¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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Dos meses con un ojo en hoy y el otro ojo en junio

Segunda votación, y de nuevo fallida. ¿Y ahora qué? Pues ahora un plazo máximo de casi dos meses (hasta el 2 de mayo) en los que se juega la segunda parte del partido y en la que puede pasar casi de todo: cambios de estrategia de algunos de los equipos, intentos de alianzas diferentes a las negociadas hasta ahora, incluso quizás sustituciones y bailes en algún banquillo…

Mariano Rajoy seguirá pidiéndoles a Ciudadanos y al PSOE la Gran Coalición con el PP, pero lo cierto es que su capacidad de maniobra es mínima y su partido parece totalmente aislado, al menos mientras lo lidere el todavía presidente del Gobierno en funciones.

Albert Rivera, crecido por los dos debates, instando al PP de forma cada vez más directa a que jubile a Rajoy -hoy ha apelado a lo que quede de la centrista UCD en el Partido Popular- y al mismo tiempo disputándole claramente el territorio político y la parroquia del centro derecha y de la derecha, por si hay nuevas elecciones. Y algunas encuestas dicen que con éxito.

Pablo Iglesias y el resto de la izquierda, que hoy ven a Sánchez más débil tras sus dos derrotas, instándole a un diálogo y una negociación para un Gobierno de coalición con todos ellos y sin Ciudadanos.

¿Y Pedro Sánchez? Pues probablemente seguirá en lo mismo en que está desde hace semanas, por ahora sin éxito porque es difícil lograrlo: cuadrar un círculo donde con el PSOE quepan Ciudadanos y las izquierdas, unos con un sí y entrando en el Gobierno y otros con una abstención y apoyando después en el Parlamento. Y en cualquier caso, eso sí, evitando Sánchez las minas internas que aún pueden ponerle algunos de los barones socialistas.

En las segundas partes de los partidos, unas veces cambia radicalmente el juego y el resultado y otras veces los minutos se convierten en basura, por inútiles y tediosos. Como lo saben, todos los partidos estarán también estos próximos dos meses con un ojo en el día a día de las negociaciones y los acercamientos y alejamientos y con el otro mirando a finales de junio, por sí hay que ir a una nueva competición, a unas nuevas elecciones.

Ciudadanos se va hacia la derecha, Podemos sigue muy a la izquierda… y otros detalles del CIS

Como siempre, muy interesante el Barómetro del CIS de octubre, que se ha conocido hoy.
Respecto al de hace un año, los encuestados ven a Ciudadanos como bastante más de derechas que entonces (un punto de deriva en un año en la escala ideológica 1-10, que es muchísimo), no perciben el viaje al centro de Podemos (al partido de Pablo Iglesias se lo percibe hoy unas décimas más a la izquierda que hace 12 meses: 2,25 ahora, 2,43 antes), mejoran algo la nota que le ponen a Mariano Rajoy (sube de 2,31 a 2,82) y a algunos otros miembros del Gobierno, ven aún muy negativa la situación económica y aún peor la situación política… pero aun así se sienten más felices que en octubre de 2014.

Y en la previsión electoral, baja bastante las expectativas de Ciudadanos y de Podemos respecto a las que le dan otras encuestas recientes. Hay que recordar, para matizar ese resultado, que el trabajo de campo del Barómetro se hizo del 1 al 12 de octubre, hace ya un mes, y un mes en política es muchísimo tiempo, en estos de voto tan volátil…

Estos son, en tuits, algunos detalles del Barómetro que me han llamado especialmente la atención.

El factor edad: Rajoy 60, Sánchez 43, Iglesias 37, Rivera 36, Garzón 30

Un veterano ya cerca de la edad legal de jubilación y que lleva varias décadas en coche oficial y cuatro jóvenes que han pasado hace casi nada a la primera línea de la política y están vírgenes en gestión. En las elecciones del 20 de diciembre va a jugarse un partido entre experiencia y bisoñez o -visto de otra manera- entre un candidato que está ya un poco de vuelta de todo y otros cuatro que están llegando con mucha hambre de balón.
El 20-D, el día de las elecciones, Mariano Rajoy (PP) tendrá 60 años; Pedro Sánchez (PSOE), 43; Pablo Iglesias (Podemos), 37 (los cumple este sábado); Albert Rivera (Ciudadanos), 36 (los hace en un mes); y Alberto Garzón (IU), 30 (los hizo la semana pasada).
Son unas diferencias enormes en sus extremos: 17 años del mayor al segundo mayor; 30 años del mayor al más joven. Salvo en los primeros años de la transición, nunca en las elecciones generales de la democracia ha habido tanta brecha de edad entre los principales líderes.
En las elecciones de 2011, celebradas el 20 de noviembre, Rajoy tenía 56 años; Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE), 60; Cayo Lara (IU), 59; y Rosa Díez (UPyD), también 59. Sólo 4 años de diferencia entre los extremos. Ganó Rajoy.
En las de 2008, el 9 de marzo, José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) tenía 47; Rajoy, 52; y Gaspar Llamazares (IU), 50. Solo 5 entre los extremos. Ganó Zapatero.
En las de 2004, celebradas el 14 de marzo, Zapatero tenía 43; Rajoy, 48; y Llamazares, 46. También 5 años entre los extremos. Ganó Zapatero.
En las de 2000, el 12 de marzo, José María Aznar (PP) tenía 47; Joaquín Almunia (PSOE), 51; y Francisco Frutos (IU), 60. Una ligera excepción, por Frutos: 13 años de diferencia entre los extremos. Ganó Aznar.
En las de 1996, el 3 de marzo, Aznar tenía 43; Felipe González (PSOE), 53; y Julio Anguita (IU), 54. 11 entre los extremos. Ganó Aznar.
En las de 1993, celebradas el 6 de junio, González tenía 51 años; Aznar, 40; Anguita, 51. 11 entre los extremos. Ganó González.
En las de 1989, el 29 de octubre, González tenía 47; Aznar 36; Anguita, 47. 11 entre los extremos. Ganó González.
En las de 1986, celebradas el 22 de junio, González tenía 44 años; Manuel Fraga (AP, luego PP), 63; y Adolfo Suárez (CDS), 53 años. 19 entre los extremos, por Fraga. Ganó González.
En las de 1982, 28 de octubre, González tenía 40 años; Fraga, 59; Landelino Lavilla (UCD), 48; y Santiago Carrillo (PCE), 67. Otra excepción: 27 entre los extremos, por el efecto Carrillo, nacido en 1915. Ganó González.
En las de 1979, el 1 de marzo, Suárez tenía 46 años; González, 36; Carrillo, 64; y Fraga, 56 años. 28 de distancia entre los extremos. Ganó Suárez.
En las de 1977, celebradas el 15 de junio, Suárez tenía 44 años; González, 35; Carrillo, 62; y Fraga, 54 años. Entre los extremos, 27 años. Ganó Suárez.

Algunas conclusiones estadísticas:
-Tras 11 elecciones generales de la democracia, en 9 ocasiones ganó un candidato quadragenario o cuarentón (Suárez en 1977 y 1979; González en 1982, 1986 y 1989; Aznar en 1996 y 2000; Zapatero en 2004 y 2008) y en 2 un quincuagenario o cincuentón: González en 1993 y Rajoy en 2011.
-Nunca ha ganado un treintañero. Nunca tampoco un sesentón.
-El más joven al ganar, González en 1982. Tenía 40 años, 7 meses y 26 días de edad.
-El más mayor al ganar, Rajoy en 2011. Tenía 56 años, 7 meses y 24 días.

PD. La semana pasada, preguntada sobre sus posibilidades de relevar a Mariano Rajoy como cabeza de lista del PP en las elecciones del 20-D, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo : «Lo que sea sonará».
El 20-D, Sáenz de Santamaría tendrá 44 años.

Nadie puede con Rajoy como político peor valorado

Eran encuestas distintas y ámbitos diferentes: España entera en un caso, una comunidad autónoma o un gran municipio en los otros. Las fechas, parecidas. Del 1 al 9 de julio en el caso de la encuesta a nivel nacional y de finales de mayo a finales de junio en el resto. El encuestador, el mismo: el CIS. Y la pregunta exactamente la misma:

«Le agradecería que me indicara si conoce a cada uno/a de los/las siguientes líderes políticos/as y que valoración le merece su actuación política. Puntúelos/las de 0 a 10, sabiendo que el 0 significa que lo/a valora muy mal y el 10 que lo/a valora muy bien»

La primera encuesta era el Barómetro del CIS de julio pasado, publicado a primeros de agosto. Las segundas, las Postelectorales de las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015, publicadas ayer. Podemos por tanto, considerar las notas prácticamente homogéneas. Y son estas, ordenadas de mejor a peor:

Uxue Barcos, 6,20

Ada Colau, 6,05.

Manuela Carmena, 5,99.

Mónica Oltra, 5,85.

Ángel Gabilondo, 5,83.

Guillermo Fernández Vara, 5,47.

Miguel Ángel Revilla, 5,39.

Joan Ribó, 5,06.

Xavier Trías, 4,88.

Cristina Cifuentes, 4,73.

Juan Vicente Herrera, 4,61.

Ximo Puig, 4,51.

José Antonio Monago, 4,43.

Pedro Santisteve, 4,28.

Luisa Fernanda Rudi, 4,23.

Javier Lambán, 4,21.

Emiliano García Page, 4,18.

Javier Fernández, 4,11.

Pablo Echenique, 3,91.

Pedro Sánchez, 3,84.

Gaspar Llamazares, 3,61.

María Dolores de Cospedal, 3,51

Cayo Lara, 3,42.

Alberto Fabra, 3,38.

Soraya Sáenz de Santamaría, 3,17.

Rosa Díez, 2,97.

Esperanza Aguirre, 2,96.

Rita Barberá, 2,87.

Mariano Rajoy, 2,61.

El listado no recoge a algunos políticos relevantes que ni tenían elecciones en mayo pasado ni están en el Congreso de los Diputados -Artur Mas, Oriol Junqueras, Susana Díaz, Íñigo Urkullu, Alberto Núñez Feijóo, Albert Rivera, Pablo Iglesias, Alberto Garzón…-, pero aun así, da para muchas conclusiones. Algunas mías:

-Los políticos nuevos tienden a irse a la parte alta de la tabla, estén en el partido que estén.
-Los que llevan ya muchos años en el candelero tienden a irse hacia abajo.
-Muchas mujeres en la parte buena de la lista. Copan las 4 primeras posiciones.
-Los nombres del ámbito local y autonómico salen por lo general mejor valorados. Y los de ámbito nacional, peor.
-Nadie le disputa al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el título de político peor valorado, al menos nadie del primer nivel de la política nacional, autonómica y local (en su Gobierno, sí: Báñez, 2,40; Soria, 2,27; Montoro, 2,07…).

Y una pregunta:
¿Puede alguien tan mal valorado como lo está ahora Rajoy ganar unas elecciones tan reñidas como serán las generales del próximo 20 de diciembre?

A UPyD se le ha estrechado mucho el mercado

UPyD afronta estos días quizás el momento más delicado de su corta historia. Tras el desastre electoral del pasado domingo en Andalucía, las tensiones internas que sacuden a la formación desde que su líder, Rosa Díez, descartara hace unos meses pactar con Ciudadanos han aflorado en toda su intensidad.
La previsión sobre el futuro de UPyD no es optimista. Es más bien lo contrario. El partido tiene muchas papeletas para acabar o desapareciendo o convirtiéndose en irrelevante o residual. Y es una pena, porque tanto en algunos ayuntamientos y comunidades autónomas como en el Congreso de los Diputados ha jugado un buen papel en la regeneración de la política, en la denuncia de la corrupción y en alentar un debate público más transparente y democrático. Pero así es el marcado, incluso el mercado de las ideas políticas. Dos productos nuevos, Podemos y sobre todo Ciudadanos, le han arrebatado en un pispás a UPyD el hueco que tan trabajosamente durante una década se había abierto a codazos entre los dos grandes partidos -PP y PSOE- que dominan el escenario desde hace ya más de 30 años.
Rosa Díez, que tuvo el enorme mérito de fundar UPyD y hacerlo crecer, tiene ahora el demérito de no haber sabido reaccionar a tiempo ante el cambio súbito de hábitat que le venía. Ya al arranque del otoño pasado, cuadros internos de UPyD que analizaban los pequeños detalles de las encuestas contaban su preocupación porque alguien tan alejado ideológicamente de ellos como es Podemos les estaba minando apoyos electorales en colectivos como, por ejemplo, los jóvenes universitarios. Cuando poco después Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, anunció que su formación quería expandirse desde Cataluña a todo el territorio nacional y planteó a Díez explorar la posibilidad de una fusión de los dos proyectos, la líder de UPyD debería habérselo tomado con mayor interés y menos displicencia y soberbia. Hoy la contundencia de los datos de Andalucía -Ciudadanos, el 9,28% de los votos; UPyD, el 1,93%- ya no apuntan a un escenario de posible nueva negociación entre iguales sino más bien a una desbandada de militantes y dirigentes de la formación de Díez a la de Rivera.