alarmas no saltan. Uno ve una noticia en un blog, la rebotan medios de Brasil, de Reino Unido, de Estados Unidos… y nadie se plantea que no pueda ser verdad. Además, es tan extraña, augura tanto éxito, tantos retuiteos, tantos compartidos en Facebook… que difícilmente se puede uno resistir.

Lamentablemente, amigos del mundo friki, esta vez la noticia era más falsa que un billete de chocolate. Bueno, realmente no había noticia, solo una reproducción del tatuaje convertida en texto.

PD: Seguramente alguno ligó a las cinco de la mañana por primera vez en su vida… y con una modelo. Chico, eres mi ídolo.

PD2: Lo peor es que sigo sin saber cómo demonios se le ocurrió (o cómo llegó a su espalda) ese tatuaje.

Ha gastado 116.000 euros en su perrita

Los hay que no saben en qué gastar su dinero. Sé que el concepto lo tenéis más o menos en mente, pero antes de seguir quiero que os hagáis a la idea. Hay gente, repito, que no sabe cómo gastar su dinero… y da un asco tremendo bastante repelús. Como no es igual contarlo que verlo, os pongo un ejemplo, extraído del programa APM?, que a su vez lo extrajo de Mis súper dulces 16, de la MTV.

Ahora que os ponéis en situación, es el momento de seguir con un caso más reciente. El de Lola, la perrita de Louise Harris.

Louise es británica, tiene 32 años y una devoción por su Yorkshire que traspasa los límites de la racionalidad. Solo así se explica que se haya dejado más dinero del que yo voy a ganar en años en su Lola (amigos del otro lado del charco, sigo hablando de su perrita).

Un ejemplo, para que os hagáis a la idea. Louise se quedó prendada de la tiara que llevaba en su boda Kate Middleton (ahora Catalina) y decidió que Lola necesitaba una igual. Se puso manos a la obra, la encargó y a cambio de unos 580 euros consiguió «una réplica en su tamaño, que merecía la pena al 100%», según declara nuestra amiga derrochadora a la prensa británica.

No obstante, la tiara es solo la punta del iceberg. Debajo, a lo largo de los siete años que Lola y Louise llevan compartiendo secretos y fiestas de pijamas, la pequeña Yorkshire ha sido obsequiada con vestidos hechos a mano (de más de 465 euros cada uno), una cama especial también realizada a mano (de casi 6.000 euros… ¡¡¡6.000!!!) y también cuenta con su propia colección de joyas. Vamos, lo que necesita un perro para saciar sus necesidades básicas y algún que otro capricho, ¿no?

Obviamente, con tanto chisme, Lola también requiere un armario y unos cajones para ella. «Tiene más vestidos que yo», dice su amiga Louise. Sabéis que yo soy partidario de que, dentro de unos límites, cada uno se gaste su dinero en lo que le plazca, pero esto igual se nos ha ido de las manos. No me imagino todas las canicas que tendrá que vender nuestro amigo Harli Jordean para costearse esas cosas… es demasiado dinero hasta para un empresario de ocho años.

Tampoco pido que dé el dinero al Tercer Mundo y se busque un trabajo de mileurista, pero… ¿116.000 euros en tu mascota? Supongo que la pobre Lola será como esos niños repipis del cole cuyos padres están forrados: si te acercas te llevas un bocado.

PD: ¿En qué gastaríais vosotros 100.000 euros si los tuvierais?

Monta un negocio y se está haciendo rico… ¡con 8 años!

No sé si os pasa a vosotros, pero yo me empecé a sentir mayor cuando vi que los futbolistas (y deportistas en general) que estaban triunfando a nivel internacional eran más jóvenes que yo. Por eso desde que descubrí a Harli Jordean no sé dónde meterme, porque una cosa es convertirte en un joven emprendedor y otra montar un negocio que funciona con solo ocho años. Quizás conozcáis su historia, porque fue publicada hace unos días en la prensa británica, pero como sé que muchos de vosotros no habéis oído hablar aún de El rey de las canicas, yo hago las presentaciones: Harli, la comunidad becaria; la comunidad becaria, Harli.

Ahí le tenéis, más feliz que una perdiz con sus canicas. Pues un respeto a este muchacho, que además de llevar camisa, sombrero y una corbatilla de dibujos, es un pequeño genio.

Resulta que Harli es un apasionado de las canicas de toda la vida (tiene ocho años, eso no tiene gran mérito) y vio en este juguete un buen negocio del que sacar un dinerillo extra para pagarse los caprichos.

Este joven empresario londinense descubrió su afición por este juego a los seis años y dos años después comprobó que eran una oportunidad de negocio. Perdió sus canicas en el colegio y pidió a su madre que le comprara a través de Internet unas nuevas. Después de buscar y buscar comprobaron que había pocas webs en las que comprar canicas, de modo que Harli decidió rellenar ese hueco con su Marbleking (el rey de las canicas… el sobrenombre se lo puso él mismo).

Según recogen varias webs británicas, nuestro rey de las canicas gana miles de libras y realiza envíos a numerosas partes del mundo. El producto más caro de su tienda cuesta unos 700 euros, pero también se pueden adquirir pequeñas cantidades de las clásicas canicas de colores.

Ahora bien, entre nosotros, seguramente le habrá echado un cable su madre (Tina, de 51 años, que dice que solo le ayuda a cuadrar cuentas), aunque la prensa internacional prefiere contar que el negocio ha crecido tanto que el pequeño se ha visto obligado a contratar a su madre y a sus dos hermanos mayores.

Supongo que para este tipo de cosas se nace, es cuestión de ver una oportunidad de negocio. Harli se levanta y se acuesta hablando de canicas, sueña con montar una tienda gigante donde vender este producto con sucursales por todo el mundo. Es más, está empeñado en crear su propia marca de canicas, llamada Marble King.

Yo con su edad me levantaba y me acostaba hablando de fútbol y llenaba carpetas con recortes de periódicos sobre el Real Madrid y el Barça. Ahí le tenéis a él, con su propio negocio haciéndose rico; aquí me tenéis a mí, escribiendo sesudos análisis en el blog del becario, haciendo honor a mi seudónimo.

PD: Y lo bien que le viene a la familia el «éxito de un niño de ocho años», ¿verdad?

Lo más raro que ha pasado durante la semana (21-27 noviembre)

Antes de empezar, quiero hacer cuatro menciones especiales a miembros de honor de la comunidad becaria. Primero, felicidades a Marisol, ¡que se nos casa! Segundo, mil gracias a @lachicadebec por hacer el traje que llevará Trolly durante el mes de diciembre y por último a dutx12 y a @pequeniag, porque este blog languidecería sin ideas muchos días si no fuera por ellos.

Después de esta tanda de agradecimientos solo me queda repasar las noticias raras e insólitas que han tenido lugar durante esta semana pero no han tenido la oportunidad de hacerse hueco entre los rollos de papel higiénico y los labios gigantescos de la falsa Jessica Rabbit. Subid al blog, que os llevo.

1. YouTube les catapulta al éxito

Si aún no habéis oído a Los Vazquez Sounds (sin tilde, que ellos no se la ponen), no sabéis lo que os estáis perdiendo. Son un grupo mexicano compuesto por tres hermanos: Abelardo Vázquez, de 15 años, que toca el piano y el bajo, Gustavo Vázquez, de 13 años, que toca la batería, y Angie Vázquez, de solo 10 años, que canta con una voz tocada por un ángel.

Subieron a YouTube un vídeo en el que interpretaban la canción Rolling in the deep, de Adele, y ya es todo un éxito. Cuentan con cerca de siete millones de visitas en menos de un mes, más de 156.000 fans en Facebook y la presión de su padre, que dice que primero los estudios y luego la música. Son chavales muy sencillotes que se sorprenden del éxito que han tenido «hasta en España».

2. Deja el currículo en una tienda y roba antes de irse

Entre los ladrones más tontos, pero tontos, que conozco, está un chico de 17 años de California (EE UU), que fue hace unos días a dejar su currículo a una tienda, pero aprovechó la visita y ya que estaba robó una pistola de aire comprimido.

Muy inteligente no es, evidentemente. El chico había sido grabado por la cámara, identificado por el dueño y localizado porque había dejado su nombre completo, dirección y número de teléfono en el curriculum, según recoge la prensa estadounidense.

Cuando los periodistas de la cadena KTLA fueron a visitarle con una fotocopia del currículo dijo que lo habrían dejado sus amigos, pero que él no había estado. Poco después admitió que sí, que se había llevado la pistola y que había sido «estúpido» hacerlo después de entregar sus datos personales.

3. Inmortalidad o muerte

Me comentaba Gaby, corresponsal transatlántica becaria, que el artista Mookie Tenembaum había sacado a la calle en Argentina a 32 modelos desnudas de cintura para arriba en una curiosa protesta que exigía al Congreso argentino que garantizara la inmortalidad.

No es que se haya vuelto loco, o al menos no del todo. Este hombre es dado a hacer puestas en escena raras. Ahora pide «Inmortalidad o muerte» (parecido al «Patria o muerte» del Ché, de ahí que las modelos llevaran la boina del revolucionario), pero antes también organizó la «Marcha para defender la galaxia» y otra llamada «No a la Ley de la Gravedad».

Os gustarán más o menos estas acciones, pero hay que reconocer que el tipo le echa imaginación (y poder de convicción, porque conseguir que 32 mujeres desfilen en top less con ese argumentazo tiene mérito).

4. Un mal día lo tiene cualquiera

No busco condicionar a nadie. A muchos no le gustan los lunes, pero sabéis de sobra que yo no me encuentro entre esas personas. No obstante, entenderéis que me vea obligado a contaros el mal día en la oficina que tuvo un trabajador de Bristol, en Reino Unido, quien decidió que si un servidor había tirado por el balcón sus juguetes cuando era un niño (tal y como os conté el otro día), no había excusa para no tirar el mobiliario de la oficina a la calle… ¡desde un décimo piso!

El hombre, de 49 años, lanzó ordenadores, escritorios, un extintor de incendios… desde lo alto de la oficina, y aunque había mucha gente en el edificio y algunos recibieron impactos de los cristales, no hubo heridos de gravedad.

5. Busca en biquini a su chihuahua

Arlene Mossa Corona es estadounidense, tiene 20 años y no levanta cabeza desde que hace algo más de una semana deaspareció su chihuahua, Chispita. Dice que hará lo que sea necesario para encontrar a la pequeña Chispita, por ello ha dibujado un cartel llamativo en el que pide ayuda para encontrarla y se lo enseña a todos los conductores que pasan por una calle cercana a su apartamento en La Jolla, en San Diego.

La cuestión es que para asegurarse de que los conductores le hacen caso y no pasan de ella como de los vendedores de pañuelos o los malabaristas, Arlene posa en biquini en plena calle mientras aguanta el cartel. De momento no hubo suerte.


PD: Después de cinco historias del mundo friki, os dejo con nuestro gran amigo.

Tres estafadores ganan un millón de dólares con ‘el timo del papel higiénico’

Antiguamente estaba el timo de la estampita, luego el del butanero, los hay que te regalan viajes que luego tienes que pagar, los que te venden cosas que no existen… pues bien, de todos estos estafadores deben haber aprendido los estadounidenses Mary Moore, Joseph Noueran y Christopher Lincoln, porque han mezclado lo mejor de cada cosa y se han hecho de oro inventando el timo del papel higiénico (conocido como papel del váter cuando estás en confianza).

Según cuenta la prensa internacional, estos tres tipos, que se han declarado culpables y se enfrentan a 20 años de prisión, estafaban a ancianos haciéndoles creer que el papel higiénico de toda la vida había sido prohibido por el Gobierno y que ahora estaban obligados a comprar uno nuevo, que casualmente solo vendían ellos. Así ganaron un millón de dólares (unos 750.000 euros).

Supongo que como la ecología está tan a la orden del día, a los pobres estafados no les extrañó que el Gobierno hubiese cambiado las leyes que regulan la composición del papel higiénico y ahora vendieran uno nuevo. A los rollos también había que sumarles un producto químico para limpiar las fosas sépticas de sus casas y evitar de esta forma que fueran dañadas por la composición del nuevo papel que costaba 150 euros, «la mitad» de su precio (un ofertón, vaya).

Ahora nos reímos, sí, pero estos tres sinvergüenzas consiguieron embaucar a quince personas desde marzo de 2009 a octubre de 2010. Los estafadores, residentes en Florida, llamaban a cientos de personas y trataban de engañarles (a los 15 que cayeron los metieron en una «lista de tontos» para futuros timos), diciendo que solo su empresa podía vender los productos.

«¿Cómo ganaron un millón de dólares en ese tiempo y engañando a tan poca gente?» Os preguntaréis. Pues bueno no es difícil si tenemos en cuenta que algunos de los ancianos estafados llegaron a comprar el papel higiénico que requerirían ellos y sus familias… ¡¡¡DURANTE LOS PRÓXIMOS 70 AÑOS!!!

Madre mía, ¡70 años! ¿Dónde guardas tanto papel? ¿Qué haces con tantos rollos? Puedes escribir la saga de Harry Potter entera, disfrazarte de momia todos los Carnavales y Halloween generación tras generación, puedes olvidar que existen las servilletas, adiestrar a tu perro para que haga anuncios como aquel que tiraba del rollo y lo llevaba por toda la casa, puedes hacer un montón de manualidades de Art Attack. Sí, puedes hacer muchas cosas, pero nada de eso te va a devolver el dinero. Al final solo te queda comer mucho chocolate para darle el mayor uso posible.

PD: ¿Qué harías tú con kilos y kilos de papel higiénico? Yo lo tengo claro. Se lo vendería a Kesha, aquella mujer adicta a comérselo. Igual si le haces precio puedes sacarle cierta rentabilidad.

(FOTO: jma.work)

Gasta 4.600 euros en 100 intervenciones para tener los labios de Jessica Rabbit

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 Ni es la primera que intenta parecerse a Jessica Rabbit, ni encabezaría la lista de operaciones disparatadas de cirugía estética que hicimos recientemente. No obstante, la rusa Kristina Rei merece entrar de cabeza (o de boca, en este caso) en el blog, aunque solo sea por la obsesión que tiene esta chica con sus labios.

Os cuento brevemente. Kristina tiene 22 años pero vive acomplejada desde que tenía cuatro. Según cuenta ella en declaraciones que recoge la prensa británica, su hermana mayor tiene unos «labios preciosos» y ella siempre los ha envidiado, como envidia los de Jessica Rabbit, que es a su vez su «idea de mujer perfecta». Por ello y después de hartarse de que se metieran con ella en el instituto (no por sus labios, pero eso le daba igual), con 17 años decidió inyectarse silicona en los labios. «Fue extremadamente doloroso, pero me encantó el resultado«, dice la muchacha de San Petersburgo, quien se convenció a sí misma de que la única forma de verse guapa sería poniéndose dos morcillas por labios.

FOTO: sylvar

FOTO: sylvar

Así pues, empezó a acudir de forma rutinaria a centros de belleza para seguir con las inyecciones, como quien baja la basura todas las noches, y ya lleva 100 intervenciones que le han supuesto un coste superior a los 4.600 euros (aunque ella no paga en euros… digo yo que lo hará en rublos).

Quizás pensáis que estaba mejor antes. Yo creo que sí. Quizás pensáis que ha llegado al límite. Ella cree que no. Dice Kristine que quiere parecerse «a un dibujo animado» y que se confiesa adicta. Al parecer, sus padres la apoyan (eso dice ella) y aunque sus amigos le dicen que pare, ella no se ve todavía perfecta.

No le importa no haber tenido nunca pareja (me parece bien), ni que la gente «piense que estoy ridícula» (estoy de acuerdo), ni que la insulten por la calle (también me parece bien). Por otra parte, le gusta cuando la gente le graba con el móvil y asegura que puede hablar, comer y besar sin ningún problema. ¿Cómo serán esas dos esponjas dentro de unos años? Pues es difícil saberlo, porque considera que sus labios son «demasiado pequeños», pese a que un beso suyo es capaz de abarcar a 19 personas simultáneamente.

Sinceramente, todo parece indicar que Kristina está opositando para ser personaje del año en el blog. ¿No me creéis? Pues dice que también se va a operar el pecho, la nariz y se va a poner orejas de elfo. Con lo boniquilla que era antes…

PD: ¿Cómo lo veis? ¿Estaba mejor antes o ahora?

Esto no lo arregla ni Supernanny

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Tengo dudas. Hasta justo antes de arrancarme a escribir no sabía si tirar por este tema o por los montajes que ha dado de sí el policía del espray pimienta. Como lo del espray es un tema complicado y puede herir sensibilidades, al final he optado por niños traviesos, que al fin y al cabo suelen ser una apuesta segura. Arrancamos…

Yo fui un niño travieso, ya lo sabéis. Quizás no un gamberro, pero sí travieso. En mi historial cuento con un suicidio colectivo de juguetes que saltaron con mi ayuda por el balcón (entonces no existía Toy Story y no me sentía culpable) y con un bote de jabón que vacié en la bañera al grito de «espumita, espumita». No tenía canas, eran otros tiempos.

Sin embargo, nunca la lié de forma tan parda como estos dos muchachos que vais a ver a continuación. Cuenta la leyenda (la prensa internacional, pero bueno, con el paso será leyenda) que la madre de estas dos criaturas fue al baño. No me preguntéis por qué, seguramente no queréis olerlo saberlo, pero mamá tardó más de la cuenta hablando con Roca (el váter, no aquel de la corruptela marbellí). Quién sabe, a lo mejor llevaban tiempo sin verse o se quieren mucho. El caso es que cuando salió parecía que un muñeco de nieve había regurgitado dejando sus entrañas por todo el comedor (perdón por ser tan gráfico, es ella misma quien sugiere esto, más o menos, al final del vídeo).

Si alguna vez tenéis una bolsa de harina de dos kilos y no sabéis qué hacer con ella, os recomiendo que busquéis a dos niños, de uno y tres años como los del vídeo, se la entreguéis y digáis: «Pequeños, haced lo que sabéis». El resultado se aproximará, casi con toda seguridad, a esto:

No se salva nada. Bueno, el techo, porque no llegan, claro. Durante la batalla resultaron heridas las paredes, los cuadros, el sofá, una lámpara, el televisor, la ventana, el suelo, peluches… se hizo lo que se pudo, pero lamentablemente no hubo supervivientes. Los dos niños acabaron con todas las fuerzas enemigas y también con la paciencia y la cordura de su madre, que no pensaba que a la salida del baño el panorama pudiera ser así.

Supongo que hay varias soluciones, aunque no sé cuál es la mejor.

  • Podemos llamar a Supernanny y que se ponga manos a la obra. En unos seis o siete años a lo mejor mete en vereda a los niños.
  • Podemos llamar al encantador de perros. Quién sabe, a lo mejor los críos aprenden a hacer cosas interesantes con la harina… como mínimo, aprenderán a distinguir al macho alfa, que ya es algo.
  • Podemos llamar a Risto Mejide. Educarlos no los educará, pero a estos niños se les van a quitar las ganas de hacer este tipo de travesuras.
  • Podemos llamar a Trolly. Él se encargará de que la próxima vez la casa salte por los aires. Y a lo mejor le contrata una ADSL, que el trolly éste es muy suyo.

Así podría seguir hasta la extremaunción extenuación, pero como seguramente tenéis mejores cosas que hacer, os cuento que el vídeo va ya por el millón de visitas y que el momento del niño enseñando la bolsa vacía a la madre es realmente espectacular.

PD: ¿Os lo creéis o pensáis que la madre lo ha preparado todo para conseguir este viral?

PD2: Me da que mi sobrino va a dejar a la altura del betún todos mis récords de trastadas. ¡Es puro nervio!


Escenas curiosas captadas por Street View

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Hace ya tiempo que no buceaba en Street View y en las páginas que recopilan las mejores imágenes de los mapas de Google y la situación se estaba volviendo insostenible. Cuentan los historiadores que apostados a las puertas del periódico empezaban a acampar indignados exigiendo un cambio inmediato en mi forma de tratar el tema. «Basta ya de esta censura, no queremos más basura» (leer con tonito) es lo que gritaban algunos de los muchachos, mientras otros optaban por un siempre recurrido: «Becario, macario, no tienes ni salario».

La presión popular me ha obligado a escribir un párrafo estúpido cejar en mi empeño (otra expresión que se pierde) de obviar estas imágenes, de modo que hoy habrá nueva entrega de «Ellos salen en Street View aunque no tengo muy claro que quisieran hacerlo». Sin más dilación (dilación, cejar… hoy estoy que me salgo), cinco imágenes curiosas que nos deja Street View… o Google Maps, que en el fondo es lo mismo.

1. Wrong Way!

Aún me acuerdo cuando no tenía canas y jugaba al Sega Rally Championship en las máquinas recreativas. Como yo solo soy medio bueno jugando al futbolín, conduciendo el coche siempre me terminaba pegando un guarrazo y poniéndome en dirección contraria. Te salía aquel aviso de «WRONG WAY!», que viene a ser «dirección equivocada» y que también podríamos usar para explicarle al hombre que tenemos sobre estas líneas que «no se da cuenta que así no, que no va bien». A menos que este señor brasileño tenga un súperpoder que ignoramos todos, parece difícil que pueda avanzar un centímetro más. No obstante, a mí me da por preguntar, más que «por qué» (me inquieta, pero es una pregunta más para Mourinho)… ¿cómo? ¿cómo demonios ha llegado hasta ese punto?

2. Te mojarás…

«Aquí, aquí, que con el agua de fondo seguro que queda una foto chula». Pues sí, jóvenes, el agua a veces hace que una foto insulsa merezca ser guardada para la posteridad, pero no por los motivos que creéis. Ahí estáis, impasibles, posando con una sonrisa de oreja a oreja mientras el fotógrafo pone cara de «Tierra trágame», una ola/géiser se aproxima y la cámara de Google capta el momento para que la gente sonría (solo sonrisa, ¿eh? No quiero ver dientes) a vuestra salud.

3. Mal aparcamiento

A veces crees haber encontrado un sitiazo, como diría David Navarro, y te sientes henchido de orgullo. Vas por ahí diciéndolo, presumiendo, alardeando, pavoneándote, jactándote (razón aquí) y cuando vuelves el coche se lo ha llevado la grúa. Pues bueno, según en qué circunstancia, es mejor ir al depósito de vehículos a por tu coche que recoger la chatarra que quede de él cuando el tranvía pase por encima. ¡¡No hombre, esas dos líneas que ves no es que sea un aparcamiento con relieve, es que son vías!!

4. Muy profesional

Siempre que veo a gente que busca remedios caseros para solventar problemas, me vienen a la cabeza dos cosas. La primera, un post que publiqué el día 1 de enero del año pasado y que se llamaba «A grandes males, grandes remedios». La otra, al gran Manquiña haciendo de Pazos en Airbag diciendo aquello de «Profesional, muy profesional». Estos dos mecánicos callejeros a los que les pega el sol de lleno pese a que han puesto una sombrilla sobre un neumático son el ejemplo perfecto para ilustrar lo que os digo.

5. Reforma sorpresa

La última imagen tiene truco, porque a simple vista no ves más que una casa que no se sabe si está siendo derruida o construida, pero la magia de Google te permite dejarla niquelada. ¿Cómo, que no te lo crees? Pues vale, hagamos un juego: coloca el cursor sobre la imagen y verás que hay dos flechas, una que apunta hacia la derecha y otra que señala hacia la izquierda (maldita sea, he escrito tres veces hazia). Pulsa la flecha de la izquierda y… vualá, la casa está como nueva.

PD: Si tenéis más imágenes de éstas, ya sabéis que siempre son bienvenidas en el correo (elblogdelbecario [arroba] gmail [punto] com, a través del apartado Contacto, en Facebook o en Twitter.

La camiseta que llevaba le dejó en evidencia

Los tíos feos como yo solemos llevar camisetas graciosas. Sí, camisetas de ésas con lema que hacen que la gente que se cruza contigo se quede mirando la frase que llevas estampada en las tetas en lugar de fijarse un poco más arriba y decir: «Madre mía qué tío más feo». Es nuestra estrategia desesperada, pero ciertos físicos requieren este tipo de tácticas.

Sin embargo, todo tiene un límite. No es aconsejable llevar una camiseta de «Bin Laden, game over» si estás rodeado de talibanes, no te recomiendan que te pongas un «Mi hijo es un asesino, pero hay cosas peores como ser del United» si vas a Old Trafford y, sobre todo, nunca te pongas una camiseta de ésas de «Las chicas buenas van al cielo, pero las malas van a todas partes» si estás de fiesta mientras dijiste en tu trabajo que te habías hecho un esguince y no podías trabajar.

Os doy estos consejos con el único fin de que no os veáis en la situación de Kevin Daly, un hombre de 22 años que fue detenido hace unos días por la policía en el condado de Suffolk, en Estados Unidos, tras estrellar su vehículo contra un coche patrulla poco antes de las dos de la madrugada.

Cuando pasan este tipo de cosas, generalmente al conductor le hacen un test de alcoholemia o, si el agente tiene ganas de jarana, le pide que se toque la nariz, camine a la pata coja y baile el Ai se eu te pego. Dicho todo esto, cuando el conductor baja de su coche con una camiseta en la que se puede leer «Soy un borracho», el policía seguramente piensa que es su día de suerte y se ahorre cualquier tipo de análisis. Es evidente que el pobre Kevin Daly no debió pensar en esas cosas cuando eligió la camiseta, pero chico… todos tenemos problemas.

zsw1sw2edehjmjwqlkhit587i6 (perdón, se me ha subido el gato encima del teclado). Decía que Kevin Daly seguramente no esperaba chocar contra un coche de policía, pero si vas a beber y a conducir, es algo que puede pasar. Y si pasa, llevar una camiseta que reza: «No soy un alcohólico, soy un borracho (los alcohólicos van a reuniones)» no ayuda. Hay que analizar todas las variantes, por si las moscas, porque, como supondréis… sí, ¡KEVIN DIO POSITIVO POR ALCOHOLEMIA!

Es algo así como si el tipo del «Pim, pam, toma lacasitos» o el de «Yo voy loco, yo soy un paraíso colega» llevaran camisetas con su cara estampada mientras hacen algo ilegal. Chico, ¡así no engañas a nadie! Mejor usad algo así como «Jamás he salido en Callejeros» o «Soy #muyfan de @amantedecristo«. [Sed conscientes de que si alguna vez os reunís todos los que rajáis de mí no llevaré ni la camiseta con el logo ni a Trolly; es más, intentaré pasar desapercibido]

Porque el problema no es solo que te detengan y te puedan meter un puraco, el tema está en que además se ríen de ti hasta en la prensa. Y no lo digo por mí, ¿eh? Lo digo por eso que leí en un diario estadounidense de: «¿Es una camiseta? ¿Es una confesión? No, son las dos cosas en una». Yo, como mucho, lo sumaría a la lista de «Camisetas que te dejan en ridículo».

PD: No os perdáis el blog de Silvia y sus compañeros, llamado By the Facebook.

Lo más raro que ha pasado durante la semana (14-20 noviembre)

A veces me quejo de que la semana no da mucho de sí, fríkicamente hablando. Otras, como ésta, no tengo queja: de lunes a viernes tuve que descartar varios temas que han encontrado trinchera en esta recopilación.

Ayuda, entre otras cosas, que mi padre ve las noticias ahora en otro canal porque dicen más «cosas raras que puedes poner en el blog». Se agradece, claro. Bueno, no me enrollo más, vamos al lío:

1. Le prohíben usar Internet y mandar SMS

Lori David tiene 38 años y le han prohibido usar Internet. Son cosas raras de esas que son difíciles de explicar… hasta que te dicen que ha pasado en Texas (Estados Unidos). Al parecer, Lori mandó dos fotos en las que aparecía desnuda a un chaval de 16 años y la jueza considera que esto es suficiente como para impedir a la mujer que use Internet, y no permitirle que envíe mensajes de texto con su móvil a una persona que no sea de su familia.

La historia es un poco American Pie, lo sé. No en vano, el destinatario de las fotos era un compañero de clase de su hijo en un instituto de la localidad texana de Katy. Según cuenta la prensa internacional, madre y amigo del hijo intercambiaron mensajes a través de Facebook y fueron los padres del chaval quienes descubrieron los envíos.

Si os parece restrictiva la resolución es porque no sabéis que tampoco puede tener menores en casa que no sean de su familia y que no podrá ir al colegio de su hijo salvo para la graduación. ¿Poco? Bueno, también figurará en el registro de agresores sexuales durante 15 años y si rompe alguna de estas condiciones terminará en la cárcel. Me da que la jueza se ha pasado de frenada esta vez. Bastante tiene la pobre Lori, que tendrá que aguantar que a su hijo lo llamen Stifler en el instituto.

2. Detenido porque no le iba el iPhone

Sé que es simplificar mucho y que a muchos os desconcertará leer que al estadounidense Michael Alan Skopec le han detenido porque no funcionaba el iPhone, pero en cierto modo es así. La razón de la detención son cinco llamadas a emergencias, sí, pero lo que motivó esas cinco llamadas era que su chisme (el iPhone, por Dios, no penséis mal) no funcionaba.

Como si el 911 fuera el servicio técnico, Michael llamó a emergencias con preguntas del estilo: «¿Por qué no va mi iPhone?» y con razonamientos tan convincentes como «Sí, tengo una emergencia. Mi XXXX (rellene las «X» con el taco que prefiera) teléfono no funciona». Después de cinco llamadas, la policía se presentó en su casa y le detuvo porque, como supondréis, en Estados Unidos tampoco está permitido llamar a emergencias cuando no tienes ninguna emergencia, pese a que a nuestro amigo sí le pareciera tenerla.

*Tres noticias breves*

*Tres breves con vídeo*

  1. Un gato de Arizona (EE UU, para no variar) pasó varios días subido a un cactus de seis metros. Al final bajó, pero después de los pinchazos no se descarta que ahora solo tenga seis vidas.
  2. La policía detuvo a un perro en Arizona (los animales estaban revolucionados en la zona, según parece) que correteaba por la autopista.
  3. Cuando te montes en una escalera mecánica… asegúrate de hacerlo en la dirección correcta

PD: Entre las elecciones y la última jugada de Mestalla… la semana ha acabado fuerte, ¿eh?