Pese a que hace un mes el informe del COI le dio la peor nota entre las cuatro ciudades candidatas, Madrid llega a las votaciones finales para elegir la ciudad sede de los Juegos Olímpicos de 2016 con posibilidades reales de ser la ganadora. Se las dan su sprint final, algunas debilidades de sus rivales y la peculiar fórmula de votación.
Madrid no tiró la toalla con la pobre nota que le puso el COI hace un mes. Al contrario, se puso de inmediato a enmendar los puntos débiles que el COI le encontró (endureció la legislación antidopaje, por ejemplo) y decidió hacer una declaración pública y universal de amor y de deseo por los Juegos, de unidad y de unanimidad de la población y de las instituciones con la candidatura. De ahí la ‘corazonada’ del domingo pasado (400.000 personas en el centro de Madrid componiendo el logo) y la decisión de que a Copenhague viajaran los máximos responsables de todas las administraciones: Gallardón, Esperanza Aguirre, Zapatero… y los Reyes. Al anuncio del viaje del Rey, reaccionaron Chicago y Río movilizando a Obama y a Lula.
Hasta hace unos días, yo veía a Río como la ciudad con más posibilidades: es una de las mayores urbes del planeta, está en uno de los países más poblados y con un peso internacional creciente y, además, está en Suramérica, donde en más de cien años de olimpismo nunca se han celebrado unos Juegos. Ahora le veo menos rival, porque ayer mismo dio una señal clamorosa de una de sus grandes debilidades: se anunció que la Copa Mundial de Natación, que se iba a celebrar precisamente en Río dentro de tres semanas, se suspendía por problemas financieros.
Tras la apuesta personal de Obama de viajar a Copenhague, veo ahora más rival de Madrid a Chicago que a Río, y veo pocas posibilidades a Tokio. Pero la forma de votación del COI puede depararnos muchas sorpresas. Habrá tres votaciones. En la primera, se eliminará a la ciudad con menos votos, y quedarán tres candidatas. En la segunda, caerá otra ciudad y quedarán dos, que competirán en la tercera y definitiva votación. Gallardón, que ya sufrió este sistema hace cuatro años, cuando la candidatura de Madrid 2012 (ganó Londres, que se impuso en la votación final a París), está convencido de que Madrid no caerá en la primera ni en la segunda votación. La estrategia de la candidatura madrileña estos últimos meses ha ido encaminada a lograr el segundo y el tercer voto de los miembros del COI que pierdan su ciudad favorita en las dos primeras cribas. Mañana a las 18.30 sabremos si lo ha conseguido.