Ha movido ficha Zapatero: ha caído el ministro Bermejo, víctima primero de sus propios errores (no sólo en la famosa cacería) y, después, de la presión del PP… y del PSOE, como conté hace unos días.
Mariano Rajoy pierde ahora la disculpa a la que se aferraba para no acometer un asunto mucho más importante que las andanzas cinegéticas de Bermejo: los indicios de corrupción, no generalizada, pero parece que sí muy extendida, en administraciones públicas gobernadas por el PP y en algunas zonas del propio partido. En la dirección del PP algunos cuentan que Rajoy sí va a acometer el problema ahora, que va a mover ficha, que va a tomar decisiones internas muy contundentes… pasado el 1 de marzo, después de las elecciones vascas y gallegas. Y siempre que el resultado electoral no sea tan desastroso que debilite aún más el ya débil liderazgo interno de Rajoy.
¿Y en el Gobierno? Desde hace unos días, se especulaba con que, tras las elecciones del 1-M, Zapatero haría una pequeña remodelación que incluiría a Bermejo y, quizás, a Solbes, con varios movimientos en cascada en el área económica. La caída prematura del ministro de Justicia puede llevar al presidente del Gobierno a aplazar ese movimiento, a dejarlo para la segunda mitad del año, entre las elecciones europeas, que se celebrarán en junio, y la presidencia española de la UE, que arranca en enero de 2010. Quizás sea demasiado tarde: la trama de corrupción de Correa y la cacería nos han despistado un poco a todos. El principal problema que tenemos es la crisis económica, y una parte del Gobierno da síntomas de que se le han acabado las ideas o las fuerzas para combatirla.