1. La remodelación es amplia, algo más de lo que se esperaba, luego el propio presidente hace un pobre balance de lo que varios de sus ministros han logrado en un año de mandato. Salen cinco miembros del Gobierno (Solbes, Soria, Molina, Álvarez y Cabrera) y entran otros cinco (Chaves, Blanco, Gabilondo, Jiménez y Sinde), y una hasta ahora ministra, Salgado, salta a vicepresidenta.
2. Mayor peso político. La entrada de Manuel Chaves (presidente del PSOE, casi 20 años presidente de Andalucía, ministro con Felipe González, último gran barón territorial de los socialistas) y de José Blanco (vicesecretario general del PSOE y número dos del partido y de Zapatero desde hace casi nueve años) le dan al Gabinete un peso político superior al que tenía el Gabinete saliente, demasiado poblado de pesos ligeros.
3. La economía, en manos de un látigo de perfil más técnico que político. Elena Salgado se ganó fama de dura en Sanidad, con la ley antitabaco, y la ha acrecentado en Administraciones Públicas, donde lleva dos años intentando poner coto a la tendencia al derroche de los ministerios y del sector público. Como gestora, recientemente ha puesto en marcha, con eficacia, con los Ayuntamientos los procedimientos para que los 8.000 millones del famoso Fondo Estatal de Inversión Local llegaran hasta el último pueblo de España.
4. El Estado casi federal tiene un vicepresidente. La creación de una vicepresidencia de Cooperación Territorial es un paso estructural importante. Zapatero la pone en manos de Chaves, que ha sido poder territorial desde hace casi 20 años.
5. La vicepresidenta De la Vega pierde algo poder. Hasta ahora era la jefa de todo lo no económico. Chaves le arrebata ahora parte de las competencias. Y además, ahora ya no será «la vice», porque habrá otra vice: Salgado.
6. La paridad se mantiene. Es uno de los signos de distinción de los Gobiernos de Zapatero: en ellos hay tantas mujeres como hombres. En el Gabinete saliente, nueve mujeres (De la Vega, Chacón, Espinosa, Salgado, Aído, Álvarez, Corredor, Cabrera y Garmendia) y nueve hombres (Zapatero, Solbes, Moratinos, Caamaño, Rubalcaba, Sebastián, Corbacho, Soria y Molina). En el nuevo Gobierno entran tres hombres (Chaves, Blanco y Gabilondo) y dos mujeres (Jiménez y Sinde); y salen tres hombres (Solbes, Soria y Molina) y dos mujeres (Álvarez y Cabrera).
7. No habrá Ministerio de Deportes. Zapatero lo prometió en noviembre pasado, al recibir a los tenistas españoles que ganaron la Copa Davis, pero no lo ha creado. Probablemente, porque se vería como un gasto innecesario. Lo que sí hace es que el negociado de Deportes cuelgue directamente de él, del presidente.
8. En junio, primer examen. Hasta hace pocas semanas, Zapatero se inclinaba con no retocar el Gobierno hasta después de las elecciones europeas de junio. El agravamiento de la crisis económica, sobre todo con las horribles cifras de paro, y el estado casi catatónico de algunos miembros del Gabinete (especialmente, Solbes) le han obligado a hacerlo antes. Ahora corre un riesgo: si en las europeas el PP gana con claridad al PSOE, ZP no podrá reaccionar cambiando el Gobierno, y el cuestionado, en esta hipótesis, sería directamente él, el propio presidente.
P.D. En Andalucía, Zapatero pierde. Tras fichar a Manuel Chaves (63 años) como vicepresidente del Gobierno central, Zapatero quería que se diera paso en la Junta a una nueva generación de dirigentes socialistas. Apostaba por Mar Moreno (46 años, ex presidenta del Parlamento Andaluz, miembro de la Ejecutiva del PSOE nacional) como sucesora de Chaves, pero el PSOE andaluz ha impuesto a José Antonio Griñán (62 años, hasta ahora vicepresidente segundo del propio Chaves).