Los periodistas, y los políticos, tendemos a hacer balance y análisis de las jornadas electorales el misma día de autos, con los datos calientes… e incompletos. Como sabéis, en las horas siguientes a los procesos electorales los datos que manejamos son los de los electores que viven en España, sin tener en cuenta los de los 1,2 millones que viven y votan (o se abstienen) fuera. Estos últimos no están disponibles hasta varias semanas después, cuando han sido verificados por las juntas electorales e incorporados al resultado general.
Culminado este proceso, éstos son algunos datos definitivos del 9-M:
-La participación final fue del 73,8%, casi dos puntos por debajo del año 2004 (75,6%).
– Los votantes en el exterior apoyaron masivamente al PSOE (tuvo entre ellos 218.439 votos), que duplicó al PP (106.724). Un experto me dice que probablemente a esos votantes (muchos de ellos son antiguos emigrantes españoles a otro país) les asustaron las propuestas de Rajoy sobre la inmigración. La tercera formación más votada fuera fue Coalición Canaria, con 11.007 votos; muchos de ellos, en Venezuela. IU logró 6.868, y PNV, 2.864.
– El PSOE le sacó en total más de un millón de votos al PP: 11.288.698 para los socialistas y 10.277.809 para el PP. Ambos subieron respecto a 2004, año en que el PSOE tuvo 11.026.163 y el PP 9.763.144.
– También subieron respecto a 2004, aunque levemente, Nafarroa Bai (62.398 ahora, 61.045 en las anteriores elecciones) y BNG (212.543 ahora y 208.688 en la anterior).
– El resto de formaciones bajaron, algunas de ellas muchísimo: IU pasó de 1.284.081 votos en 2004 a 969.871 en marzo pasado. CiU, de 835.471 a 779.425. El PNV, de 420.980 a 306.128. ERC, de 652.196 a 298.139. Coalición Canaria, de 235.221 a 174.629.
-El partido de Rosa Díez logró finalmente 306.078 votos, casi la mitad de ellos en Madrid (132.095) y muy pocos en el País Vasco (10.686).
Y moraleja final: los resultados han provocado crisis internas en todos los que han bajado (salvo CiU) y en el que más ha subido, el PP, que con medio millón de votos más, pero sin gobernar, anda aún en debate interno sobre su liderazgo.