¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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El golpe final a ETA se lo dará Batasuna

Enero y febrero han sido los dos peores meses de la historia de ETA. Porque han sido detenidos 32 miembros de la banda terrorista, uno de ellos su jefe máximo; porque se les han intervenido 2.000 kilos de explosivos; porque se les ha localizado una base en Portugal; porque se ha impedido que montaran una base en Cataluña… Pero también, y de esto hemos hablado poco los medios de comunicación, porque sus apoyos políticos y sociales, el mundo de Batasuna, han comenzado a alejarse de los terroristas.

Es un alejamento muy lento, imperceptible incluso para los no avezados, pero irreversible, según cuentan en privado algunos expertos con los que he hablado en los últimos días.

La ruptura por parte de ETA del proceso de paz que abrió el primer Gobierno de Zapatero y la ilegalización de Batasuna, su salida de todas las instituciones (Parlamento vasco, ayuntamientos…) tras aplicársele la Ley de Partidos y el encarcelamiento de muchos de sus dirigentes han desatado un debate profundo en las filas políticas abertzales. Hay quien aboga ya por alejarse cuanto antes de ETA, por condenar expresamente el terrorismo, y volver a la legalidad democrática, a las elecciones y a las intituciones, para defender la independencia de Euskadi por vías estrictamente democráticas.

Quedan menos de 15 meses para las próximas urnas en el País Vasco, las municipales de 2011. ¿Veremos a Batasuna presentándose, tras abjurar de ETA, o habrá que esperar a las generales de 2012 o a las vascas de 2013?

Ese día, cuando Batasuna se aleje definitivamente y ETA pierda su oxígeno político y social, sí estaremos llegando al final de la banda. Los éxitos policiales, además, lo harán más fácil.

«Será en unos dos o tres años», se atrevía a contestar uno de los expertos consultados cuando le pregunté, la semana pasada, antes de las detenciones de Normandía.

Las agujeros negros de ETA

No es habitual que un ministro de Interior cuente en público que teme que se produzca un atentado. Normalmente, los ministros encargados de la seguridad trabajan en la sombra, en la discreción. ¿Por qué Rubalcaba ha dicho ahora que «cabe pensar» que ETA va a llevar a cabo en breve un secuestro en «sectores significativos desde el punto de vista social» o un «atentado espectacular» para recuperar el protagonismo que la banda ha perdido en los últimos meses? Evidentemente, para que las fuerzas de seguridad extremen el cuidado y la vigilancia y, sobre todo, para que los terroristas, al saberse esperados, al conocer que no van a contar con el factor sorpresa de su acción, renuncien a ella por miedo a ser detenidos cuando vayan a ejecutarla.

ETA es ahora mucho más débil que hace tres años, cuando atentó en Barajas y rompió la tregua de la negociación con el primer Gobierno Zapatero. Es más débil y tiene agujeros negros que entonces apenas tenía.

-Su dirección ha sido descabezada varias veces, con las detenciones de sus principales dirigentes.

-Sus comandos operativos son escasos, menguantes y peor preparados, al estar compuestos sobre todo de gente muy joven y muy bisoña.

-Tiene a sus presos desesperados, sabedores de que, si no hay entrega de la armas, no les queda otra que cumplir sus largas condenas.

-Sus bases políticas están inutilizados a efectos electorales y divididas internamente, con muchos miembros cualificados criticando ya a los de las pistolas y abogando por el fin definitivo de la llamada lucha armada.

-Francia colabora con España como nunca antes en la lucha antiterrorista.

-Y por si fuera poco, el lehendakari ya no es un nacionalista, es desde la primavera pasada un socialista, Patxi López, que ha puesto a trabajar a toda la administración vasca en deslegitimar socialmente al terrorismo y su entorno y en combatir a los violentos con denuedo.

El balance del año que acaba es desolador para ETA, es uno de los peores de su historia, y Rubalcaba no quiere que la banda cierre el ejercicio o abra el siguiente con un éxito que le dé nuevas alas, nueva vida a ese mundo agonizante. Por eso habló ayer el ministro. Y porque mañana a las 9,01 horas se cumplen exactamente tres años del bombazo de la T-4 de Barajas, y porque en la medianoche del jueves al viernes próximos comienza el semestre de presidencia española de la UE, lo que le brinda a ETA un gran altavoz si logra cometer un atentado o un secuestro.

Quizás el ministro también dijo ayer lo que dijo porque sea inminente un éxito policial contra ETA, pero esto es ya una especulación mía.

Rafael Vera escribe una ficción sobre la lucha contra ETA

Rafael Vera, el secretario de Estado para la Seguridad durante gran parte de los Gobiernos de Felipe González condenado después a prisión por la guerra sucia contra ETA, ha escrito una novela, El padre de Caín (Ediciones Foca), y la trama promete…

En la contraportada del libro, me cuentan, se lee esto:

«España, años 80. La democracia, amenazada por ultraderecha y poderes fácticos, se enfrenta al terrorismo de ETA: asesinatos, heridos, extorsionados, destrucción…

La lucha antiterrorista es la obsesión de Eloy, teniente de la Guardia Civil demócrata y aventurero cuyo primer destino voluntario es el cuartel de Intxaurrondo. Deja a su joven esposa en un Madrid pregolpista para enfrentarse a la persecución abertzale y a la violencia etarra.

Esa atmósfera de terror y miedo convive con un Euskadi mayoritariamente pacífico y una acogedora ciudad de San Sebastián en la que el amor es otra pasión protagonista de la trama trepidante y el inesperado y sorprendente desenlace de El padre de Caín.

Con su larga experiencia al servicio de la seguridad del Estado, Rafael Vera construye una apasionante historia de amor y odio, lealtad y traición, crimen y justicia…».

¿Habrá revelaciones sobre el pasado del propio Vera disfrazadas de ficción? ¿Alguno de los personajes se parecerá a Galindo, a Amedo, a Domínguez o a Segundo Marey? ¿Tratará Vera de autoexculparse?

La novela, en cuya forma final ha colaborado con Vera el periodista Ignacio Fontes, va a ser presentada mañana en Madrid por Joaquín Leguina, ex presidente socialista de la Comunidad de Madrid y novelista.

El Omagh de ETA

El asesinato por ETA de un inspector de Policía no ha pillado esta mañana por sorpresa a nadie en el mundo político. Desde que a finales de marzo se supo que Patxi López sería lehendakari, y especialmente desde que el 4 de mayo logró la investidura en el Parlamento Vasco, la banda terrorista intentaba desesperadamente, con saña, volver a matar. ETA necesitaba decirle a su mundo que la salida del poder vasco de los nacionalistas y la llegada de los socialistas no era el paso irreversible hacia el final de la organización.

Pero lo cierto es que sí, que ETA va a ciegas hacia su final. El número de sus pistoleros disponibles es cada vez más escaso, y su nivel de preparación más chapucero; el tiempo de mandato de sus principales dirigentes es menguante; Francia les ha declarado la guerra total; las fuerzas de seguridad españolas los tienen cada día más cercados e infiltrados; el nuevo Gobierno Vasco no les da ni el más mínimo respiro; sus presos están divididos, con una gran parte de ellos clamando por una entrega de las armas pactada que les alivie las largas condenas; y tienen, en fin, a su brazo político también dividido y cabreado, después de verse fuera de muchas instituciones.

ETA camina hacia su final. Pero los finales de las organizaciones terroristas suelen ir acompañados de atentados terribles, ejecutados a la desesperada para forzar unas mejores coindiciones de negociación. Pasó con el IRA en Irlanda, el 15 de agosto de 1998, cuando un coche bomba del IRA Auténtico, una escisión del IRA Provisional opuesta al proceso de paz iniciado en el Acuerdo de Viernes Santo de ese mismo año, mató en el centro de la ciudad de Omagh a 29 personas, entre ellas dos españoles: Rocío Abad Ramos, que tenía 23 años, y Fernando Blasco Baselga, de 12. Fue el más sangriento atentado de la historia del IRA.

Aquí los expertos temen lo mismo. Temían atentados como el de esta mañana, con una víctima mortal, pero temen sobre todo algún atentado mucho más devastador, temen un Omagh de ETA.

¿Hay que negociar la rendición de ETA?

No nos engañemos, ETA no está aún en las últimas, no va a desaparecer en unas semanas ni en unos meses. Pero sí pasa por un momento de debilidad extrema, sumida probablemente en la peor crisis de su historia. «La Policía, la política y los presos llevan a ETA a su momento más débil», dice uno de los principales titulares de portada de las ediciones impresas de hoy de 20 minutos, con una crónica que también estamos publicando en 20minutos.es

«Dentro de la banda, así como dentro del entorno de la organización, existe una discusión sobre si se debe seguir o no. Hay quien habla de un nuevo proceso de paz», dijo ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, al dar detalles de la captura, el sábado, del nuevo jefe militar de ETA, Jurdan Martitegi. «El diálogo es el pasado, y el pasado nunca vuelve», añadió rápidamente Rubalcaba. Y remató así: «La disyuntiva de ETA es si lo deja o lo deja. Si lo deja porque lo decide o porque la obliguemos».

Cuando un ministro habla de un «nuevo proceso de paz», de «diálogo», aunque sea para decir públicamente que lo descarta, hay que hacerse preguntas. ¿Descarta el Gobierno tener algún día nuevos contactos con ETA con un solo punto en la agenda: las condiciones de rendición y la entrega de las armas? Yo no lo creo.

ETA se adelanta una semana a la reunión Zapatero-Ibarretxe

El atentado de esta mañana de ETA indica lo peor. Parece que no era un coche bomba puesto sólo para asustar y para demostrar la banda que aún tiene capacidad operativa, como han sido otros recientes. No ha habido aviso, querían matar y lo han conseguido.

Ayer, en la reunión de las 10 de la mañana en la que cada día comenzamos a preparar las ediciones impresas de 20 minutos para el día siguiente, la sección de Actualidad contó que tenían algunas informaciones relevantes sobre la banda. La principal de ellas, que ETA se ha organizado recientemente en tres grandes líneas o divisiones de efectivos: la primera la componen entre tres y cinco comandos con una veintena de terroristas en total, unos fichados por la Policía y otros no. La segunda, un centenar de activistas que están siendo adiestrados para ingresar en los comandos. La tercera, unos 200 etarras repartidos en Portugal, Alemania, Polonia y Venezuela, mezcla de veteranos con atentados ya en su currículum y jóvenes procedentes de la kale borroka.

Las fuentes les contaban también a nuestros expertos en ETA que temían que la banda terrorista desencadenara una ofensiva de atentados en torno al día 20, coincidiendo con la reunión entre Zapatero e Ibarretxe.

Toda esa información va hoy en nuestras ediciones impresas (en la de Bilbao de manera mucho más destacada en portada que en el resto), que comenzaron a imprimirse en torno a la pasada medianoche. Puesdes verlo en la página 6. Unas tres horas después, ETA arrancaba su ofensiva, se adelantaba una semana a la reunión en la que Iberretxe quiere contarle a ZP su plan soberanista.