¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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Cállese o dimita, Doña Sofía

Con la Constitución en la mano, el Rey no hubiera podido declarar lo que la Reina ha declarado en un libro que acaba de publicarse. Si las hubiera manifestado Don Juan Carlos, esas opiniones sobre la religión en los colegios, el aborto, los matrimonios gays o la eutanasia supondrían una vulneración de las funciones de arbitraje y moderación entre las instituciones a las que le obliga el artículo 56 de la Carta Magna.

De la Reina consorte, nada dice expresamente la letra de la Constitución en este sentido, es cierto, pero el espíritu de nuestra ley de leyes es claro: la Corona debe quedarse por encima y al margen del debate político.

No vale justificar las declaraciones de Doña Sofía diciendo que las hace a título particular. La Reina consorte no es una persona particular, vive del Presupuesto público, tiene funciones específicas que están en la Carta Magna (las de la Regencia, por ejemplo), en el Título II, dedicado íntegramente a la Corona. Tiene derecho a tener opiniones propias, desde luego, pero para expresarlas debiera salir antes de ese Título, debiera dejar de ser Reina consorte y pasar a ser Sofía a secas, debiera dimitir (si es que hubiera manera de hacerlo). O debiera callarse.

El Príncipe no dirá: «Quiero reinar»

El próximo miércoles el Príncipe cumple 40 años, una edad a la que muchos de sus antepasados ya eran reyes, pero el heredero no va a aprovechar la onomástica para decir que tenga prisa por reinar. Al menos, no lo dirá en público: Don Felipe celebrará el cumpleaños en la intimidad, no tiene previsto ningún acto público con ese motivo.

Hace poco más de tres semanas, el Rey sí celebró en un acto público (una cena con casi 500 personalidades) su 70 cumpleaños, y en el discurso dijo esto: «Siento renovada determinación de seguir trabajando como Rey con la misma pasión y entrega», que es una manera de decir que va a seguir reinando, que nada de nada de abdicar. El Príncipe, que estaba delante y avisado, dijo antes en su intervención: «El Rey sigue lleno de vitalidad y con ganas de continuar en la brecha».

Las expectativas de Felipe de reinar a corto o a medio plazo, que existían hace apenas tres meses, se han evaporado. Quienes conocen bien la Casa Real creen que, salvo deterioro físico muy profundo, el Rey morirá siendo Rey.

En Argentina votan por el Rey

En clarin.com las encuestas entre los usuarios se recogen en el blog ‘Encuestate. Tenés la palabra’. Hay varias recientes sobre asuntos que nos atañen:

-¿Sueña con volver a la tierra de sus antepasados?

-¿Debería limitarse la venta de tierras argentinas a extranjeros?

-España. Ciudadanía para nietos de emigrados, ¿cuál sería su mayor logro?

Y una con mucha participación sobre el incidente entre el Rey y Chávez. Una gran mayoría de los usuarios de clarin.com -casi todos argentinos- creen que tiene razón Don Juan Carlos.

¿El «porquenotecallas» era conminatorio o suplicante?

Hace muchos muchos años yo anduve en una compañía de teatro aficionado. En los ensayos, el director nos ponía a los actores en corro, nos daba una frase (por ejemplo: «Mire vuesa merced que no son gigantes, sino molinos») y en un rondo aleatorio nos hacía interpretarla a cada uno de nosotros dándonos una orden en forma de adjetivo.

-¡Asustado! -decía el director, y el señalado por su dedo decía el «Mire vuesa merced» de modo asustado.

-¡Despreciativo!

-¡Admonitorio!

-¡Aterrado!

-¡Implorante!

-¡Resignado!

-¡Cansino!

-¡Burlón!

Estos días pasados os he tenido abandonado el blog porque estuve en una serie de reuniones de periodistas y directivos del grupo Schibsted, al que pertenece 20 minutos (ya os contaré algo, debatimos asuntos muy interesantes). Procedíamos de 20 distintos países, y en las comidas y cenas, en los cafés, el «porquenotecallas» del Rey fue uno de los temas de conversación recurrentes, y comprobé que no todos nosotros lo habíamos oído o escuchado igual. Unos oyeron -o creyeron oír- al Rey darle claramente una orden a Chávez, otros lo interpretaron en el otro extremo, casi como una súplica.

¿Con qué adjetivo o adjetivos definirías el «porquenotecallas» del Rey si fueras el director de teatro del primer párrafo? ¿Imperativo? ¿Admonitorio? ¿Amenazante? ¿Conminatorio? ¿Despreciativo? ¿Desabrido? ¿Desdeñoso? ¿Cabreado? ¿Suplicante? (Vale cualquier otro)

Aquí tienes el vídeo, pero te recomiendo que escuches la frase sin mirar la imagen antes de contestar.

El Rey vuelve a meterse en la agenda política

El insólito calentón del Rey con Hugo Chávez, ayer en la Cumbre Iberoamericana, es aplaudido y apoyado hoy por prácticamente toda la prensa de pago española. Pero apostaría a que en breve algunos ilustres miembros de esa bulliciosa claque y algunos telepredicadores que hoy no tienen sermón aprovecharán el incidente para decir que un jefe de Estado de la experiencia de Don Juan Carlos no puede perder así los papeles, que está mayor, que le caen en enero 70 años, que su tiempo ha pasado, que él mismo está cansado de desempeñar el cargo, que con su gesto está pidiendo a gritos el relevo y que, en fin, tiene que abdicar.