¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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Por qué Aznar es negacionista

Juan Carlos Escudier recuerda hoy en su artículo semanal en elconfidencial.com algunas de las razones que quizás expliquen por qué Aznar firmó el protocolo de Kioto y se ha alineado después entre los negacionistas del cambio climático…

«¿Quiere esto decir que cuando Aznar afirma que los ecologistas son los nuevos comunistas y que el calentamiento de la Tierra no es una verdad científica es que está a sueldo de alguna petrolera? Pues no exactamente, aunque alguna relación existe. En noviembre del pasado año, la revista Interviú publicó un reportaje sobre la fructífera carrera empresarial del ex presidente, empleado de Murdoch en la News Corporation, en cuyo accionariado sobresalen varios magnates texanos del petróleo como Fayed Sarofim, Charles Wilson y Alfred C. Glassell Jr (ex presidente de Texaco). Y daba cuenta además de sus actividades como conferenciante, ligadas tanto a la Heritage Foundation, otro think tank regado por la Exxon, como a la ya citada AEI, entre cuyos colaboradores figuran altos cargos de la Administración Bush como Dick Cheney o Richard Perle. Para un exhaustivo conocimiento de los tentáculos de esta compañía y sus relaciones con científicos estudiosos y asociaciones variopintas es imprescindible pasearse por www.exxonsecrets.org, una web creada por Greenpeace para desenmascarar la interesada filantropía de la petrolera».

¿Por dinero?

El artículo completo, aquí.

Aznar, a punto de rectificar sobre Irak

Últimamente, cada vez que abre la boca José María Aznar, uno no sabe si está rectificando en público y reconociendo sus propios errores o si está mofándose de todos nosotros y de nuestra memoria.

Hace unos días, Aznar, el hombre bajo cuyo asiento crecieron Correa y El Bigotes y el caso Gürtel, el más grave escándalo de corrupción del PP en su historia, daba lecciones de catedrático de ética sobre corrupción política.

Ayer, Aznar, el presidente del Gobierno que puso de presidente de Cajamadrid a Miguel Blesa, amigo suyo desde que ambos eran jovencitos y preparaban oposiciones al cuerpo de inspectores fiscales de Hacienda en la Academia CEU, de Madrid; el presidente de honor del PP, partido que ahora pone a Rodrigo Rato en el sillón de Blesa, el mismísimo Aznar, proclamaba que los políticos debían «quitar sus manos» de las cajas.

Cualquier día este hombre va a hablar de Irak y va a pedirles cuentas a los otros tres de la foto de las Azores.

Lección de ética del catedrático Aznar

El PP vive hoy en un sinvivir, tras las palabras, ayer, del ex presidente del Gobierno José María Aznar al hacerse cargo de la cátedra de Ética Política en la Universidad Católica de Murcia: «Se debe exigir que quienes ocupan cargos de responsabilidad acrediten algo más que su presunción de inocencia».

¿Era un recado a Francisco Camps para que dimita? ¿A Mariano Rajoy para que lo eche? ¿A Luis Bárcenas y a Jesús Merino, para que dejen los escaños? ¿Al ex ministro (del propio Aznar) Jaume Matas, para que cante de dónde sale la riqueza de su palacete, pida perdón y afronte las consecuencias penales de sus actos? ¿A Alejandro Agag, ex eurodiputado, ex secretario general del Partido Popular Europeo y yerno del propio Aznar, para que explique su intensa relación con Francisco Correa?

¿O era un recado que se daba en público a sí mismo el debutante catedrático de Ética José María Aznar López para recordarse que fue bajo su presidencia (del Gobierno y del PP) cuando los Correa y los Bigotes empezaron a campar a sus anchas por las cuentas de varias instituciones públicas?

Desparrame en el PP

Manuel Pizarro, agente de cambio y bolsa pero de origen rural, fichaje estrella de Mariano Rajoy en la campaña electoral de 2008, analizó el jueves pasado con una parábola rural lo que está pasando en el PP: «El ganado tiene que tener un pastor por delante y un perro guardián. El líder tiene que ir delante, llevar un secretario general que ponga orden y un motor muy claro que son los principios, los valores e ideas con los que intentas imantar a la sociedad. (…) Cuando no se hace esto, el ganado se desparrama».

Y tanto que se desparrama el ganado. Las propias palabras de Pizarro son una prueba de que el PP es un puro desparrame. Se desparrama desde el siempre vocinglero ex presidente Jose María Aznar, que, tambien el jueves, le clavaba un puñal más a su sucesor -pedía «un líder, no varios; un partido, no varios; un proyecto, no varios»-, hasta el siempre cauto y discreto Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla y León, que también el jueves negro de Rajoy decía que si esto seguia así no contaran ni con él ni con su equipo para las próximas elecciones.

Se desparrama Manuel Cobo, vicealcalde de Madrid, se desparrama Ricardo Costa, se desparrama ocho pueblos Francisco Camps…

Se desparrama Juan Costa, que hace año y medio estuvo barajando presentarse como alternativa a Rajoy en el PP y que el viernes pasado se cuestionaba en público si el PP tiene realmente el mejor líder posible.

Se desparrama Gallardón, que el lunes pasado apoyaba «por amistad y por convicción» las explosivas declaraciones de su segundo, Manuel Cobo, contra Esperanza Aguirre. Y se desparrama cada día más la propia Aguirre, que ni sigue al pastor Rajoy ni muestra mucho miedo al perro guardián Cospedal desde hace año y medio.

Mariano Rajoy, autoproclamado Santo Job contemporáneo -a mí me recuerda más a San Isidro, que abandonaba las tareas para echarse la siesta, confiado en que los ángeles le araran el campo-, ha convocado para pasado mañana martes un Comité Ejecutivo Nacional del PP en el que, presumiblemente, va a poner orden en el rebaño y acabar con el desparrame. Se ignora si lo hará Rajoy pastoreando: dando doctrina y poniéndose delante del ganado para mostrarle el camino; o si lo hará la secretaria general Cospedal mordiendo: expedientando y sancionando a algunos e interviniendo algunas organizaciones territoriales. Probablemente lo primero no sea ya suficiente, y tenga que haber bastante más de lo segundo. Hay quien piensa que Rajoy y Cospedal se atreverán hasta a nombrar sendas gestoras en Madrid y en la Comunidad Valenciana, quitándoles el poder en el partido tanto a Aguirre como a Camps. No se ve muy probable que se haga en Madrid, donde Esperanza sería muy capaz de fundar otro partido…

Sea como fuere, todo indica que, si la semana pasada fue convulsa para el PP, esta que arranca va a ser clave para el futuro del partido y del propio Mariano Rajoy, al que algunas encuestas ya sitúan en el peor momento de su liderazgo.

Demetrio Madrid, Aznar, Camps

Noviembre de 1986: Demetrio Madrid, presidente socialista de Castilla y León, es procesado por el Tribunal Superior de Justicia por un caso laboral en una empresa de su propiedad.

Madrid tenía estabilidad parlamentaria, contaba en las Cortes regionales con 42 de los 84 procuradores, frente a los 39 de AP. Éstos exigen su dimisión, y Madrid dimite. Le sucede por unos meses otro socialista, José Costantino Nalda.

En las siguientes elecciones autonómicas, medio año después, Madrid no se presenta y las listas del PSOE y las del PP logran el mismo número de escaños, 32, pero es el PP quien logra la presidencia gracias al tercer grupo parlamentario, el CDS de Suárez, que había irrumpido en las Cortes con 18 asientos. Nuevo presidente, en julio de 1987, José María Aznar López, que apenas dos años después se convierte en líder nacional de AP, ya rebautizada como PP, y siete más tarde en presidente del Gobierno.

Dicho de otro modo: un caso judicial que hizo dimitir a un presidente autonómico le dio a Aznar la primera gran oportunidad y el primer gran acelerón de su carrera política.

Camps no está aún procesado por el TSJ, sólo imputado, pero sería interesante saber qué piensa Aznar del asunto, si cree que Camps debe o no debe dimitir, si cree que lo que él le pedía en 1986 a Demetrio Madrid hay que aplicárselo ahora a Francisco Camps.

Por cierto: en 1989, cuando ya Aznar daba el salto para liderar el PP, Demetrio Madrid fue absuelto.

El libro de Aznar es de humor

No he tenido aún tiempo de asomarme a España puede salir de la crisis, el nuevo libro de José María Aznar.

Manuel Rico, que se lo ha leído entero, dice esto:

«Son unos folios que ha podido escribir perfectamente Aznar, pero también el último becario aterrizado en Faes. Llamarle ensayo sería un verdadero atrevimiento; difícilmente llega a cuento corto».

«El libro tiene también serios defectos, entre los que sobresale esa inclinación aznariana hacia la mentira o la manipulación. Hay falsedades groseras, que insultan a la inteligencia del lector, por ejemplo cuando el autor afirma que los socialistas españoles han prohibido por ley los contratos temporales (página 101). Hay mentiras evidentes, como sostener que la presión fiscal en España “ha subido más de tres puntos del PIB” desde 2004 (pág. 103), cuando en realidad ha caído en 2008 al nivel más bajo en 13 años. Hay manipulaciones descaradas, como escribir que se ha producido un “desplome de la inversión extranjera en nuestro país” desde que gobierna Zapatero (pág. 110), cuando el gran recorte de la inversión extranjera se produjo precisamente durante la segunda legislatura del PP –pasó de 40.700 millones de euros anuales en 2000 a tan solo 22.700 en 2003–, mientras que en 2008 registró un máximo histórico de 43.967 millones. Y así se podría seguir poniendo un ejemplo tras otro».

«Quien logre leer entero el libro, descubrirá una tercera ventaja: el ego del personaje es tan inmenso (no cita ni a uno de sus colaboradores en el Gobierno), sus falsedades son tan obvias, su maniqueísmo es tan brutal, que la obrita se puede leer en clave de humor«.

El texto completo de la cruda reseña del libro aquí.

P.D. Estoy fuera de Madrid y sin poder seguir el debate del estado de la nación. No podré comentarlo.

«Aznar tiene una vanidad casi infantil»

Carlos E. Cué firma hoy en El País un interesante reportaje sobre la mucha presencia de José María Aznar en la vida política durante las últimas semanas.

Algunos aznarólogos, dentro del propio PP, le dicen a Cué perlas como éstas:

«Ya le vale a Aznar. Todos estos meses, cuando lo hemos pasado fatal, poniendo palos en las ruedas y ahora que las cosas van bien se apunta a caballo ganador».

«A Aznar le gusta ganar dinero, y está ganando mucho, pero sobre todo le gusta la política, el aplauso, la crítica, que hablen de él. Por eso está encantado de tener la excusa del apoyo a Jaime para ser de nuevo protagonista en la campaña, y reivindicarse. ‘Yo hice, yo avisé, yo sabía, mi Gobierno…'»

«‘Yo sé cómo salir de la crisis’, dice Aznar. Esa frase forma parte de la psicología del personaje. Tiene una vanidad casi infantil. No hay cálculo político para hacer daño a Rajoy. Es simplemente la necesidad de autoafirmarse constantemente. Eso viene del dolor que le provocó descubrir que su país no le quería como él creía merecer. También a Felipe González le pasó, es esa mezcla de triste, sobrado y enfadado que tienen los ex presidentes».

«Está encantado consigo mismo, se le nota. Y el papel de malo es su preferido, siempre lo fue».

El reportaje completo, aquí.

Aznar, menos delfín de Rajoy

El escándalo Aznar-Murdoch se ha recibido con alborozo en algunos rincones del PP. Como se sabe, varios dirigentes andan desde hace meses maniobrando para suceder a Mariano Rajoy tras el presumible batacazo electoral de las generales de 2008 o incluso antes, tras las autonómicas y municipales de 2007 si son una debacle para el partido.

Piensan en esos rincones que la carrera de la sucesión de Rajoy se ha despejado mucho con el paso de Aznar a la empresa privada a partir del 1 de julio y con el tufo a corruptela de esas «colaboraciones ocasionales, materializadas en notas o conversaciones, cuyo objeto era aportar los análisis e impresiones personales de José María Aznar sobre la situación internacional y el panorama mundial» por las que el ex presidente cobraba a Murdoch la modesta suma de 10.000 euros al mes.

La posibilidad de que Aznar vuelva a ser el líder del PP es hoy muy inferior a lo que lo era hace apenas una semana.