Pasión por volar, pasión por la vida

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Desde Goose Bay hasta Calgary, volando otra vez sobre Canadá

Una vez llegados a Canadá, nuestros aviadores árticos han puesto su objetivo en Calgary. Allí se encontrarían con Raúl, el hijo de Carlos que vive desde hace años en el oeste de este país.

Todo el Gran Norte de Canadá, desde Nunavut hasta Alaska, queda para un posible Artik2013.

Teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas que les han acompañado desde su salida de Robledillo ahora hay que avanzar lo más posible cada día para volver a casa en la fecha necesaria.

Esto contaba Carlos desde su primera parada en Québec: «con ganas y buen humor a las 4 y media de la manana nos levantábamos para el aeropuerto. Como hasta ahora, el tiempo dando la vara, pero volar otra vez bajo sobre Canadá ha sido magnífico. Estamos en Bagotville un aeropuerto militar en el que nos han dejado entrar. Llevamos 6 horas de viaje y creo que después de comer intentaré animar a Pablo para hacer otras tantas horas.»

y después: «No podemos salir, hay una linea de tormentas desde Moosonee hasta Fort William, dormimos en el aeropuerto y esperamos salir tempranísimo cuando estas tormentas se disipen. Según el mago de la Meteo de Québec, dice que por la manana se aclara, si es asi buscaré un destino más alejado, quizás Red Lake, pero hablo de memoria…»

Desde Goose Bay, en Labrador, hasta Calgary, los tramos han sido largos, buscando la reposición de combustible, el hueco entre las nubes y los frentes, y un aeropuerto en el que poder dormir…

Con paradas en Bagotville-Saguenay, en Dryden, de ahí a Yorkton, haciendo más de 1000 millas y 9 horas de vuelo, y finalmente la llegada a Calgary, en Alberta, atravesando las provincias canadienses de Québec, Ontario, Manitoba y Saskatchewan, y poniendo a prueba la querida Maule, que se ha portado como una jabata

Raúl ha ido a recibirles, un encuentro emocionante que han coronado con un auténtico RoastBeef del KEG (recomendable), y un Qubél que Raúl tenía a buen recaudo.

Y llegó la primera despedida: Pablo ha regresado de inmediato a Madrid para reincorporarse a su trabajo, después de una pequeña (o gran) metamorfosis que lo ha transformado en Ben Kingsley (¿o es Gandhi?)…

 

Carlos permanece en Calgary con Raúl. Está gestionando una interesante entrevista con el que fue Ministro de Energías Renovables y sostenibilidad de Alberta, además de arreglar documentos del avión, para que se pueda quedar en Calgary, al cuidado de Raúl…

 

Día 18: en Goose Bay, Labrador, Canadá, un lugar privilegiado también llamado The Happy Valley

Llegamos de madrugada a la costa este de Canadá, a la península de Labrador, aterrizando en Goose Bay.

El cansancio era notable, esta travesía desde Groenlandia hasta aquí no solo había sido la más larga sino la de mayor complicación, ya desde el despegue de Narsarsuaq, al tener que volar 100 Km de fiordo, con curvas y lluvia. A partir del  meridiano 58 00 W, el tiempo mejoró y con más viento en cara de lo pronosticado, hicimos el resto del trayecto sin novedad.

Goose Bay es una pequeña ciudad destartalada, en un lugar privilegiado, bien llamado «The Happy Valley» . No creo que supere los 7500 habitantes, incluyéndonos nosotros.

Ha sido una población tradicionalmente dedicada al servicio de un aeródromo militar que ha producido muchísimo trabajo y muchísima polución. Al parecer, los depósitos de combustible, de varios millones de litros y muy dispersos, han estando dando fugas durante años, por lo que hay un plan de recuperacion ambiental muy activo (Remediation Project), pero que no esperan se termine antes del año 2020.

 

En este momento de impass en el viaje, por motivos meteorológicos que nos obligan a quedarnos en tierra un día más, aprovecho para hacer alguna referencia a modo de recuerdo de lo visto y oído, en lo que al proyecto Artik 2012 se refiere.

Los países entrevistados, IslandiaGroenlandia, son países en el Círculo Polar Ártico donde se hacen sentir los primeros signos del cambio climático. Es donde políticos, hombres de ciencia, técnicos, Inuits, gente de a pie, expertos en el Ártico, constatan la evidencia del cambio climático.

Aseveran y declaran su temor a lo que esta realidad llegue a cambiar sus vidas y más aún las de las futuras generaciones.

Hay predicciones sobre el aumento de la temperatura, el crecimiento del mar, pero sus consecuencias, hoy por hoy, solo son previsibles con la imaginación. Temor a lo que viene y prevención por medio de acciones de disciplina energética que retrasen este cambio, que si bien es cíclico en el comportamiento del planeta, el hombre también es un factor importante que, de cambiar sus hábitos, podría retrasar la velocidad de este fenómeno climático.

En esto están todos de acuerdo, en que hay mucho por hacer.  Lo que Artik 2012 ha pretendido es trasladaros esas evidencias a todos vosotros y a cuantos más mejor, ya que solamente desde el conocimiento se pueden tomar las acciones necesarias. Por ello, nos toca a nosotros exigir a nuestros actuales y futuros representantes políticos, el derecho a defender nuestro planeta, por nosotros y por los que nos seguirán.

Quizás cuando hagamos un resumen valorado del trabajo realizado, nos planteemos si sería de interés una segunda expedición de Artik 2013, buscando más datos concretos en los centros de investigación especializados, y que puedan anunciar presencia o expectativas sobre las especies nuevas y sobre las que se espera desaparezcan, por los efectos del cambio climático en los mares. Lo mismo en relación con la fauna salvaje,… y con nuevas migraciones de los Inuits acomodándose a latitudes más altas pero que serán más templadas.

En esta exigencia y lucha por defender el planeta no hay que olvidar que la economía no considera ninguna de nuestras exigencias, la economía no mira donde pisa y aqui en Goose Bay tenemos un clarisimo recuerdo de a qué está dando lugar este fenómeno.

Canadá, país con la mayor fuente inimaginable de riqueza natural, tiene, si mal no recuerdo, la quinta parte del agua dulce del mundo, una población bastante inferior a la de España y la extensión de un continente entero.

Pues bien, la bolsa de Toronto, el centro más activo de compra y venta de acciones de este país, exige a las compañías que, en donde invierten, generen mayor y mayor movimiento de riqueza. Aquí, en la peninsula de Labrador y en la isla de Terranova, que está más abajo, han descubierto toda suerte de metales habidos y por haber, menos aluminio que creo no lo hay, pero resulta  abrumante la variedad y cantidades encontradas, leía esta mañana que en un filón de oro de altísima pureza prevén sacar más oro que todo el extraído en África.

¿Que pasará aquí dentro de muy poco? La industria de extracción crecerá, la de afinamiento, también la de transformación, la de terminados, fundiciones etc. La invasión poblacional será explosiva, construcción, comercio… La gente amable y sonriente del lugar cambiará, quizás ganen mas dinero …

Actualmente, los Inuits protestan e intentan paralizar obras, pero ya encontrarán los abogados de los inversores, algún argumento legal más o menos verdadero, da igual, que les permitirá entrar en sus tierras. Y así será con toda seguridad…

Para cerrar estos comentarios, inserto aquí algunas fotos sobre nuestra estancia en Narsarsuak, el cruce del fiordo en barco, la belleza de la naturaleza en estas latitudes, y he querido recordar aquella sentencia de los indios Cree, que tenían mis hijos en un póster  en su habitación.

Cuando el último río sea contaminado

Cuando el último árbol sea cortado

Cuando el último pez sea pescado

Descubrirás que el dinero no puede comerse

Carlos

Día 17: cruzando el Atlántico Norte, desde el fiordo de Narsarsuaq hasta Goose Bay en Canadá

Antes de despegar de Narsarsuaq con destino a Goose Bay nos dio tiempo para colocar nuestro logo debajo de la Patrulla Águila,  en un gesto tradicional de los cruces Atlánticos que pasan por Narsarsuaq: Robledillo quedaba así ligado a Narsarsuaq…

Pocas millas después de salir del fiordo, el tiempo comenzó a mejorar y tuvimos una travesía tranquila pero con viento en contra, lo que hizo que el viaje, programado para 7 horas y media, se realizase en 8 horas y 15 minutos, con un indicador de combustible fallando.

Llegamos a Goose Bay a las 22:39 locales, una hora después del ocaso, e hicimos una aproximación directa en visual nocturno – en Canadá está autorizado, como muy bien sabe Carlos.

Fue un placer especial ver las primeras islas de la costa de Labrador y saber que ya no necesitaríamos la balsa salvavidas, ni llevar puestos los aparatosos trajes secos para el amerizaje en aguas heladas, ni el chaleco salvavidas.

¡¡¡¡¡¡Habíamos cruzado el Atlántico Norte!!!!!!!, y me acordé de la travesía que, en sentido contrario y a vela, realicé en el verano de 2010 desde Saint Martin a Faial, a bordo del Dolphin.

… nos hemos levantado al día siguiente con fuerte lluvias producidas por una baja establecida justo en la zona. Estamos teniendo una suerte esquiva en este viaje; a excepción del primer día y del vuelo entre Reykjavik y Kulusuk no hemos tenido un viaje  ni jornada franco.

Este retraso, añadido al de la salida por documentación y a la acumulación de retrasos por meteo nos van a obligar, a nuestro pesar, a aplazar la visita al gran norte para la temporada que viene. Teníamos entrevistas concertadas en Iqaluit y Resolute Bay que tendrán que posponerse para la temporada que viene.

Nuestro avión Qubél se quedará en Calgary en las buenas manos de su copropietario Raúl. Le cambiaremos las ruedas y lo prepararemos para afrontar con garantías los nuevos retos que lo hagan instrumento de transmisión y sensibilización sobre el cambio climático.  

Pablo

 

Día 15: después de cuatro días, salimos de Kulusuk hacía Narsarsuak, en una travesía de más de 6 horas

Al problema de la meteorología adversa se ha unido estos días la limitación de los horarios de apertura y cierre de la red de aeropuertos de Groenlandia que, además,  no operan los domingos. El resto de los días abren a las 8 de la mañana y cierran a las 5 de la tarde. Con un minuto que te retrases, no solo en el aterrizaje, sino en las operaciones de tierra, la tasa de aeropuerto sube a 1.250 US $, por lo que hay que prever la llegada con media hora de antelación al cierre, ¡y eso sin contar los cambios en los vientos, que tanto afectan a un avión tan limitado en velocidad como el nuestro!

Un vuelo en estas distancias nos lleva 6 horas, por lo que los aeropuertos tienen que estar operativos en una franja razonable de tiempo. Estas circunstancias no se dieron en los tres días que estuvimos en Kulusuk. Por fin, Kulusuk y Narsarsuaq se pusieron de acuerdo para dejarnos partir. Kulusuk, con nubes a 3.000 pies y Narsarsuak, con una pocas a 400 pies, pero con buena visibilidad a todo lo largo del fiordo de entrada, y cubierto a 2.000 pies con llovizna.

En el camino, pudimos admirar a ratos la deriva de grandes Icebergs y la costa oriental de Groenlandia, otros ratos volar instrumental dentro de nubes con ligera precipitación, y también bajamos para tener mejor visibilidad en la peligrosa zona de Prins Christian Sund, una especie de Cabo de Hornos que, con vientos del Noreste nos recibió con algo de turbulencia (menos que en el Canal de la Mancha). La Maule aguantó bien.

Las imágenes eran espectaculares, con nubes remontando majestuosas montañas de roca formadas en los comienzos de los tiempos. La entrada al fiordo se nos ocultaba con finas capas de nubes bajas, pero nos orientamos bien con la navegación.

Sin viento, y una vez en su centro, pudimos descender en contacto para hacer una aproximación onírica entre paredes verdes y penachos de nubes.

Lo mejor de todo es que al virar a final, hacia el Noreste, se ve perfectamente la lengua del glaciar Kiagtut, que alimenta el río y crea el verde valle donde está el pequeño asentamiento de Narsarsuaq (100 habitantes) que da servicio al Aeródromo, creado por los americanos durante la guerra fría. Un lugar privilegiado.

 

Pablo

 

Día 14: reflexiones de Carlos desde Kulusuk en Groenlandia

Por si alguien ha perdido el hilo del viaje, o cae como nuevo en este blog, nos encontramos en Kulusuk, pequeñísimo aeródromo internacional en la costa este de Groenladia, justo en la latitud del Circulo Polar Ártico.

Nos vemos forzados a quedarnos aquí por las condiciones meteorológicas, aparentemente adversas, en nuestro próximo destino, que es Narsarsuaq, situado justo en el extremo  sur  de Groenlandia, y con una entrada por un fiordo que probablemente tenga unos 100 km de largo

Esta circunstancia geográfica hace que tengamos que asegurarnos una buena meteorología del lugar y sus alrededores, como el aeródromo de Paamiut, con un  techo de nubes y una visibilidad mayores que lo usual pare este tipo de vuelos.

Llegados a este punto del viaje, y después de una descriptiva exenta de aportación u opinión personales sobre lo que vamos encontrando, en cuanto a geografía, gentes, expertos y población arraigada, etc, todos ellos factores relacionados con el medio ambiente y las evidencias del cambio climático, quizás sea éste el momento de expresar con alguna reflexión personal, lo que el corazón siente ante tanta información y evidencias.

No es la primera vez que me encuentro en áreas de muy baja y dispersa densidad de población, pero en esta ocasión, ya sea por predisposición ante las evidencias climáticas aprendidas o por mi larga mayoría de edad, estoy acusando un mayor impacto en mí.

Os invito a que hagáis un ejercicio de imaginación para que así intentemos viajar juntos en este extraordinario lugar. Sé que es difícil de imaginar, pero al hacerlo empezad por desprenderos de todo lo habitual, M-30, centros comerciales, salida a la playa en Semana Santa… y trasladaros aquí  a la costa este de Groenlandia, que tiene unos 2500 km de longitud y una población censada de unos 3.500 habitantes, repartidos en 7 pequeños asentamientos de Inuits y dos pequeñas ciudades. Hay una minoría de población europea. Los barcos de suministro tienen accesibilidad para aprovisionamiento solo durante cinco meses al año. Al oeste de la costa en la que estamos, se encuentra el llamado ICECAP, que es una gran cubierta helada a unos 3.000 metros de altura y que cubre casi toda la superficie de Groenlandia.

Particularizando en el lugar, el pequeño aeropuerto de Kulusuk, cuya pista es de tierra, tiene todos los servicios necesarios para el tráfico aéreo. Pequeña sala nacional, pequeña internacional, arco de detección de metales, control de aduanas etc. Éste ha sido nuestro primer y hasta ahora único contacto con Groenlandia.

Pues bien, para continuar con el ejercicio de imaginación, tengo que contaros que, a la llegada, no nos han pedido pasaporte ni declaración de pertenencias, mercancías o armas. La circulación por el área de movimiento de aviones es libre, también el acceso al personal de oficinas, seguridad, torre de control, todo está totalmente abierto, solo un toque de puerta y alguien detrás de la mesa te invita a pasar y a tomar cafe. Aquí, como en otros lugares vividos en Canadá, no hace falta carnet para conducir, ni para tener armas, ni para pescar ni para manejar  un barco, no he visto policía ni Ayuntamiento… ¿os vais haciendo una idea?

La naturaleza que te encuentras de frente es impactante, es tan hermosa como dura, la proximidad la hace atractiva y temerosa. Todo ello hace que te invada una gran paz pero sin poder evitar un contraste de inquietud… pero, ¿porqué inquietud después de haberte llenado de paz y de hermosísima naturaleza? cuando los sentidos ya no pueden recibir mas sensaciones,  surge el pensamiento sobre la realidad de que tantas pocas voces, con tan poca fuerza, puedan servir para que este magnífico planeta azul y verde, único en las galaxias que el hombre ha conseguido identificar, deje de deteriorarse tan rápidamente  y, sobre todo, ante la mirada impasible, pero bien informada, de los gobiernos que lo permiten, con poblaciones preocupadas por sus haceres diarios, y que ven lo del cambio climático como cosa de otros…

Las sospechas sobre el cambio climático se ven evidenciadas por la población del lugar. Las focas  descienden en su búsqueda de pesca, el oso polar va tras ellas, y el hombre mata al oso por su piel y carne. En este viaje en busca de comida, desde lugares mas fríos, los osos están perdiendo su cuota  poblacional, los lugareños aseguran que los osos tienen los días contados hasta su total desaparición. Pero la conseuencia no es solo que desaparezca una de las especies más bellas del planeta, es el encadenamiento de otras muchas otras especies que seguirán rutas parecidas

Como dice Pablo en su post anterior, aquí, delante de nuestro barracón se ve una isla que estaba cubierta por el glaciar de enfrente y ahora hay una milla de distancia, el glaciar se ha retraído tanto, en tan poco tiempo, en mucho menos que una generación…

Solo se me ocurre que la acción del pueblo, exigiendo a sus gobiernos que pongan los medios y acuerdos necesarios que paren la aportación del hombre al cambio climático  y que deje de haber un deterioro medio ambiental permanente. Esto tiene que surgir del grito de una población enfadada, exigente, que no perdone el no ser escuchada, pero… y aquí surge mi inquietud que quisiera hacer vuestra también, ¿se le puede pedir este tipo de actuación a una inmensa población pobre del mundo que está desatendida?¿ está la población acomodada en condiciones de recibir mensajes de esta índole? y los pocos que sí están siendo receptivos a esta realidad, ¿actuarían en consecuencia?.

Quiero recordar  aquella pregunta que se le hacía al ciudadano después de haber tenido una vida llena de facilidades: «¿Qué has hecho TÚ por tu país?» Aquí nos deberiamos plantear la misma pregunta: ¿Qué has hecho tú por el Planeta?

Os dejo hoy con una sentencia que oí a los indios Cree, que decía » La tierra en la que vivimos no nos pertence por herencia de nuestros padres, la tenemos prestada de nuestros nietos».

Yo voté a los verdes y estoy profundamente indignado por la aportación del hombre en el cambio climático.

Carlos

Segundo día, cruzando (con susto incluido) el Canal, de Jersey a Exeter

Iniciamos la mañana en la oficina de meteorología de Jersey, la vista es de una sala llena de pantallas y mapas con gente muy profesional y amable, pero al intentar acercarnos a Inglaterra nos encontramos con dificultades… por allí no solo se conduce por la izquierda, sino que su meteorología es dura y sobre todo cambiante.

Pasamos gran parte del día esperando lo que en aviación se dice «un hueco en el cielo para unos pilotos honrados»…

Pues bien, encontramos por fin el hueco, aunque duró poco tiempo, y el cruce del canal se hizo trabajoso. 

Pablo llevaba la navegación de manera impecable, yo me ocupaba de que el avión fuera derecho, a nivel y en el rumbo adecuado; Pablo me iba corrigiendo los rumbos según progresábamos en el cruce, con vientos fuertes que fueron variando constantemente de dirección, mientras la lluvia y las nubes nos obligaban a ir cambiando de nivel constantemente…

Finalmente, llegamos a Exeter, pequeño aeropuerto cerca de la costa con excelente cooperación por parte de estos magníficos controladores de aquí.

En Exeter comentábamos el viaje con otro piloto inglés, que decía con razón que «los meteorólogos miran demasiado las pantallas y poco por la ventana». Con ello se hace significar que esta ciencia es en si difícil y más en unas islas donde el Gulf Stream viene a chocar constantemente.

Ya relajados y camino del hotel, pensando en el par de buenas pintas de cerveza que nos íbamos a tomar, nos sobrevino el mayor de los problemas del día, en el taxi olvidamos la pequeña mochila de Pablo que contiene toda la pasta del viaje y toda su documentación, mas la supercámara. El «canguis» que pasamos durante la siguiente hora fue de caballo, yo me dediqué a llamar una a una a todas las compañías de taxi del lugar, con el creciente desaliento, por la negativa respuesta de cada una de ellas. A Pablo le dio la corazonada de tomar otro taxi y regresar al aeropuerto, por si el taxista que nos trajo hubiese regresado en busca de nuevos clientes, y… una vez más, la fortuna estuvo de su parte y allí estaba el enorme conductor inglés con la mochila, para entregársela. Pablo le abrazó tan efusivamente que el hombre se sorprendió al no estar tan al uso de las expresiones calurosas del sur.

Hoy iniciamos el día temprano, y por lo menos la ventana nos da buena imagen del tiempo, una primera impresión de Pablo, en su mapa de Internet, nos dice que quizás podamos llegar hasta New Castle. Nos iremos a la oficina de Meteo después de desayunar  y allí decidiremos.