Juan Luis Cebrián
Consejero delegado del Grupo Prisa
Querido y admirado Juan Luis:
Hace dos años te fuiste a México a decir que nos considerabas a los diarios gratuitos como los principales sospechosos del «asesinato» de los diarios de pago («porque muertos, lo que se dice muertos, ya lo estamos», admitías). Te tiré aquí de las orejas cariñosamente, pero veo que me sirvió de poco. No has hecho los deberes, no te has informado un poco más sobre los diarios gratuitos (pese a que has invertido en uno) antes de volver a opinar.
Ahora te has ido a Colombia para hablar con Semana sobre los gratuitos con una mezcla de desinformación y de desprecio indignas de tu cargo, de tu trayectoria y de tu sabiduría. Has dicho:
«La prensa gratuita no ha ganado dinero en ninguna parte del mundo. La sacaron los fabricantes nórdicos de papel, que no sacaron prensa gratuita en sus propios países. Se puede uno imaginar que hay un intento de generar marcas globales de cara a Internet. Pero al margen de las condiciones económicas, yo no creo en la información como un commodity. Si hay un vínculo fuerte en la historia de la comunicación, ahora que hablamos de interactividad e Internet, es entre el lector de un periódico y la redacción de ese periódico. Por lo tanto, es la adhesión de los lectores lo que genera la estabilidad y el crecimiento del periódico. Yo creo que los periódicos se venden por lo que dicen, no porque sean más baratos o porque los regalen en las calles. Y hacer periódicos sólo como soporte de la publicidad, pues te lleva a hacer periódicos con la información como commodity, que no es la base de un periódico. (…) Yo creo que los periódicos cumplen una función en la socialización y en la creación de opinión pública, y eso nada tiene que ver con la prensa gratuita».
Vamos por partes:
-«La prensa gratuita no ha ganado dinero en ninguna parte del mundo», aseguras, rotundo. Estás muy equivocado. 20 minutos lleva cuatro años seguidos ganando dinero en sus ediciones impresas (dinero que los accionistas no se llevan en dividendo, lo reinvierten todo en la edición on line) y, pese a la crisis económica y la caída de la publicidad, aspiramos a que también lo gane este año. Conozco docenas de diarios gratuitos en otros países que también ganan dinero.
-«Si hay un vínculo fuerte en la historia de la comunicación, es entre el lector de un periódico y la redacción de ese periódico», afirmas. Completamente de acuerdo: entre el lector de los gratuitos y las redacciones de los gratuitos también se da ese vínculo, no seas prepotente.
-«Yo creo que los periódicos se venden por lo que dicen, no porque sean más baratos o porque los regalen en las calles», pontificas. Yo sin embargo creo humildemente que los periódicos se leen (no se venden, eso de la venta es un tema de los contables, no de los periodistas) por lo que dicen, no porque sean baratos o porque los regalen por las calles. El País lo regaláis en muchos sitios (por ejemplo, en la universidad) y los jóvenes no lo leen ni gratis, tus expositores de distribución gratuita están llenos al final de cada día, pásate a verlo. No os leen porque no les interesa en absoluto lo que les decís. Y te recuerdo que 20 minutos tiene 637.000 lectores más que El País (medidos con la misma vara, el EGM). No desprecies a los nuestros, no seas clasista. Y no te pegues un tiro en tu propia rodilla: un 10% de nuestros 2,9 millones de lectores leen también El País. ¿Si esos 290.000 lectores te leen a ti es por el dichoso vínculo, y si nos leen a nosotros no?
-«Yo creo que los periódicos cumplen una función en la socialización y en la creación de opinión pública, y eso nada tiene que ver con la prensa gratuita», rematas. Yo creo, por el contrario, que la función en la socialización la cumplimos mucho más los gratuitos que los de pago, porque llegamos a mucha gente a la que vosotros jamás llegaréis, ni regalando ejemplares: mujeres, jóvenes… Y te concedo que en la creación de opinión pública aún estamos por detrás, pero ya os alcanzaremos, no te quepa duda. No nos acuses de nuevo ese día de ser los asesinos de los venerables, caducos, desorientados y según tú ya muertos diarios de pago.
Con el cariño que sabes que te tengo
Arsenio.